Deportes

Maceda, Torres, Puyol: tres derrotas de Alemania

  • Un fallo en el repetidor de Guadalcanal dejó a Andalucía sin ver el gol de Maceda a Alemania

Tres triunfos sobre Alemania que están en la memoria. Con el recuerdo reciente del fracaso de España en el Mundial 82 y la epopeya asimétrica del 12-1 a Malta en diciembre de 1983 en el Benito Villamarín que nos dio el billete para la Eurocopa de Francia 84, en aquel año de la profecía de Orwell, de la cogida mortal de Paquirri y la estancia de Borges en Sevilla, nos enfrentamos a Alemania en cuartos de final. Una Alemania que dos años antes fue finalista del Mundial que perdió frente a Italia. Ese triunfo, certificado con un gol de cabeza de Maceda (autor de dos de los doce goles a la Malta de Bonnello), lo asocio con La ventana indiscreta, la película de Hitchcock. Vivía entonces con mi hermano Blas y mi primo Andrés en un piso muy pequeño de la calle Guillena, en la barriada de Villegas. Durante el partido, se perdió la imagen por interferencias del repetidor de televisión de Guadalcanal. Pusimos la radio y celebramos el gol de Maceda como el de Zarra en Maracaná a Inglaterra. La primera reacción fue asomarnos al pequeño balcón y ver la alegría contagiosa en toda la manzana, incluida la de un vecino que abrazaba y besaba a su perro lobo. Rintintín también celebraba el triunfo frente a Alemania. En el banquillo de España, un inédito Emilio Butragueño, el timonel de la quinta del Buitre que había debutado unos meses antes en el Madrid de Di Stéfano marcándole dos goles a Andoni Cedrún, portero del Cádiz, en Carranza.

Seis Eurocopas después, contando la del 92, para la que España no se clasificó, nadie imaginaba que llegaríamos a la final. Luis Aragonés nos llevó hasta la gloria de Viena. Fue el 29 de junio de 2008. La víspera viajé a Madrid con mis hijas Andrea y Carmen. Yo iba de paquete para que ellas disfrutaran en el Rockin Rio de un grupo alemán del que Carmen era incondicional seguidora. Se llamaba Tokyo Hotel, lo formaban los hermanos Kaulitz, dos mellizos de la ciudad alemana de Leipzig, a cuyo Lokomotiv eliminó el Betis en la Recopa en 1978 en un viaje a la Alemania Oriental en el que la expedición tuvo de intérprete al cura Javierre. Además de Tokyo Hotel, recuerdo que actuaron también Carlinhos Brown y Dani Martín, de El Canto del Loco. España superó las semifinales y eso nos obligó un día después a adelantar el Ave de regreso a Sevilla. Con el mismo propósito coincidí en la cola de Atocha con Diego Valderas, el ex alcalde de Bollullos del Condado y ex presidente del Parlamento Andaluz que ese mes de junio estaba de campaña como candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Junta. Adelantamos el viaje y pudimos ver en casa el gol de Fernando Torres.

Me casé con María José en la Capilla de los Marineros de Triana el 7 de julio de 1989, el año que cayó el muro de Berlín y convirtió a Leipzig y Hamburgo en ciudades del mismo país. El 7 de julio de 2010, vigésimo primer aniversario de la caída del muro de Berlín, éste volvió a caer otra vez con el cabezazo de Puyol a la portería alemana que nos abrió las puertas de la final del Mundial de Sudáfrica. Las dos veces que cayó el muro de Berlín el idioma español ganó la Champions de la Literatura. En 1989, el año de nuestra boda, ganó el Nobel Camilo José Cela. En 2010, el año que volvió a caer, porque en fútbol no hay nada más invulnerable que una defensa alemana, lo ganó Mario Vargas Llosa, peruano y académico de la Lengua. La semifinal y la final del gol de Iniesta las vimos en un piso de alquiler del Edificio Estadio construido en el antiguo estadio del Ayamonte.

Recuerdos de tres derrotas a Alemania, el equipo tetracampeón del mundo (1954, 1974, 1990, 2014), con tres goles solitarios de Maceda, Fernando Torres y Carles Puyol. Una final sin goles es infamante; con un gol, es épica pura porque facilita el recuerdo. ¿Quién recuerda de memoria los cuatro goles de la final que ganamos en Kiev a Italia en 2012? Otra cosa es el 12-1 a Malta que recitamos como un soneto: cuatro de Rincón, cuatro de Santillana, dos de Maceda, Sarabia y Señor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios