Demasiados detalles en contra para el Betis Baloncesto ante un efectivo Estudiantes (86-82)
Pese a levantar 17 puntos en contra desde el 33-16, el conjunto verdiblanco llegó al final con opciones de triunfo, aunque la victoria se le escapó al final presa de sus propios errores
Entre Benite, fallón todo el partido, Renfroe y Hughes firmaron un 4/19 desde el triple, mientras que el cuadro madrileño acabó con un efectivo 17/33
En la jornada siete nada es definitivo, pero siempre es mejor ganar para la moral. No fue el caso y en el choque de trenes salió triunfador el Estudiantes ante el Betis Baloncesto por 86-82. El partido fue lo esperado entre dos grandes plantillas, pero los detalles acabaron definiendo el resultado. Detalle como que Andric anotara sus primeros puntos en el duelo en el último minuto para romper la igualada; detalle como que Benite anotase su único lanzamiento en el último cuarto con todo decidido ya; detalles como que los locales llegaran al cuarto decisivo sólo con 5/8 en tiros libres y acabaran con 15-20 después de lanzar 12 veces desde la personal. Detalles incontrolables, pero también fallaron los verdiblancos en otros aspectos que podían controlar como el rebote o, a toro pasado es todo mucho más fácil, meter antes a un Radoncic que sostuvo de inicio a su equipo y desapareció en el tramo final del parqué.
Y eso que todo se veía negro, muy negro, cuando al inicio del segundo cuarto Cristian Díaz puso el 33-16 con el octavo triple colegial en 10 intentos. Pero este Betis no es un equipo que se rinda y comenzó a remar desde la defensa, el que debe ser su punto fuerte especialmente cuando a sus refrentes ofensivos se les encoge la mano y son una máquina de fallar. Entre Benite, Hughes y Renfroe acumularon un 4/19 desde el triple y aun así le dio la vuelta el cuadro sevillano al choque para llegar al final con todas las opciones. Pero el brasileño no entendió que la responsabilidad la debía asumir otro al no tener él día. De Bisschop, que completó un buen choque, todavía intenta hacer cosas que no sabe como lanzar con ganchitos que le entran uno de cada 10 y no es nada fiable desde la personal. Como el resto, porque fallaron demasiados para hacer un 6/11 en el último cuarto. Demasiadas concesiones ante un rival de altura.
Pese a todo ello, después de recuperarse en un gran segundo cuarto, el Betis estuvo siempre en el partido a poco más de un minuto Álex Suárez colocó el 76-76 desde el perímetro. Pero tiene tanto, y tan bueno, el Estudiantes que en un mal día de Francis Alonso, con Kravic frenado por el trabajo coral en la zona, con Granger apagado y Devin Schmidt tomando aire, un jugador que no había hecho nada en el encuentro como Andric surgió para jugarse un triple, otro más, y anotar sus únicos puntos del encuentro en un momento clave: 79-76. Respondió Cvetkovic (79-78), pero Granger, que también había firmado un discreto partido, asumió galones para clavar un triple ganador a 36 segundos del final que los árbitros refrendaron después con una falta en ataque de Renfroe en la que el uruguayo debió recibir una técnica por claro flopping y en vez de eso finiquitó el partido desde el tiro libre. Así, por detalles, se pierde un partido.
Pero lo cierto es que no empezó el Betis centrado, todo lo centrado que hay que estar en la visita al Wizink donde dos candidatos al ascenso se ven cara a cara. Es el momento de marcar territorio. De dejar claro a tu rival que uno quiere tanto el ascenso como el otro y a golpe de triple el conjunto colegial sacó del encuentro a los verdiblancos. Triples de todos los colores, alguno incluso bien defendido, pero lo cierto es que hasta que Garino falló uno al quinto intento (15-6) al cuadro bético le parecía imposible frenar a los de Pedro Rivero.
Malas defensas que llevaban consigo peores ataques, deslabazados, sin la aparición de los interiores, con De Bisschop y Kasibabu poniendo bloques desaprovechados pero sin opciones de anotar, con Benite guerreando por su cuenta u sólo Radoncic, siempre voluntarioso, aguantando el tipo en los dos aros y que anotó con algo de fortuna el primer triple de los béticos en el minuto 7. El primero de cinco intentos. Para colmo Devin Schmidt seguía inspirado desde el perímetro y Cristian Díaz se unió a la fiesta para replicar un nuevo triple de Cvetkovic antes de cerrarse el primer cuarto con un contundente 30-16. En 10 minutos el Betis encajó 30 puntos, con un 7/9 del cuadro estudiantil desde fuera por el 2/8 del conjunto andaluz, cuando el promedio en lo que va de temporada antes de este encuentro era de 68,3. El problema verdiblanco estaba claro.
Y todavía costó ponerle solución porque Cristian Díaz elevó, cómo no con otro triple, la máxima renta para el equipo madrileño (33-16). Sin embargo la aparición de Cvetkovic fue clave. De la mano del serbio el cuadro heliopolitano se metió en el encuentro aprovechando que la lluvia de triples cesó (del 8/10 al inicio del segundo cuarto al 9/16 al descanso). Hughes apareció por fin liderando un 0-10 de parcial y aunque Garino clavó un triple sobre la bocina el 42-37 era ya otra cosa.
La dinámica se mantuvo en el tercer acto, con un Betis mejor plantado en defensa conteniendo a un Estudiantes tocado que sobrevivía ahora gracias a un Devin Schmidt en estado de gracia. Radoncic le dio la primera ventaja a los verdiblancos con un 0-7 de parcial (42-44), pero el escolta estudiantil fue clave para frenar al rival con triples de todos los colores. Dos seguidos pusieron el 56-51, pero el Betis, tras tiempo muerto y apostar por jugar juntos con Rendroe y Cvetkovic, no se arrugó, pese a que Benite seguía fallón, para afrontar los últimos 10 minutos con todas las opciones (60-59).
Pero al final los detalles marcan la diferencia entre ganar y perder. Entre dar un puñetazo en la mesa o volver siendo más consciente aún de que la carrera de fondo hacia el ascenso no será un camino de rosas como alguien en el club podía pensar.
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