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Renovación con aristas

  • Una hernia de disco, de la que posiblemente tenga que operarse, está frenando el nuevo contrato de Beñat · El club no se fía de unas eventuales secuelas y quiere incluir cláusulas de salvaguardia

Hace un mes y medio que se hizo futbolista merced a un soberbio partido de Copa frente al Salamanca en Heliópolis. Días antes, en su estreno liguero ante el Granada, ya había esbozado el fútbol de medio centro puro que lleva dentro. Tiene toque y pase, bascula con precisión y posee una entereza impropia del que se asoma por vez primera al gran escaparate futbolístico. Pero el repertorio de Beñat Etxebarria ha crecido considerablemente desde que ese primero de septiembre asombrase erigiéndose en dueño del juego verdiblanco ante la perplejidad de muchos que, desde el añorado Alexis, no veían a nadie con esas maneras sobre el césped de Heliópolis, siempre Heliópolis.

El contacto de los okupas que hoy gobiernan el club con el representante del futbolista, ese José Vicente Biurrun al que su abuela le confeccionaba las equipaciones en tonos marrones y a medida, fue casi inmediato. Y las bases para la renovación del tardío futbolista de Igorre, de 23 años, quedaron selladas hace ya casi un mes. Pero por hache o por be, a la fecha no se ha llevado a cabo e incluso se ha especulado que entre él y el club podrían estar fingiendo una lesión para que no jugase hasta que no estampase su firma en el nuevo contrato.

Nada más lejos de la realidad. Beñat llevaba unas jornadas sin vestirse de corto debido a unas molestias que son la causa de que su renovación no se haya consumado. Pero jugó frente a Las Palmas y despejó cualquier atisbo de duda a los malpensados.

El verdadero problema de Beñat va algo más allá. El futbolista padece desde hace tiempo una hernia de disco que lo trae a malvivir y que incluso podría forzar un paso por el quirófano en un breve espacio de tiempo. Y, claro, el club no las tiene todas consigo, ya que aunque la operación, de llevarse a cabo, debería ser satisfactoria, siempre existe un pequeño porcentaje de que deje secuelas en el futbolista. Lógicamente, ni los médicos ni nadie pueden garantizar el pleno éxito y ahí se encuentra el quid de la cuestión.

El Betis pretende, de algún modo, condicionar el contrato del futbolista al resultado de una eventual operación y de los resultados que la misma deparase, ya que, arguyen en el club, que éste no se encuentra en una situación económica para dispendio alguno. No se ha mirado aún la opción de asegurar el contrato de forma externa.

Lógicamente, a Beñat y su entorno no le acaba de convencer firmar un contrato condicionado y de ahí que la negociación, casi pactada en su día, se halle en punto muerto.

Mientras, los clubes vascos tantean a Beñat pese al desdén de quien ha manifestado querer triunfar en el Betis y éste se afana en perder el peso que gana, aun a cuentagotas, debido a que se ve obligado a entrenarse con reservas y a parar cada ciertos partidos, como le ocurrió últimamente. El tiempo, inexorable, corre a la par a favor y en contra de un gran futbolista que, de no ser por este contratiempo subsanable de la hernia de disco, valdría un potosí y no sólo para el Betis.

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