Amistoso

Menos lobos, Sevilla (6-4)

  • Los héroes de Tiflis maquillan muy al final ante la Roma un ridículo defensivo que vuelve a dejar al desnudo preocupantes carencias. La portería, los pivotes y la actitud de algún fichaje despiertan dudas.

Lo del pasado martes era un partido oficial, lo de ayer no, y no se puede comparar una cosa con la otra. Eso para empezar. Otra cuestión es que el verano es engañoso cuando se trata de fútbol, también es cierto, pero lo mismo puede decirse que las sensaciones pueden generar escenarios equivocados, tanto en un sentido como en otro.

El sevillista que, con mucha razón, caminaba por su pueblo o su barrio henchido de orgullo el día siguiente de la noche de Tiflis no retenía ya en la memoria el primer tiempo de los suyos, las prestaciones defensivas de un Sevilla que había recibido un 4-1 con suma facilidad. Lo que vino después fue otra cosa. Igual que los cuatro goles que los de Emery sumaron en Roma para maquillar, o mejor, intentar maquillar, lo que había tomado tintes de ridículo. Porque un 6-0, en verano o en invierno, en pretemporada o en competición oficial, con Messi o sin Messi en el equipo de enfrente... no es de recibo en el fútbol profesional. Digamos que, igual que las estadísticas, son cosas que carecen a lo mejor de una gran importancia ahora, pero que esconden una realidad.

Es de suponer que el entrenador y sus colaboradores son los mejores indicados para leer entre líneas, para sacar conclusiones, para pasar los informes pertinentes y para poner firme al que sea. El Sevilla, por muy amistoso que fuera y por mucha exhibición que diera ante todo un Barcelona, no puede salir a un campo de fútbol como lo hizo en el Olímpico. Con el mismo doble pivote que ante los que Messi, Rafinha, Iniesta y Rakitic pasaban como aviones -Banega y Krohn-Dehli-, y con fichajes que todavía no se han enterado a lo que juega el Sevilla, Emery ya trinaba con el 4-0 en cuarenta minutos. Iborra y Cristóforo no mejoraban la situación en medio de una empanada general del que muy pocos se salvaban de los que se alineaban de salida: Denis Suárez, Rami... y con un portero que sigue siendo un flan, mucho más después de haber visto que el primer partido oficial lo jugó Beto.

Así, a la ligera, a la mente se vuelve a venir que Krychowiak no puede ni coger un resfriado ni hacer una exhición de ésas con las que a algún club le pueda entrar el avenate de pagar su cláusula. Con lo cual, lo que de verdad chirría es seguir escuchando que el club intensifica negociaciones para hacer una descomunal inversión por un delantero de talla internacional.

El verano, si para algo sirve, es para esto. Las carencias están detectadas y las ha visto todo el mundo. Después de eso, menos lobos, como, según la historia popular, le decían en la taberna al tío Pinto cuando iba descontando fieras a las que él solito decía que había espantado. El Sevilla le metió miedo y hasta arrinconó a una de las más feroces. Y tuvo un meritazo, pero en cuatro días luce en el cuerpo muchos arañazos. Once en concreto.

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