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La 'consagración' idílica

  • Vidal, de lateral, encuentra premio a su trabajo de toda una temporada con dos goles y una asistencia que pone muy de cara para el Sevilla repetir como finalista de la Liga Europa.

Si aún algunos no lo daban por consagrado, ya lo está definitivamente. Vidal se ha convertido en el héroe de la ida de la semifinal de la Liga Europa ante la Fiorentina (3-0) con dos goles. Dos tantos ejecutados como lateral y no como extremo, lo que le otorga un valor añadido y más mérito si cabe al descomunal despliegue físico y trabajo del catalán, sin duda alguna la revelación sevillista de la temporada. Ya luego como extremo, a pierna de cambiada, un chut-asistencia suyo supuso el tercer tanto de botas de Gameiro y la más que probable sentencia de la elimintoria. Y para colmo le ganó la partida entre idas y venidas al hoy villano local, el ex bético Joaquín, que no fue capaz de seguirle el ritmo, aunque sí supo aprovechar sus carencias en defensa cuando lo tuvo delante.

Ya en el partido ante el Zenit, la entrada de Denis Suárez para que Vidal pasara al lateral derecho fue decisiva. Estamos de acuerdo con que sufre a la espalda, pero es normal cuando vive prácticamente en el córner rival y es extremo. Hoy Emery optó por ponerlo de inicio en la zaga por la derecha para darle la banda entera con Reyes por delante y urgar así en la debilidad de un equipo que sufre en las bandas. Acertó de pleno.

Como ante los rusos en Nervión, sus internadas se convirtieron en un martirio para Marcos Alonso, lateral zurdo de la Fiore, y Joaquín. Un par de centros suyos fueron lo más peligroso del Sevilla hasta el primer tanto, sobre todo uno desde la línea de fondo al que no llegó Bacca por muy poco. No tan arriba, sino desde la segunda línea, llegó el primero de los dos tantos del que seguramente hasta hoy sea el partido de su vida. Una gran jugada de Sevilla acabó en sus botas tras una maniobra de aclarado de Bacca para que disparara raso cruzado engañando a Neto y desatara la locura sevillista. Pero, para bien y para mal, Vidal es extremo, y en la siguiente jugada al tanto, Joaquín se la jugó para servirle el gol en bandeja a Mati Fernández, que erró inexplicablemente con toda la portería para él.

El castigo de Vidal a su flanco continuó durante la segunda mitad. Infatigable, siguió presente a la espalda de Marcos Alonso hasta que encontró de nuevo premio en una internada en la que Neto, convencido del centro, dejó desguarnecido su palo engañado de nuevo para que el catalán firmara su doblete con un tiro que prácticamente entró centrado.

Emery decidió entonces darle un respiro y acortar su largo ámbito de actuación. Entró Coke por Reyes para que Vidal se centrara más en labores de ataque y en la presión de la salida. Primero desde el extremo derecho, y luego desde el izquierdo, percutió a la zaga viola. Incluso, antes de permutarse con Vitolo, estuvo cerca de firmar el triplete en un centro chut que se fue por encima de la portería italiana.

Con un portento físico como Richards delante tampoco se amilanó y participó de forma decisiva en el tanto que puede suponer la estocada a la semifinal en su enésima llegada desde atrás. A pase de Tremoulinas, su disparo fue desviado a la red por Gameiro. Con eso no se dio por satisfecho y acabó los 95 minutos que duró el partido presionando y corriendo como si fuera el primero.

El partido perfecto. El que certifica su gran crecimiento desde su llegada el pasado verano a Sevilla y, sobre todo, el que pone pie y medio del Sevilla en la final de Varsovia. Y el que hace cuestionarse algo: ¿hasta dónde puede llegar como lateral si mejora en defensa como antaño hiciera Alves aprendiendo de David en los entrenamiento de Caparros? ¡Ah! Y Del Bosque en la grada...

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