Rodri, el héroe de aquel partido en Almería que colocó al Sevilla cuarto en la última jornada, tres días antes de jugar la final de Copa del Rey ante el Atlético, vuelve a Nervión. Lo hace por segunda vez, ya que este mismo año, en abril, vino con el Zaragoza. Ahora afronta una nueva realidad en el Almería, donde espera asentarse por fin en la élite.

"Vamos al Sánchez-Pizjuán, un gran estadio, con ganas de lograr un triunfo porque necesitamos los tres puntos. Si es allí, mejor todavía. El Sevilla tiene buen equipo y nosotros estamos jugando muy bien. Será un bonito partido y ganará el mejor, esperemos que nosotros", comenta el jugador, máximo goleador del Almería con cuatro tantos.

Su presente queda ya muy lejos de aquel efímero y triunfal pasado como sevillista. "El fútbol no tiene pasado -reconoce el jugador de 23 años de La Motilla-, pero está claro que fueron muchos y muy buenos los momentos vividos allí. Ahora defiendo la camiseta del Almería. Llegó el momento en que el Barcelona vino a por mí y me marché. Agradezco lo bien que estuve allí".

Esa gratitud no tiene nada que ver con lo que hará si ve puerta: "Depende del momento del partido y de la euforia con que me pille. Siempre estaré agradecido a la afición del Sevilla porque sé que me quiere y si lo celebro, pediré perdón".

Hace apenas unos meses, en marzo, jugó el cuarto de hora final del Sevilla-Zaragoza (4-0), con el encuentro ya decantado. No es la primera vez que voy a ir, la afición me recibió bien y por eso le estoy muy agradecido".