El 4-3-3 de Luis Enrique Martínez es lo opuesto a aquel 4-3-3 tan habitual en el fútbol clásico, con dos extremos puros y un ariete. De hecho, hasta los tres más adelantados se meten a tejer juego por dentro para acabar mareando y desquiciando al rival. Costa Rica no vio el balón y, aturdida, llegó tarde siempre, en cada jugada. La efectividad de los españoles hizo el resto para firmar un 7-0 histórico.

Unai Simón Espectador.

Azpilicueta Tiene pinta de marine y juega como tal. Hace falta para equilibrar.

Rodri Fue ganando metros, hasta su querencia para tocar.

Laporte Comodísimo, se animó a algún eslalon.

Jordi Alba Punzante.

Sergio Busquets Si lo arropan alrededor, su pérdida de ritmo se nota menos.

Gavi Prodigio. Fue una turbina por los pasillos interiores. Y el niño con hambre hasta el final.

Pedri El diapasón de la selección es suyo. Ese primer paso que da cuando controla siempre prende la mecha.

Ferran Torres Le va a venir genial para su confianza.

Asensio Lo que quiere Luis Enrique: un nueve nada nueve.

Dani Olmo El falso extremo más auténtico. Muy difícil de detectar cuando llega al área.

Morata Arrastres.

Carlos Soler Asomado al balcón.

Balde ¡Vaya moto la suya!

Koke Apoyo y descargo.

Nico Williams Buenos centros rasos.