Cuando Latavious Williams se lesionó era inevitable pensar que el Cajasol perdería capacidad reboteadora. Más cuando el fichaje que llegó para cubrir la plaza del interior fue la de Marcus Landry, un alero al que se le ve poco en la pintura. Sin embargo, el paso adelante dado por Balvin ha mitigado la baja del americano hasta el punto de convertir al conjunto hispalense en el tercer equipo en rebotes (36,4 de media por partido) de la ACB y el primero en capturas ofensivas (12,8).

La aportación del pívot checo, segundo reboteador de la Liga (7), sólo por detrás de Tomic (7,1), es fundamental en este sentido, si bien el cinco está bien secundado por Bamforth (3,8), el segundo cajista con más rebotes siendo el más bajo de la plantilla, Satoransky (3,6), Mata (3,5) y Landry (3,2). Se echa de menos en esta lista una mayor aportación de otros hombres como Porzingis (2,5) o Hernangómez (2,9), si bien es cierto es que estos dos disfrutan de menos minutos que Landry, que juega casi el doble que los dos.

Es evidente que alero fichado en diciembre llegó para otra cosa más que intimidar en la pintura. No en vano, en 10 partidos que lleva como cajista (los mismos que Williams) ya es el segundo máximo anotador del equipo con 12,2 puntos de media, sólo por detrás de Satoransky. No es para menos viendo sus números, ya que ha lanzado más veces a canasta (en tiros de campo) que muchos de sus compañeros que llevan en sus piernas más partidos aunque casi los mismos minutos. Landry suma ya 240 minutos frente a los 262 de Hernangómez, en 21 choques, o los 272 de Porzingis, en 20 duelos. En este tiempo, ha lanzado a canasta 103 veces, con 20/49 en triples y 26/54 en tiros de dos puntos. Más que Hernangómez (73), Porzingis (43) e incluso Balvin (88), que casi lo dobla en minutos en pista (463).

Así pues, con Landry se fichó más un anotador que un sustituto natural de Williams, que en el mismo número de partidos anotó 10,9 puntos y capturó 7,7 rebotes, la cifra que marca la diferencia entre ambos.