El Sevilla es el mayor ejemplo de verticalidad en la Liga española. Valentía, riesgo y poder de llegada se convierten en premisas fundamentales de un equipo que varió de técnico en busca de alcanzar un objetivo que tiene visos de encontrarse ya muy lejos. La llegada de Míchel no solucionó las ocasionales ausencias de equilibrio, aunque motivó una mejora en el ataque traducida en la búsqueda constante de las piezas más peligrosas del equipo.

Sin balón

El Sevilla sufre mucho cuando no tiene la posesión en su poder, aunque lo hace a sabiendas que sus armas se multiplican al contragolpe con la velocidad de sus hombres ofensivos.

Fazio se asentó como pieza clave de la defensa cuando ni Spahic ni Escudé lograron alcanzar el nivel de fiabilidad deseado. El argentino facilita una mejor salida de la pelota y es una garantía a balón parado, aunque sufra con espacios a su espalda. El francés no llega a la cita tras una lesión y el bosnio sigue creando misterio al no aparecer en las últimas alineaciones de Míchel.

Deivid es la última aparición. El canterano ha demostrado su versatilidad y su tranquilidad para afrontar retos como medirse a equipos de primer nivel.

La marcha de Martín Cáceres debilitó el lateral derecho, que en propieda de Coke no obtuvo nunca el rendimiento deseado pese a su calidad técnica para ayudar en ataque. Cala será su posible alternativa tras regresar de su brillante periplo en el AEK Atenas. En el flanco izquierdo, Fernando Navarro quiere agotar sus opciones de ir a la Eurocopa con su habitual fiabilidad sin lucimiento.

Con balón

Todo el juego del Sevilla gira en torno a la búsqueda de las bandas. La presencia de Jesús Navas motiva que el costado derecho tenga un protagonismo absoluto en el juego de transición. Los medios han centrado las miradas durante todo el curso. La falta de equilibrio en algunos compases de los encuentros impidió que ninguno de los hombres tuviese la continuidad deseada. Trochowski es un fijo para Míchel junto a Medel, logrando unir fuerza y movilidad para que el balón alcance las zonas de peligro. Rakitic tiene un peso específico cuando las necesidades son mayores, pero la creatividad del croata está lejos de lo que se podía esperar.

Manu del Moral ha tomado un rol protagonista gracias a sus goles, ya sea jugando por detrás del delantero o haciéndolo volcado en la izquierda, un flanco que sin Perroti perdió profundidad. Arriba, echa de menos a Kanoute, que estaba en algunas previsiones, mientras que Reyes aún debe ser más regular. Negredo es la pieza del ataque que hace carburar el sistema.

Lo mejor

La capacidad ofensiva de un equipo con gran talento cuando se acerca al área adversaria.

Lo peor

El desequilibrio puede dejar en evidencias otras carencias.

El perfil: Jesús Navas

Jesús Navas González (21-11-1985, Los Palacios) es uno de los futbolistas más determinantes de este Sevilla y del fútbol español. Su habitual presencia en el equipo nacional de Vicente del Bosque tras ser parte del colectivo que logró levantar la Copa del Mundo posibilitó su salto definitivo al panorama internacional cuando ya brillaba con luz propia en el Sevilla. Junto a otros como Kanoute o Luis Fabiano, resultó pieza indispensable del conjunto sevillista que levantó títulos, cerrando incluso la última gloria copera con un tanto en la final ante el Atlético de Madrid. Tras una temporada pasada llena de lesiones, ha logrado al fin encontrar más acierto de cara a portería (lleva cinco goles) sin dejar de ser un asistente de lujo. Sus internadas por la derecha se han convertido ya en el recurso más habitual de ataque de un equipo en el que siempre ha sido indispensable. Los problemas de ansiedad frenaron su llegada al combinado nacional cuando Luis Aragonés contaba con él, pero su debut el 14 de noviembre de 2009 ante Argentina apagó esas dudas. Su juventud es una baza más para un jugador ya leyenda.