Valencia Básket-Coosur Betis | La crónica

Lucha con fe, pero sin premio (89-81)

  • El Betis cae en un partido de idas y venidas en Valencia, aunque tuvo sus opciones hasta el final

  • La escasa producción de sus pívots y las pérdidas condicionaron a los de Plaza, obligado a mover a jugadores de posición

Pablo Almazán y Borg tratan de frenar la entrada de Dubljevic.

Pablo Almazán y Borg tratan de frenar la entrada de Dubljevic. / Miguel Ángel Polo (Efe)

Una derrota es una derrota, pero cuando se compite, se pelea y se tienen opciones hasta el final, ante un equipo que triplica el presupuesto como el Valencia Básket, que se impuso por 89-81, y con una plantilla amplia pese a contar con bajas, no hay nada que reprochar. Y eso que el Coosur Betis se está jugando la permanencia, la vida, subsistir..., pero cuando el equipo, con sus carencias, muestra alma y sangre en las venas, aun con la nula producción de sus pívots, hay motivos para confiar en que se está en el buen camino para amarrar el objetivo.

Y en cuanto se haga, si no en este parón por la Copa del Rey y las ventanas FIBA, hay que poner encima de la mesa una oferta irrechazable a Kay y Ouattara (y a Borg, por ejemplo) para que sean los primeros pilares en los que sustentar el próximo proyecto, y no tener que rearmar un equipo otra vez con 10 fichajes.

El Valencia iguala su mejor racha en la ACB con su duodécima victoria consecutiva

Le metió el miedo en el cuerpo el conjunto hispalense al cuadro taronja, que aun sin Vives, Sastre, San Emeterio o Kalinic tiene un equipazo. Y fondo de armario al que agarrarse cuando hay que cambio algo. Lo que le falta a Joan Plaza, que prefiere cambiar a jugadores de posición que dar entrada a Mike Torres o Niang, pese a que Jordan y Ndoye estuvieron para mandarlos al vestuario. No podía hacerlo el preparador catalán, que exprimió a Kay incluso como cinco tanto que el australiano fallaba bajo el aro por no tener fuerzas siquiera para machacar.

Llegó vivo al final el cuadro sevillano, pese a las 17 pérdidas, los 14 rebotes ofensivos concedidos y la diferencia en las faltas personales a favor (26-13), que generaron una diferencia de 11 tiros libres. Estuvo 16 puntos abajo el equipo hispalense al inicio del último cuarto (77-61), pero la lección de Vitoria estaba bien aprendida y nadie bajó los brazos. Feldeine apareció, pese a que en alguna ocasión se equivocó jugándose esos triples de ocho o nueve metros que deberían tener multa. Quería desquitarse el dominicano de esas fáciles bandejas fallidas en el primer tiempo, pero equivocó la forma.

Campbell, defendido por Hermannsson. Campbell, defendido por Hermannsson.

Campbell, defendido por Hermannsson. / Europa Press

Aun así, el Betis fue limando la renta con Kay de pívot y Almazán de cuatro. "Morir con bajitos", dijo Plaza. Un triple del granadino, al que casi flotaban los rivales, colocó el 85-81 a 1.13 minutos del final y el miedo le entró en el cuerpo a los de Ponsarnau, que fallaron en el siguiente ataque. Pero el granadino, a la carrera, tras un buen pase de Ouattara, falló bajo el aro a 35 segundos del final y un respiro aliviado resonó en la Fonteta.

17 pérdidas y 14 rebotes ofensivos fueron demasiadas concesiones realizadas por el Coosur Betis

Derrota ajustada del Betis, lo que genera mayor frustración, sobre todo cuando el primer cuarto se cerró con un ilusionante 12-22, pese a que Feldeine fallaba demasiado. El 0/9 en triples de los taronja dio alas a los de Plaza, pero cuando los tiros desde más allá de los 6,75 metros empezaron a entrar y el Valencia se fue entonando (12/23, más de un 50% de eficacia, después para un total de 12/32). Prepelic se empezó a animar y Dubljevic, una roca en la pintura, empezó a dominar el choque desde dentro superando a Ndoye y Jordan en todo momento, con Niang en el banquillo con el chándal puesto. Sufrían los pívots béticos saliendo a defender a siete metros.

La primera ventaja local llegó con la última canasta del segundo cuarto, un triple de Marinkovic que ponía el 38-37.

En el tercer cuarto, las idas y venidas del Betis no le sentaron bien al conjunto de Plaza, que no sacó réditos de un partido sin control porque jugar a la carrera lo penaliza. Del 45-54 que puso Ouattara al 68-59 al final del tercer cuarto en apenas cinco minutos. No supo parar el plantel hispalense el vendaval valenciano, que levó la renta hasta el 77-61. Pero el conjunto verdiblanco no se rindió. Y tuvo su oportunidad, pero en el momento de la verdad faltó ese punto que diferencia a un conjunto que pelea por la salvación de otro que mira hacia arriba.

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