Betis Energía Plus-Barcelona B | La crónica

Repaso, trofeo y otra más

  • El Betis, sin desgastarse mucho, arrolla (81-58) al Barcelona B, lastrado por sus muchos fallos

  • Los azulgrana sólo aguantaron cinco minutos

Dee entra a canasta ante la defensa de Fernández.

Dee entra a canasta ante la defensa de Fernández. / Víctor Rodríguez

De rival a invitado de lujo. El Barcelona B fue uno un convidado más en la fiesta del ascenso que se vivió en San Pablo, que volvió a disfrutar con una victoria de su equipo. No hizo falta que el Betis mostrara su mejor versión para derrotar a los pipiolos azulgranas, que mostraron su fair play haciendo el pasillo de campeón al plantel bético. Incluso desde el salto inicial, el partido ya parecía prácticamente decantado a favor de los de Curro Segura, que continúan con el cartel de invictos como locales.

La mejor de las noticias fue que finalmente Borg sí pudo jugar. Había muchas dudas con respecto a la participación del escolta sueco por problemas durante la semana, pero se disiparon pronto. Hubiera sido una faena para el preparador bético, que ya vio cómo Bropleh, uno de sus máximos artilleros, tuvo que ver el partido con muletas después de su operación.

La afición se divirtió y la ola volvió a San Pablo antes de que Jorge Garbajosa entregara el trofeo de campeón a Pablo Almazán, capitán de la nave hispalense. El viaje de vuelta a la ACB se ha hecho mucho más corto de lo que seguramente muchos hubiesen previsto a principios de temporada, pero la paliza con la que sometió el equipo bético al azulgrana fue la mejor merienda en la fiesta del ascenso. Un personaje querido en Sevilla como Diego Ocampo, que ocupa el banquillo del filial del Barcelona, acabó desquiciado con los numerosos fallos que cometió su equipo.

Sin mayor presión que la de continuar haciendo historia en la categoría, con el objetivo en el bolsillo desde hace una semana, el Betis vuela. Y lo hace incluso por inercia. No fue necesario que los pupilos verdiblancos tuvieran que apretar en exceso para añadir a su casillero una nueva victoria. El propio Barcelona, fruto de esa inexperiencia y bisoñez propias de los equipos de cantera, se fue descomponiendo poco a poco. De hecho, las nueve pérdidas con las que acabaron el primer acto lastraron al equipo. Cosas que ante el líder no puedes permitirte. Y, evidentemente, el Betis aceptó y aprovechó los regalos para tomar las primeras ventajas en el marcador. Apenas cinco minutos aguantó el pulso el filial azulgrana al Betis (11-11). A partir de ahí, fue un monólogo verdiblanco, en el que todos los jugadores disponibles volvieron a disputar minutos y a aportar puntos para cimentar la victoria. Un partido sin mucha historia.

Borg se exprimía y sorprendía con un alley hoop con Lluís Costa como asistente, Dee demostraba su personalidad con lanzamientos lejanos, marca de la casa... Los béticos se gustaban sobre el parqué ante un rival que prácticamente se jugaba todo al tiro exterior al verse sin fuerzas para atacar por dentro. Esta apuesta salió rana y poco a poco, la brecha se abrió más hasta alcanzar los 20 puntos de diferencia después de dos triples de Dee (37-17). Se había superado ya el ecuador del segundo acto. Con un 40-20 se llegó al intermedio.

El paso por vestuarios no cambió un ápice el guion del partido. Al revés, se pronunció mucho más y la principal incógnita a resolver en los segundos 20 minutos de partido era por cuál sería la diferencia por la que los béticos se llevarían el gato al agua. Los de Curro Segura continuaron a los suyo, gustándose, y aprovechando los regalos que ponía en bandeja el cuadro catalán. Al final, y después de que los azulgranas maquillaran un poco el marcador en los últimos minutos, la victoria se quedó en un 81-58. Fue el preludio de la fiesta, que continuó en San Pablo con la entrega del trofeo.

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