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El balón no engaña

  • Manzano, en quien no confía nadie en rojiblanco, y Mel, que no para de sortear crisis, se juegan futuro y credibilidad, respectivamente · Todo hace indicar que jugará Cañas, falta saber dónde lo hará.

Cuando el Barcelona haya comenzado a pelearse con el Santos por ver cuál se lleva el trofeo, que todos saben por anticipado qué equipo es el mejor del mundo, a muchos kilómetros de Japón, a orillas del Manzanares, el balón habrá citado, en un frío y soleado mediodía, a otros dos equipos con unas urgencias bien distintas.

Atlético de Madrid y Betis se hallan inmersos en horquillas clasificatorias poco cómodas. Los rojiblancos, diseñados como cada verano para luchar por la Champions, no la ven ni de reojo. Los verdiblancos tienen el agua al cuello y también están más cerca de la zona caliente de lo que deseaban y de lo que se aventuraba tras un inicio fulgurante.

Tanto es así que sus entrenadores, Gregorio Manzano y Pepe Mel, están siendo fuertemente cuestionados. En el caso del jiennense casi habría que decir que está prácticamente sentenciado. Ni los que mandan ni la afición lo quieren. Y habrá que ver cómo rueda hoy el balón sobre el césped del Calderón para saber si sus jugadores están con él o, definitivamente, lo han abandonado a su suerte. El caso del madrileño es diferente, aunque sólo sea por cuanto la última victoria liguera frente al Valencia ha suavizado el panorama. Empero, se metió en un nuevo charco dialéctico tras la derrota copera en Córdoba y hay que ver si la tirita en la herida aguanta. El balón, quién si no, hablará hoy en voz alta.

Y están así ambos equipos por suertes bien distintas. El Atleti donde falla es lejos de su gente, ya que al amparo de ella ha ganado cinco partidos y empatado tres, siendo sólo superado por los dos grandes. Además, marca goles como churros en el Manzanares. El Betis, como visitante, ha ganado dos partidos, pero ya no se acuerda nadie, ya que desde que lo hiciese en Granada y Bilbao ha sumado seis derrotas consecutivas.

Visita, sin embargo, un estadio muy propicio históricamente y, sobre todo, en las últimas décadas. Aquí ha resucitado el Betis en muchísimas ocasiones y es el gran coliseo que mejor se le da de todos. Hoy, además, contará con una baza a su favor: la crispación existente entre la grey atlética, que afloraría no más la gente de Mel fuese capaz de hostigar a la de Manzano.

Quizá por eso marcar primero es como hacerlo por partida doble. Si el Betis, como solía, es capaz de salir con toda la cuerda dada y adelantarse en el marcador, el partido puede hacérsele eterno al técnico atlético y su equipo. Los fieles rojiblancos han dicho ya basta e incluso el pasado jueves gritaron contra el palco y contra Manzano pese al eventual triunfo por 2-0 ante el Rennes. El 3-1 final tampoco es que cauterizara nada.

Y es que el entrenador, que ha sido ratificado hasta Navidad, se la juega hoy frente al Betis y la semana próxima, también en el Manzanares, en el duelo copero de vuelta frente al Albacete, que ya le ganó por 2-1 en la ida en el Carlos Belmonte. Con todo, da la sensación de que la sentencia está dictada.

Mel no lo tiene fácil. Sabe que los colchoneros son imprevisibles, pero sí tiene claras sus ideas. Si hubo muchos hombres que lo decepcionaron en el Arcángel el martes, también hubo uno que se ganó el puesto definitivamente. Éste es el roteño Cañas, a quien ya sentó en el banquillo con resquemor ante el Valencia. Hoy jugará casi seguro y la duda es saber dónde lo hará. El roteño, incluso, afectará levemente al planteamiento.

Una posibilidad, ensayada durante la semana, es que se ubique como central diestro junto a Dorado, si bien el juego aéreo de Falcao invita a pensar que Amaya pudiera ser el elegido. En ese caso, el sitio de Cañas estaría en el centro del campo y todo hace indicar que ello no va a conllevar la baja de Iriney, ni la de Beñat, por lo que estamos ya ante un 4-3-3 que, además, se antojaría muy útil para frenar a futbolistas como Diego y Arda Turan, que entre líneas generan y acercan al área todo el caudal de fútbol del Atlético de Madrid, que en esa zona es mucho, incluso diríase que muchísimo si el rival no lo para. Cañas e Iriney, si bien juntos pudieran parecer repetidos, no tanto en el partido que nos ocupa.

Es lo más lógico, pero Mel lleva dándole vueltas a su cabeza toda la semana y, además, en este caso tendría que prescindir de uno de los hombres de arriba. Si claro está que Rubén Castro oficiará como delantero centro, más lo está aún que Juanma se colocará en la derecha y será una especie de cuarto centrocampista. Así, Pozuelo y Jonathan Pereira se disputarían una tercera plaza arriba rayana en la banda izquierda.

Cuestiones tácticas al margen, la actitud que muestre el Betis se antoja casi más decisiva que otra cosa. En la desastrosa racha que vivió, sólo dio la cara de verdad ante Málaga y Valencia, dos rivales también de fuste. Esos días sí fue intenso y compitió durante los 90 minutos. El balón, además, le dio su sitio. Siempre lo hace.

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