Los Nuestros | Ignacio Azaña, jugador del Waterpolo Dos Hermanas

Un joven con muchas ganas de triunfar

Un joven con muchas ganas de triunfar

Un joven con muchas ganas de triunfar / MG

Ignacio Azaña, más conocido como Nacho, nació el 17 de enero de 2002 y empezó a la temprana edad de nueve años a estar ligado con el mundo del waterpolo. “Yo iba por cumplir, no me gustaba en exceso pero poco a poco me fue gustando más”, así es como empezó según asegura.

Después de más de siete años jugando no se arrepiente lo más mínimo y se considera una persona muy constante que ha pasado por todas las categorías posibles disputando una enorme cantidad de partidos con el Waterpolo Dos Hermanas.

Entró en natación por hacer algo de deporte y su entrenador, Jota Murube, le metió en este mundillo como a tantos otros chavales y les otorgó la oportunidad de disfrutar del waterpolo como deporte de equipo. “Para mi él es un referente, siempre ha sido mi entrenador y, ahora, también lo es de mi hermano pequeño, de 12 años”, indica, quién seguirá la tradición en la familia Azaña.

De pequeño jugaba al baloncesto y al fútbol, deporte que le sigue encantando, ya que es aficionado, pero para practicarlo prefiere el waterpolo que “me enganchó más”. Nacho asegura que lo que más le gusta de ser un deportista de alto nivel es la satisfacción de ver que se puede conseguir algo después de muchísimo trabajo, aunque recalca que es algo más que sacrificado y que, a veces, eso hace replantearse las cosas.

Desde pequeño en el club ha tenido que ir jugando con categorías superiores debido a la falta de gente, algo que califica como un obstáculo porque a veces se llevaban unos serios correctivos, aunque todo lo considera como un aprendizaje. Eso sí, uno de sus mejores momentos le llegó cuando su entrenador lo llamó para ir convocado con el equipo sénior, algo que “no olvidaré”, dice.

Los valores que el waterpolo inculca son claros: trabajo, responsabilidad, compañerismo y mucho sacrificio. El hecho de ir todos los días de tu vida a entrenar genera un compromiso ineludible tanto uno mismo, como con todos los compañeros con los que se genera una empatía evidente, por lo que uno nunca quiere dejarlos atrás. Como bien dice Nacho, “nos obliga a ponernos los zapatos de los demás”.

A corto plazo, asegura que su gran objetivo es entrenar para el Campeonato de España juvenil, que es la mejor manera de resarcirse del descenso que han consumado esta temporada en la que muchos de los jugadores más jóvenes han tenido que tirar del carro del Waterpolo Dos Hermanas.

En cuanto a compaginar estudios y entrenamientos, asegura que no es fácil pero que la mejor manera de hacerlo es cumplir un horario. “Estudio bachillerato y mis planes son de optar por la carrera de Medicina. Tienes que hacerte un horario y cumplirlo sí o sí, es la única manera” indica.

En cuanto al futuro, le encantaría optar a una plaza en la selección española y llegar muy alto, jugar con gente de altísimo nivel, aunque no se pone fechas y sabe que es algo que terminará cayendo por su propio peso si sigue con constancia y esfuerzo. Además, en un futuro lejano le gustaría entrenar para transmitir los valores que él recibió en su momento.

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