Pepe Mel acabó muy tocado la noche del lunes. El técnico es consciente que sólo una racha de victorias cambiaría radicalmente el panorama, después de sentir que el club ha perdido la confianza en su mensaje. Ni las palabras de José Antonio Bosch ni las de Vlada Stosic le afectaron más de lo que se podría esperar, pero el entrenador agotará todas las posibilidades para tratar de revertir una dinámica de resultados que entiende que sería insostenible para cualquiera.

La primera decisión del técnico pasó por cambiar el plan de entrenamientos habitual de cada semana. Así, tanto hoy como mañana, el equipo se entrenará en doble sesión, por la mañana en la ciudad deportiva a puerta abierta y por la tarde se encerrará en el estadio con sus jugadores. Precisamente, durante esos entrenamientos vespertinos, Mel trabajará en el cambio de sistema y posicionamiento con el que se plantará en el Reyno de Navarra el próximo domingo. Después de mantener durante semanas que su estilo de juego era innegociable, el técnico volverá a darle un giro de tuerca a su once, con la intención de alcanzar la solidez defensiva necesaria sin perder la posesión de balón, la seña de identidad del equipo y algo indispensable para el perfil de jugadores con los que se cuenta.

La idea pasaría por volver a diseñar un encuentro parecido al disputado en Cornellà ante el Espanyol, con un Betis con las líneas más juntas y retrasadas, pese a que aquel día el equipo no funcionó como se esperaba e incluso provocó que la plantilla se marchase del estadio con la sensación de que así era más complicado volver a ganar. Incluso en los días posteriores, los jugadores y el entrenador intercambiaron impresiones donde se concluyó que el equipo debía recuperar sus señas de identidad, algo que tampoco ha dado resultado. La intención ahora pasaría por trabajar más tiempo ese nuevo planteamiento con la idea de que los jugadores consigan los automatismos necesarios y se capte el mensaje pretendido por el técnico.

Y es que Mel se encontrará con una dificultad añadida, debido a la ausencia de jugadores específicos para las bandas, un planteamiento que sí hubiera encajado mejor en sus planes. La ausencia segura del ecuatoriano Jefferson Montero, que sigue recuperándose del esguince de tobillo sufrido en Villarreal, y la más que posible de Ezequiel, cuya participación es muy dudosa debido a un derrame en su rodilla producto de un mal gesto en el encuentro del domingo, dejarían al técnico únicamente con Juanma como alternativa para ocupar una banda, por lo que en la contraria aparecería de nuevo Salva Sevilla.