La plantilla, uno a uno

Juan Antonio Solis, Sevilla

15 de mayo 2012 - 13:25

Palop

La irregularidad, mala consejera. Acusó su veteranía en una cita clave, ante el Hannover, y aunque perdió el sitio ante Javi Varas, recuperó su calidad innata en la fase final de la Liga. Ay, esa ausencia del Bernabéu...

Javi Varas

Sobrehumano y ya más humano. Cuando le llegó su oportunidad la agarró con actuaciones memorables, pero algunas indecisiones costaron caras (Vallecas, Ciudad de Valencia) y ya no fue el mismo.

Martín Cáceres

Se notó más cuando no estuvo. Un club bien estructurado no tiene por qué desprenderse de su mejor defensa a mitad de temporada. El charrúa, que no sacó todo su potencial, fue mejor en su ausencia que sobre la hierba.

Coke

Desbordado por la responsabilidad. Con el Rayo, en Segunda, evidenció la campaña anterior que podía saltar a un club con aspiraciones, pero acusó el peso de la responsabilidad tras irse Cáceres. Tiene más de lo que parece.

Fazio

Se asentó en el eje de la zaga. Marcelino lo probó en el centro del campo y el argentino , entre su tibio ritmo y el desequilibrio colectivo, no cuajó. Ya como central ha acabado postulándose como pieza para el proyecto venidero.

Spahic

Lo más lejano al compromiso. Parte del "rotundo fracaso" -Del Nido dixit- por quedar fuera de Europa se origina en el eje de la defensa: el bosnio estaba llamado a ser un nuevo Javi Navarro y ha sido lo más lejano al compromiso.

Aléxis

La dinámica de parecer peor. Mal asunto es que en un club empiecen a aparecer jugadores cuyo nivel real es peor que el potencial. El malagueño no se acopló y Marcelino lo tuvo claro. En el Getafe parece otro.

Escudé

La limpieza ya no es salvoconducto. Nunca fue veloz y contundente, pero marcaba diferencias por su colocación y su limpieza para recuperar el balón y sacarlo jugado. Hoy, su merma física lastra demasiado a sus virtudes.

Cala

Las ganas le pudieron.Triunfó en el AEK de Atenas y las circunstancias hicieron que el cuerpo técnico se acordara de él. No encontró un respaldo pleno desde el banquillo y al salir dio pares y nones. Le faltó templanza.

Fernando Navarro

La regularidad, esa gran virtud. El ex mallorquinista ha recuperado el nivel de su primera temporada. No sorprende con la pelota cuando sube, pero asegura un nivel óptimo atrás con cierta regularidad.

Deivid

Una opción más que válida. El canario tuvo que tragarse el sapo de saltar al Bernabéu como medio centro en sustitución de Medel y cumplió, como más tarde ante el Rayo. Acaba contrato y está por ver si sigue.

Luna

Por delante de la zaga, mejor. Marcelino no le dio bola, pero luego se le abrió la puerta. Cuando actuó por delante de Fernando Navarro jugó con profundidad y recorrido, pero como lateral le faltan aún conceptos defensivos.

Medel

Las loas no le hicieron un favor. Sea por los excesivos elogios o por saberse poco menos que imprescindible, no describió una línea regular: tan pronto hacía la raya como perdía el sitio. Demasiadas amonestaciones.

Alberto M.

Minutos testimoniales. El jugador del filial aprovechó la coyuntura para debutar en Primera y además en uno de los estadios de tronío, San Mamés. Actuó como volante izquierdo y apenas tuvo incidencia en el juego.

Guarente

Sólo estaba para tres ratitos. Otro año casi en blanco para el italiano, que apenas saltó a estirar las piernas y probar su ritmo en tres apariciones. Una de tantas interrogantes que debe afrontar Monchi y su grupo de trabajo.

Campaña

Un ostracismo sin justificación. Al chaval, acaso el valor más sólido de la cantera por sus posibilidades, se le ha colgado el cartel de disperso y tanto Marcelino como Míchel no han tirado de él pese al agujero en ese puesto.

Trochowski

¡Un alemán sin calidad física! El germano ha evidenciado que no puede actuar con un solo medio a su lado: es 'tercer centrocampista'. Sólo así tapa su déficit físico y muestra sus virtudes: presión arriba, toque y tiro.

Armenteros

No aprovechó su gran ocasión. Los problemas físicos de Perotti y la confianza que depositó en él Marcelino lo situaron ante la ocasión de su vida, pero su fútbol parsimonioso se diluyó en la indefinición.

Rakitic

Se le apagó la luz de la Liga anterior. El croata no es el mismo desde la fractura en el dedo pequeño de uno de sus pies. Jamás cogió el tono físico para competir, y el Sevilla echó de menos sus pases clarividentes. Y sus goles.

Luis Alberto

Otro que pide más minutos. Un caso similar al de Campaña: una marginación que no se entiende, pues han sido muchas las ocasiones en que al Sevilla le hacía falta imaginación, creatividad entre líneas.

Jesús Navas

Su enorme nivel es ya excepción. Atrás quedaron sus problemas de tobillo. Volvió el jugador que se burla del cansancio para disfrutar sobre la hierba. Cinco goles, 12 pases de gol... y los que dio que otros desaprovecharon.

Perotti

Su peor rival son las lesiones. Temporada para el olvido la del argentino, que no sale de la dinámica de lesiones musculares. Cuando jugó esta campaña, lo hizo con el gesto crispado. Debe recuperar la alegría.

Manu del Moral

Diez goles que no lo tapan todo. Frío como él solo, el jiennense dejó claro que concibe el fútbol con metros por delante y sin que los rivales le echen el aliento. Marcó diez goles, sí, pero se perdió en muchos partidos.

Kanoute

El símbolo de un ciclo consumido. El primer gol del Sevilla en la temporada fue suyo, pero no tardaron en aflorar sus problemas físicos y apenas pudo guiar al equipo con su luz especial. El tiempo revelará el vacío que deja.

Negredo

Arregló sus cifras, pero... Como en la Liga anterior, arregló su discreto balance goleador en el tramo final, pero un delantero de su nivel debe dar más. Su tendencia al adorno y al arabesco lo hizo menos efectivo.

Hiroshi

Cuando un nipón jugó un derbi. Entre ausencias coyunturales (Kanoute) y estructurales (pocos delanteros en la plantilla), el japonés disfrutó de unos minutos en el derbi del Villamarín. No parece llamado para estas alturas.

Babá

Goles para pedir confianza. Llegó bajo miradas recelosas y no tuvo todos los minutos que se merecía para convencer a los escépticos. Primeros apuntes: no es un virtuoso pero tiene instinto para el gol: 3 en 11 partidos.

Reyes

Sin piernas no hay chistera. La vuelta del hijo pródigo despertó una mayúscula ilusión en la hinchada, pero apareció un Reyes feble, sin gas, sin piernas, que apenas sacó su magia en chispazos demasiado ocasionales.

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