La casualidad ha querido que el Sevilla visite el estadio de La Romareda apenas unos días después de que se cumplan 25 años del bochornoso 8-1 que recibió ante el Zaragoza en la temporada 87-88, con Xabier Azkargorta en el banquillo nervionense y, curioso, Manolo Jiménez, actual técnico del equipo maño en el once sevillista.

Fue el 25 de octubre de 1987, fecha en la que el entrenador vasco hizo célebre una frase: "Prefiero perder una vez por 8-1 que ocho veces por 1-0". La oración no deja de tener argumentos sólidos, pero aquel resultado hizo mucho daño entre la afición, el club y los propios jugadores. De hecho, puede considerarse la mayor goleada recibida por el Sevilla en la historia moderna, pues aunque es un resultado que se ha repetido varias veces (e incluso el Madrid de los Di Stéfano y Gento infligió dos veces, uno en Liga y otro en Copa de Europa, un 8-0), supera el 7-0 que también el equipo merengue hizo encajar a los nervionenses en 1991, con Míchel vestido de blanco en el Santiago Bernabéu. El Sevilla ha recibido otras goleadas sonadas a lo largo de su historia. Un 8-0 en Valencia en 1943, un 8-1 también en la capital del Turia en el 42 y otro 8-1 en Elche en el 43.

Aquel día, este jueves hace 25 años, Villalba, que era el suplente de Fernando Peralta, quedó marcado por aquel resultado registrado en la octava jornada de Liga. Los goles, desde el minuto 1, fueron cayendo en cascada ante la impotencia de los sevillistas. Tres del uruguayo Rubén Sosa, dos de Pepe Mejías, otros dos de Juan Carlos y uno de Lumbreras firmaron un duro correctivo para los de Azkargorta, que a los 35 minutos ya perdían por 5-0. Bengoechea hizo el del honor cuando el Zaragoza ya llevaba siete tantos. El Sevilla alineó a Villalba; Rafa Paz, Serna, Antonio Álvarez, Salguero, Jiménez; Francisco, Bengoechea, Choya, Ramón y Moisés. También jugaron McMinn y Santi.