Coosur Real Betis

El Betis, a la espera del colectivo

  • La apuesta por el triple del conjunto verdiblanco, las individualidades y el escaso juego con los pívots limitan las asistencias del equipo

Sipahi busca un compañero en el que apoyarse defendido por Laprovittola.

Sipahi busca un compañero en el que apoyarse defendido por Laprovittola. / José Ángel García

No es el mayor de los males del actual Coosur Real Betis, que tras la victoria este fin de semana del Manresa en Badalona volvió a puestos de descenso, pero es un síntoma más de que el colectivo no arranca: cualquier rival acaba con más asistencias que el conjunto verdiblanco.

El equipo de Curro Segura es el decimotercero en esta faceta en la ACB, con un promedio de 15,2 asistencias por duelo, pero el problema es que el oponente de turno siempre acaba con más pases de canastas. Van 13 jornadas y sólo superó una vez al contrario, en la primera jornada, ante el UCAM Murcia (15-16). Por apuntar algún ejemplo, destacan en las derrotadas ajustadas el 24-19 en Tenerife, el 11-16 frente al Zaragoza en San Pablo o el 24-16 ante el Barcelona, o el 24-14 encajado en Burgos.

Ello es consecuencia de la apuesta por el triple del plantel sevillano, en el que últimamente predominan las malas elecciones de tiro y por ende los errores (24% de acierto ante el Real Madrid, con 1/12 en el primer tiempo); las excesivas individualidades de jugadores como Conger o Slaughter, que cada vez busca más hacer la guerra por su cuenta para cambiar la dinámica negativa de su falta de puntos; y las limitaciones de los pívots para conectar con ellos, ya que apenas hay acciones de bloqueo y continuación (alley oops a lo sumo) con Izundu y Niang. Whittington busca más tirar desde el perímetro que aprovechar sus condiciones por dentro.

Oliver está en sus medias de las últimas campañas (2,5) y Sipahi es el decimoquinto de la ACB que más asiste con 3,8. Ambos están lejos de los Cook (7,1) Dani Pérez (6,6) o Marcelinho (6,3), que repartió 15 en el duelo ante el Betis fundamentalmente desde su conexión con Shermadini.

Pero el problema no es exclusivo de los bases. Puede ser de concepción en el juego, ya que KC Rivers sigue siendo, un mes después de su salida, el siguiente en esta faceta (2,2) en el equipo: Slaughter, que cada vez está jugando más de base, promedia dos y el siguiente ya es Pablo Almazán con 1,3 por partido. Quizá falta un poco más de paciencia y la búsqueda de ese pase extra (de cualquiera) definitivo.

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