¡Qué bien sienta ganar! Después de seis tropiezos consecutivos, muchos sin competir, sin dar guerra siquiera, el Baloncesto Sevilla volvió a sonreír. Con suspense, claro; con defensa, la clave del juego; y con Bamforth, un jugador que se agiganta con el peso de la responsabilidad. Todo compromiso con el club, el equipo y la afición, el escolta jamás se esconde y apareció cuando más lo necesitaban sus compañeros. Cuando el Fuenlabrada remontó una desventaja de 10 puntos en el último cuarto, cuando parecía KO el conjunto hispalense, apareció Bamforth. Pasito hacia adelante, otro atrás para generarse el espacio justo ante el rival y pataplum. Triple. Otra vez la bola en sus manos, y pataplum de nuevo. Y hasta una tercera vez ante Popovic, sí, el mismo que se llevó a Kazán la Eurocup en Treviso, para sellar el triunfo y dar vida a un Caja abonado al sufrimiento. Pero qué mas da si gana... 

Si Bamforth fue clave, no lo fue menos la actitud del grupo y la energía que inyectaron Hakanson y Oriola desde el banquillo. Fundamental. Porque el CB Sevilla no reacciona si no es con una bofetada previa, esta vez en forma de 2-12. El Fuenlabrada, con una alfombra roja para penetrar y encontrar el camino a la canasta, se hallaba cómodo y hasta la suerte estaba de cara, cuando un palmeo de Tabu atrás pegó en la colegiado Cardús, evitando que el balón saliese fuera y haciendo una pared perfecta con el base que acabó la jugada con un triple. 

Con el 2-12 en sólo 2.40 minutos Luis Casimiro reaccionó. Nachbar (tres pérdidas en tres minutos) está para poner fin a su carrera ya y Miljenovic, en vez de envalentonarse con la llegada del sueco, se ha venido abajo. Con los cambios y un Balvin dominador en la pintura reaccionaron los locales, a los que le costó, sin embargo, parar los de Jota Cuspinera, muy cómodos con un baloncesto rápido y agresivo. Pero poco a poco el cuadro andaluz fue entonándose. Primero en ataque, respondiendo al peligroso intercambio de golpes en el que se convirtió el duelo, y luego en defensa, clave como siempre para tener alguna opción en cualquier deporte. 

No en vano, si en el primer acto en menos de tres minutos ya había encajado 12 puntos, en los siete primeros del segundo cuarto apenas recibió seis. Los cajistas mordían en defensa. Las manos y las ayudas se multiplicaban (cinco pérdidas visitantes), Hakanson se lanzaba al suelo a por el balón , lo que nunca hizo Anderson, un jugador que se limitaba a deambular por la pista y darle la pelota a uno con su misma camiseta... Cambió la actitud, en definitiva, y el panorama del encuentro fue otro y con un parcial de 14-0 se pasó de un 25-32 a un 39-32 que Smits se encargó de ponerle fin. 

Los locales supieron aprovechar el pequeño (y merecido) descanso que se tomaron los Popovic, Tabu y Paunic para darle la vuelta al marcador con su acierto exterior, ya que a Balvin le dejaron de llegar balones y desde la personal parecía imposible sumar: 0 puntos al descanso de los cajistas sin ningún intento y los mismos para el Fuenlabrada, con un 0/4 y ningún rebote ofensivo pese a ser el cuarto equipo de la Liga en esta faceta. Algo bien harían los sevillanos. 

Lo más difícil estaba hecho, pues levantarse tras un mal inicio no es fácil. Sacar adelante el temido tercer cuarto era otro asunto complicado, pero el CB Sevilla sí que salió mentalizado en no dar tantas facilidades, pese a que Popovic por momentos pareció recordar al de aquella tarde aciaga en Treviso. Balones al croata, pero tan pronto como se le levantó la persiana con dos triples consecutivos se le bajó y desde ese momento erró los cuatro siguientes. Y el regalo lo aprovechó el Caja para despegar aprovechando una técnica a Cuspinera, que protestó a Cardús dos faltas en una misma acción sobre Álex Urtasun no pitadas, y el estado de gracia de un Oriola que cerró el acto con un contragolpe explosivo iniciado por Bamforth en su campo: 60-50 y el partido pintaba bien. 

Pero con tanta juventud en la pista al CB Sevilla le faltan tablas cuando el choque está de cara. Los jóvenes que aportan impulsividad y garra cuando la cosa está fea no saben templar los partidos cuando toca jugar con cabeza, y los veteranos no aparecen. Así, 0-7 de salida para el Fuenlabrada y otra vez con el miedo metido en el cuerpo. Si no, no se entiende que Oriola suba el balón a toda velocidad con el lógico resultado de una pérdida al botarse el balón en el pie o los melones que lanzó Miljenovic. Por nombrarlo en la crónica, también falló un triple Henton, un extracomunitario que aporta poco o nada. 

Tanto fallar permitió a los madrileños darle la vuelta al resultado (63-64) llevando los nervios a la grada. Entonces apareció de nuevo Balvin para firmar un 4/4 desde la personal en un momento muy difícil. Entre medias, a poco más de un minuto del final del choque, el primer triplazo de Bamforth con Popovic delante. Smits puso de nuevo la igualada (73-73), pero el escolta estadounidense tenía la muñeca caliente y golpeó de nuevo. Y tras el fallo de Stevic, el tercero para dejar medio liquidado un encuentro al que Hakanson, con la sangre fría de un sueco, puso la rúbrica desde la personal. Tocó ganar por fin, respirar algo y tomar aire, antes de seguir con la lucha, queda mucho por delante, pero con Bamforth se va al fin del mundo.

Ficha técnica 

85 - Baloncesto Sevilla (20+22+18+25): Miljenovic (3), Bamforth (19), Berni Rodríguez (10), Nachbar (3), Balvin (14) -quinteto inicial-, Hakanson (9), Oriola (18), Cate (2), Alfonso Sánchez (7) y Henton (-). 

78 - Montakit Fuenlabrada (26+10+14+28): Tabu (9), Popovic (10), Paunic (22), Wear (5), Sobin (14) -quinteto inicial-, Urtasun (4), JM González (-), Stevic (6), Úriz (2) y Smits (6). 

Árbitros: García González, Castillo y Cardús. Eliminaron por cinco faltas al visitante Sobin (min. 39). 

Incidencias: Decimonovena jornada de la Liga Endesa. Palacio municipal de los deportes San Pablo. 4.100 espectadores. El CB Sevilla donó parte de la recaudación a la Fundación AME, que lucha contra la atrofia muscular espinal y realizó el saque de honor un afectado por esta enfermedad.