La plantilla verdiblanca no sólo estaba preocupada por la presencia del virus H1N1, el de al gripe A, dentro del vestuario bético, sino que los jugadores temen que esta enfermedad pueda hacerse extensible a sus familiares más cercanos, sobre todo en aquellos casos en los que entre dichos familiares se encuentran niños pequeños o mujeres embarazadas.

Ante esta preocupación, el jefe de los servicios médicos del club, Tomás Calero, contactó con el doctor Manuel Conde, director del departamento de epidemiología del Hospital Virgen del Rocío, para que acudiera a la ciudad deportiva y mantuviera una reunión informativa con todos los integrantes de la plantilla.

El doctor Conde les dio a conocer el protocolo a seguir para intentar que el virus no se propague con tanta facilidad, en el que se incluyen medidas higiénicas o advertencias sobre los síntomas más frecuentes. Además, la plantilla recibió un mensaje tranquilizador, ya que, dentro de la importancia que puede representar, un cuadro de este tipo tampoco debe tener un pronóstico extremadamente grave.

"Algunos familiares ya han sido atendidos y se les ha recomendado el mismo protocolo que ha seguido la primera plantilla verdiblanca. Es lógico que estén preocupados por este asunto y para eso preparamos esta labor informativa", señaló Calero, que también estuvo presente en la charla ofrecida por el doctor Conde.

La plantilla verdiblanca también recibió la recomendación de permanecer las próximas 72 horas en su domicilio, con la medicación impuesta en cada caso, y de estar en permanente contacto con el cuerpo médico para informar de cualquier anomalía que surgiera en este tiempo. La intención es que el virus esté erradicado para comienzos de la próxima semana y que el equipo pueda reanudar los entrenamientos con normalidad para preparar el choque ante el Cádiz.