Serio y disgustado. Así se personó Unai Emery en la sala de prensa del Ramón Sánchez-Pizjuán para analizar un partido que a buen seguro quedará registrado en los anales de su memoria como una suma de errores y despistes que propiciaron encajar una derrota de las que dejan un regusto amargo.

La resaca por el pase a la final de la Liga Europa y la desapacible tarde que aguardó al Sevilla y al Granada invitaba a pensar que uno de los dos saldría malparado. Confiaba Emery en que no fueran sus jugadores, pero en esta ocasión la realidad le llevó la contraria. Y él no pudo más que lamentar un tropiezo al que no quiso restar importancia.

"El ámbito futbolístico externo podía hacer creer que no nos jugábamos nada, pero sí que nos jugábamos cosas. Lo primero, que defendemos un escudo y que lo que uno hace repercute en el compañero, en el profesional del club; lo segundo, el respeto a la Liga, porque nosotros teníamos opciones de pelear por el quinto y el sexto puesto. No teníamos que dar nada a nadie ni a favor, ni en contra. Y además, jugábamos en el Sánchez-Pizjuán, en nuestra casa. A mí no me gusta perder nunca y menos ante mi gente", dijo el de Fuenterrabía sin relajar el rostro.

Responder sobre el estado de ánimo de los jugadores era inevitable: "El partido tuvo connotaciones, pero el resultado es para no estar contentos. El vestuario está cabreado. En el contexto genérico hay cosas que hay que cambiar. Fuera daba la sensación de que el rival se jugaba más".

Preguntado por la inclusión en el once titular de jugadores como Beto, al que hacía mucho no se veía por Nervión, Emery indicó que el portugués "se merecía jugar, hacer un buen partido y que ganásemos". Pero todo empezó a truncarse con el primer gol del Granada. "Ese tanto nos hizo daño. No puedo reprochar nada a los jugadores, pero sí al ambiente que se genera, porque sí que había muchas cosas en juego para nosotros", apostilló.

Ante la posibilidad de jugar la última jornada de Liga el próximo viernes, el entrenador del Sevilla lo tiene claro: "Sería lo más justo y una deferencia del fútbol español, porque jugamos una final el miércoles". No obstante, la Liga ya confirmó que el Sevilla jugará en San Mamés el sábado.

También dedicó el vasco unas palabras a Pareja y su "entrada progresiva en la dinámica del equipo", como bien explicó. "Era importante para él. Le dije que si quería aprovechar, que cumpliera los 90 minutos, pero estaba justo de piernas y el cambio era lógico dentro de su evolución".