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Un partido para creer o no

  • De los seis encuentros que quedan, el de este fin de semana ante el Manresa marcará las posibilidades reales de permanecia de los hispalenses.

Seis jornadas. Seis finales (más las que lleva ya disputadas) le quedan al Baloncesto Sevilla en el duro camino de su salvación, aunque, evidentemente, hay partidos y finales más importantes que otras. Desperdiciada la ocasión de dar un salto cualitativo en la tabla al perder el pasado sábado ante el Baskonia, el conjunto de Luis Casimiro, por mucho que en público la argumentación sea otra, hace ya sus cuentas y en el horizonte está marcado como cita decisiva el duelo de este fin de semana ante La Bruixa d'Or Manresa.

También los catalanes tienen subrayando el duelo en su calendario, ya que de sacar el encuentro adelante aventajarían a los hispaleses una victoria más el basket average (es decir, dos partidos) a falta de cinco por disputarse (tres de ellos lejos del Nou Congost). Por eso una cosa es el discurso de puertas hacia fuera y otro el del vestuario, que sabe que en el duelo de este sábado hay media permanencia en juego en una cancha que será una olla a presión para los de Luis Casimiro.

De los seis choques que tiene por delante el CB Sevilla los tres a domicilio, por si fuera poco, serán ante rivales directos: esta jornada, en Manresa; dentro de dos, en Andorra; y en la penúltima cita del curso, en San Sebastián frente al Gipuzkoa. En esa terna de duelos en la primera vuelta estará la salvación o la condena, ya que en la primera vuelta, con Scott Roth en el banquillo, perdió los tres: 57-77 frente a los del Principado, 61-76, contra los vascos; y 72-80, ante los manresanos. La desastrosa herencia recogida del técnico yanqui es una condena para un Casimiro que presenta un equilibrado balance de 5-5 y que sólo puede optar a recuperar el average con La Bruixa d'Or, aunque ganar por un punto sería suficiente espaldarazo para seguir confinado en el milagro de la salvación por méritos deportivos.

"Ganando daríamos un paso muy importante, pero una derrota nos dejaría muy tocados", manifestó Álex Urtasun sobre el choque, de modo que el encuentro se debe "tomar como una final". "Es posible que para ellos jugar en casa les suponga un arma de doble filo. Si conseguimos ponerlos nerviosos, el factor cancha hará que jueguen peor, pues se tiene menos presión contra rivales de arriba, mientras que contra los de la zona baja cuesta más", indicó el escolta, que espera que "lo sucedido en la primera vuelta no cueste caro". "Con dos triunfos más estaríamos ahora en una zona tranquila", afirmó.

Hacer números y tener en cuenta los duelos particulares, ya sea en dobles o triples empates, de los que saldría perdedor en la mayoría de los casos, es importante a estas alturas, si bien de poco servirán si de Manresa el equipo sevillano vuelve con otra derrota. Y no será fácil, porque los de Pedro Martínez tienen claro que su guerra está en su pista, en la que recibirán, además, a un Fuenlabrada que dentro de dos semanas puede estar sentenciado y a un Estudiantes, en la penúltima fecha, que no se jugará nada y que podría no contar con uno de sus máximos anotadores como Aradori, tentado por el Dinamo Sassari, según medios italianos, para jugar el play off en la Lega.

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