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Una pesadilla llamada Intertoto

  • La posible falta de combustible con que el Sevilla afronta el tramo postrero de Liga y la sensación de que dejó de funcionar como tal, motivos para que en el club se pongan en lo peor

Macedonia, Israel y Croacia como martirio obsesivo en el futuro de este Sevilla tan lleno de dientes de sierra. Tras el empate con sabor a derrota de la noche anterior, mientras una turbamulta de nórdicos con la piel abrasada por el inmisericorde sol de La Manga, en la expedición sevillista se piensa que uno de esos tres países puede ser el punto de destino del equipo para la primera ronda de algo que, tras el reciente chaparrón de conquistas, en el sevillismo se considera infamante, la Copa Intertoto.

Ha pasado una larga noche que en algunos casos parece fue de insomnio y la preocupación se generaliza en el grupo de dirigentes y de profesionales del Sevilla, de ese laureado Sevilla que no está, precisamente, repitiendo los laureles tan cercanos. Son tantas las plumas dejadas en el largo camino liguero que ya hasta se contempla la posibilidad de que no sea el Atlético de Madrid el objetivo a alcanzar sino que se ve con desazón la cercanía de ese Deportivo de Lotina que, además, se dio trazas en derrotar al Sevilla en las dos vueltas, tanto en Nervión al de Juande como en Riazor al de Jiménez.

Y como paradigma de este estado de preocupación figura el presidente, que, requerido por este periódico para una entrevista, la denegaría con tanta cortesía como rotundidad. "No es el momento de hablar, pues ni es costumbre hacerlo así, sobre la marcha, ni sabemos ahora dónde vamos a quedar a final de Liga, si los cuartos o los octavos".

Y es que la desazón revoloteaba sobre el nido sevillista mientras el enjambre de nórdicos achicharrados demoraba con exasperante intensidad la salida del vuelo de vuelta a casa. Mañana luminosa a orillas del Mar Menor y votos porque horas después ganen el Getafe al Atlético de Madrid y el Mallorca al Racing, que lo del domingo próximo a las cinco de la tarde en Nervión se contempla como la última bala, la enésima última bala de este equipo al que todo empezó a torcérsele la noche del último sábado de agosto retransmitido por La Sexta, siempre La Sexta.

Viajó en el vuelo de vuelta Paquito Gallardo, el ex sevillista y hoy murcianista que apenas cuenta para Javi Clemente. Los aficionados volvían contritos, que tan acostumbrados como estaban a ganar y a ver cómo se repoblaba la vitrina del Sánchez Pizjuán, ahora no digieren que un simple Murcia, un equipo desahuciado, se muestre como un muro inexpugnable para el Sevilla de Manolo Jiménez.

Son unas sensaciones desagradables las que merodean por el nido blanco. Una es inquietante y se trata de adivinar si es que el equipo ha llegado con la luz de la reserva de combustible en rojo, con la gasolina precisa para caerse en la cuneta. La otra está clara, admite menos dudas, y es que el equipo ya no funciona como tal y que sólo cuando demarra Daniel Alves o la enchufan Luis Fabiano o Kanoute se sale del atasco.

Lo de la posible falta de combustible es comprensible porque han sido muchos los partidos y también los contratiempos que arrancaron con la muerte en directo de uno de sus futbolistas más decisivos. Los experimentos obligados en defensa, el bajón de Poulsen o antes de Renato, la cantidad de partidos acabados en inferioridad numérica, amén de los viajes, explican en cierta medida esta posibilidad que no tiene por qué ser una utopía.

Después está lo de la falta de sincronización del equipo. Las rotaciones que tan bien funcionaron con Juande no han surtido el mismo efecto en el curso presente. Lo que antes era pragmatismo y acierto ha sido ahora necesidad por tantas ausencias obligadas y desacierto porque hubo futbolistas que se desenchufaron, léase el traspasado Kerzhakov, o que están tardando en adaptarse mucho más de lo habitual, caso especial de Kone.

Restan cuatro partidos que son cuatro finales con permiso del resto de rivales directos, inesperadamente directos alguno. No depender de sí mismo también resulta preocupante según se mira a Champions, pero es que asusta el Deportivo y Macedonia, Israel y Croacia son destinos que aterran. El solo hecho de afrontar esos compromisos tan lejanos ya el 20 de julio son para que la preocupación se enseñoree de un Sevilla que se rompe la ropa sólo pensando en partidos como los dos del Almería, el de San Mamés, Zaragoza, Valladolid, Pamplona, Getafe, Murcia; y eso por no pensar en el mal balance que presenta con casi todos los que le anteceden en la tabla. Macedonia, Israel, Croacia, qué pesadilla…

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