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Con progresar no basta

  • El Sevilla recibe al colista con la urgencia ya de coger altura más allá de que las sensaciones sean buenas o regulares El parón provocará que la imagen dada se quede para cierto tiempo

Al sevillismo es difícil engañarlo. Oye lo que oye, pero también ve lo que ve y contra eso no hay palabras que valgan. A veces ni los puntos tapan carencias a ojos de los que aún tienen la potestad de decidir si aplauden, pitan, se inquietan o simplemente asisten mudos al espectáculo. El Sevilla de Emery ni arranca, ni ha sumado puntos como debiera haberlo hecho ni convence del todo con su juego. Progresa, sí. Eso es algo que, además, no paran de repetir los responsables que mandan en la entidad, ya sea en el plano deportivo como en el de gestión. Que es un proyecto a tres años es posible que ya lo hayan entendido los sevillistas e incluso es probable que estén de acuerdo, pero eso es una cosa y otra muy distinta es que los puntos, al menos los puntos, tienen que estar reflejados en la tabla.

El Sevilla no termina de arrancar y en el ambiente provoca una calma tensa que el entrenador, esa figura que siempre huele el peligro el primero por mucho que no lo diga jamás, ya habla abiertamente de una "necesidad importante de puntos". ¿Y por qué dice esto? ¿Puede ser porque es el primero que ve que su Sevilla no es a día de hoy ni chicha ni limoná? Los partidos que gana le cuesta sacarlos adelante y eso hace que no valga absolutamente para nada que en los que pierde dé la sensación de que puede lograr algo más.

El Sevilla tiene seis puntos en su casillero y son ésos y no otros los que se ha merecido. Si es verdad que hay potencial en la plantilla (que parece que sí) se verá con el discurrir de las jornadas, pero las leyes en el fútbol son muy traicioneras.

Todo lo que esta tarde no sea un triunfo será un auténtico fracaso para el grupo de Emery. Incapaz de ganar fuera pese a la mejoría en Anoeta, al Sevilla no le basta con ganar en Europa porque la exigencia es máxima. El Almería es un recién ascendido y llega al Sánchez-Pizjuán como el único equipo de Primera División que no ha ganado aún, es el segundo equipo más goleado (17 goles en 7 partidos) y es el colista de la categoría. Igual que el calendario se trazó cuesta arriba en el inicio de Liga con enfrentamientos ante Atlético, Barcelona y Valencia, cuando pase el mes de octubre el Sevilla se habrá medido ya a los cuatro equipos peor clasificados en el momento en que se escriben estas líneas, Rayo Vallecano (que ya cayó en Nervión), Almería, Valladolid y Osasuna.

La plantilla que Monchi y Del Nido han puesto en manos del entrenador guipuzcoano es para que al menos en estos partidos el Sevilla vaya como un tiro. Y es lo que espera y desea la afición. La gente quiere divertirse, sabe calibrar lo que puede oponer el rival de turno y después valora lo ofrecido por su equipo. Y ahí es donde tiene que afinar Emery.

Y el Almería es un colista engañoso. No es un farolillo rojo plano. Podrá ser cualquier cosa menos eso. Tiene gol, pues no en vano ha marcado un par de ellos en varios partidos, y tiene jugadores del centro del campo hacia delante con argumentos como para tomar precauciones. La picardía de Rodri es conocida por todos y para ser el delantero de un colista haber marcado cuatro goles no está mal. Suso Fernández es un proyecto que tiene en propiedad (y renovado por tres años) el Liverpool y Aleix Vidal es un jugador de banda que quién sabe si estuvo cerca de venir al Sevilla en lugar de Jairo.

El caso es que el cántabro, después de la preciosidad de jugada que firmó en el segundo gol al Friburgo y por lo exhibido en otros encuentros (como en Anoeta con un golazo), es hoy día una de las esperanzas que más ha ilusionado al sevillismo. Ahora mismo casi en dirección opuesta a las sensaciones captadas con Marko Marin, un jugador que puede recuperar hoy la titularidad en un partido que para el Sevilla no admite el comodín del público. Hay parón y eso siempre quiere decir que la imagen ofrecida es la que queda para mucho tiempo, quizá demasiado para un equipo que progresa, de acuerdo, pero que aparte de eso lo que necesita es despegar y coger altura. Pero a la voz de ya.

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