Ni rastro del pentacampeón
Con la marcha de Fazio al Tottenham, que el club inglés hizo oficial ayer, se va el último jugador del ciclo de 5 títulos en tan sólo 15 meses.
El 19 de agosto de 2007, el Sevilla asaltaba el Santiago Bernabéu, vencía 3-5 al Madrid en la vuelta de la Supercopa de España y abrochaba una impresionante racha de cinco títulos en quince meses. El sevillismo, que se había llevado 58 interminables años sin paladear un título, se frotaba los ojos alborozado, no terminaba de asimilar esa lluvia de gloria. Entre los 14 jugadores que vistieron de rojo esa noche en Chamartín figuraba un gigante de 20 años que cuajó un partidazo como central, Federico Fazio. Y con la marcha del zaguero argentino al Tottenham, oficial desde ayer con el anuncio del club inglés, ese equipo del Sevilla, que figura en las paredes de todas las peñas del club por su gesta, es ya pura historia. Nadie queda en el vestuario ya. El último era Fazio, que también fue campeón de la Copa del 2007, ya que jugó la vuelta de las semifinales ante el Deportivo, ya sentenciada desde la ida.
El destino depara guiños de lo más simbólicos: el último superviviente de los pentacampeones, aquel proyecto de defensa pescado de Ferrocarril Oeste por unos 800.000 euros cuando aún no había cumplido los 20 años, aquel imberbe de carácter introvertido y aire despistado que entró de puntillas en todo un vestuario de estrellas... luce hoy en los periódicos, con una barba cerrada que refleja su madurez, embutido en otra camiseta blanca que no es la del Sevilla. Hoy, que se cumplen siete años de la tragedia que sacudió los cimientos de aquel equipazo y que hizo que ya nada fuera igual.
Previo pago de los 10 millones de euros que fijaba su cláusula de rescisión con el Sevilla, Fazio firma por cuatro temporadas -unos 2,5 millones de euros limpios por cada una de ellas-, además, con el Tottenham Hotspur, el club que, en aquella tormentosa temporada 2007-08, terminó de cambiar las agujas de aquel expreso llamado Sevilla con la contratación de Juande Ramos. Y, curiosamente, el hombre llamado a portar el brazalete de capitán se marcha por la misma puerta de atrás que enfiló Juande.
Sin derecho al honor en el adiós que disfrutaron en su día Daniel, Luis Fabiano, Jesús Navas, Kanoute, Palop, Maresca, Dragutinovic, Renato, Escudé... Los guiños del destino.
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