La valentía del Almería entra en la escena de la Primera División con la garantía del espectáculo y el peligro de estrellarse ante un muro que suele condenar atrevimientos improvisados. Tras la salida de Javi Gracia, Francisco tomó el poder del banquillo tras su gran temporada como técnico del filial almeriense en Segunda B, categoría en la que mostró su gusto por el toque y por generar fútbol con velocidad y verticalidad.

Pero la plantilla no está fabricada para ser un arma para duelos de intercambio de golpes, sino para tratar de sobrevivir usando la materia existente en la misión por pelear contra otras necesidades del mismo tipo. Con gran parte del bloque usado para ascender, Francisco debe encontrar el equilibrio que hasta ahora no ha aparecido para sustentar una permanencia convertida en la única misión real.

sin balón

Poca seguridad transmite la defensa del Almería, aunque sin el balón logra cerrar espacios gracias a una contundente presión en zona ofensiva. Verza es la pieza que equilibra el sistema defensivo de Francisco, consciente de que sus variantes ofensivas posibilitan que muchos hombres puedan trabajar en la misión de recuperar lo antes posible el balón.

Pellerano y Trujillo se han asentado como centrales fiables al tiempo que los laterales dan recorrido a las bandas, aunque sin proyectarse en exceso. Nelson vuelve a medirse al Sevilla desde el lateral derecho tras el derbi del pasado año en el que recibió duras críticas. Ahora, parece tomar confianza renovada para volver a ser el lateral que brilló con luz propia en Portugal. Christian Fernández y Dubarbier pelean por el flanco zurdo con diferentes propuestas.

con balón

El 4-2-3-1 del Almería suele colocar de acompañante de Verza a Marcos Tébar, que toma el mando de la medular si el contrincante no coloca más fuerza en esa zona. La ayuda de los situados en la mediapunta es clave para sostener los argumentos ofensivos de este equipo. Hay mucha movilidad y un hombre como Fernando Soriano da consistencia al centro del campo pese a que aparezca sin titubeos en cada acción de ataque en el área rival. Sus números demuestran su valía en este plantel. Junto a él suele estar el móvil Aleix Vidal, que funciona tanto a nivel de llegada como de labor defensiva. Suso es más anárquico, pero su calidad invade el área rival en numerosas ocasiones y también posibilita ayudas a los medios para una labor de creación en la que se siente muy cómodo. Otros como Barbosa o Zongo no gozan de muchas oportunidades.

Arriba, Rodri es indiscutible tras su buen inicio liguero a base de goles, mientras que Óscar Díaz aguarda su oportunidad.

lo mejor

La intensidad que el Almería suele aplicar a sus encuentros, con una presión inicial fuerte y mucha verticalidad.

lo peor

Pese al sostén de Verza, el equipo paga, amén de su fragilidad defensiva, su bisoñez.