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Rakitic, Reyes... y la manta rota

  • La fe y clarividencia de los mediapuntas, que lanzaron a Negredo, salvan los muebles en una noche mal gestionada en control del juego Medel y Kondogbia ni enfriaron ni pararon al rival

Lo de la teoría de la manta en el fútbol es muy antiguo. Digamos, resumiéndolo todo, que tiene que ver con las distancias entre los componentes de un equipo. Joaquín Caparrós utilizaba una cuerda en los primeros entrenamientos de la pretemporada con la que evitaba que los defensas se separaran más de lo habitual. Era una cuerda en horizontal, desde el lateral derecho al lateral izquierdo. Pero hay equipos -como este Sevilla-, que necesitan esa cuerda en vertical, para que sus medios centro no se separen de sus compañeros y un partido como el de ayer, que se le pone con el marcador a favor, no se convierta en un correcalles, en un espectáculo que gusta al aficionado pero que desnuda la mentalidad táctica de un equipo cuya obligación es frenar, parar, detener, dormir, aburrir... (todos los verbos que signifiquen poco movimiento) un choque que debió discurrir a otro ritmo tras el 1-0.

Siendo más explícitos, en el Sevilla-Athletic de anoche la pareja Medel-Kondogbia no puso jamás la pausa al equivocar continuamente los terrenos de la presión (tiraban de la manta hacia delante cuando debían hacer lo contrario), aunque al final fue la magia de Rakitic y de Reyes en zona de tres cuartos la que decantó la balanza hacia el lado sevillista. Lo que ocurre es que luego hay quien se sorprende de la escasa personalidad que el equipo exhibe fuera de casa. A veces, muchas veces, también lo hace dentro...

Defensa

No tiene nada que ver la defensa. Se trata del sistema defensivo. Pese a que son muy llamativos, tremendamente llamativos, Medel y Kondogbia fueron excesivamente permisivos con la conducción de los jugadores del Athletic. Si no era una salida a presionar a terrenos equivocados, era una presion de mentira para eliminarse a sí mismos o era un simple acompañamiento. Entre la presión adelantada del once de Bielsa y la falta en la salida del balón de un hombre con personalidad, el Athletic se encontró demasiadas veces con metros delante de la media luna y el rival descolocado. Un error repetido en la primera parte y también en la segunda, cuando las situaciones de riesgo se le iban amontonando a Fazio, Navarro... Faltas, roces, contactos... Así llegaron el empate y la roja al catalán.

Ataque

Con Manu otra vez decepcionante, el Sevilla se amparó en Rakitic y Reyes, quienes desde el minuto uno al noventa tiraron del carro junto a un Negredo que alternó apariciones certeras con esas resoluciones a las tiene que acostumbrada a la afición cuando juega fuera de casa. El suizo-croata y el utrerano tiraron del carro, se inventaron pases interiores que iban a la espalda de los centrales y no se arrugaron cuando había que tirar de épica. Tiraron bien de la manta hacia arriba y el objetivo, los tres puntos, fue mérito total de ellos.

Virtudes

La fe sin límites y la generosidad en el esfuerzo. Jugadores de los que a veces se duda corrieron como motos por cada balón sin perder claridad mental para dar el pase preciso, el remate letal...

Talón de aquiles

La falta de control, un problema habitual, no nuevo, que fuera de casa no tiene remedio. Emery debió gestionar mejor la tarjeta de Navarro.

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