Valladolid | sevilla · el otro partido

Quien tienta al diablo...

  • Luis Fabiano y Pérez Lasa dibujan el paso de la gloria al infierno · A la picota el único 'nueve' en un mal día para pecar

El fútbol está amanerado desde hace tiempo. En su afán por evitar la excesiva picaresca, los legisladores universales del deporte rey hace tiempo que crearon normas que, leídas al pie de la letra por malos jueces, como es Pérez Lasa, adulteran la esencia de este hermoso deporte. Y el Sevilla, en la carne del voluble Luis Fabiano, tuvo que expiar el pecado en un mal día para ello, en un día en que Manolo Jiménez había dado con la tecla para arreglar el desaguisado de las numerosas bajas. El paso de la gloria al infierno fue en un solo instante, el del penalti fingido de Luis Fabiano. Pero detrás de ello hay un sistema que tiende a la corrupción del juego si no se saben aplicar las normas.

La mejor prueba de que no era día para pecados veniales, porque las tarjetas las carga el diablo y el pecado se convierte en mortal en un solo instante, fue la amonestación de Pérez Lasa a Marcos y Jesús Navas. Un simple forcejeo en medio de la tensión del partido fue interpretada por el colegiado guipuzcoano como merecedora de tarjeta amarilla. Poco antes, Pérez Lasa ya había avisado de cuál es su vara de medir. Después del 0-2, logrado por Jesús Navas, le mostró la primera amarilla a Luis Fabiano por "retrasar la reanudación de un saque de centro tras la consecución de un gol a favor", según el acta. Es decir, interpretó que perdía tiempo ¡en el minuto 25!

Y poco después llegó el momento en que Luis Fabiano tentó al diablo. Con el Sevilla bordando el fútbol, gracias a la movilidad de los tres centrocampistas que se ubicaban entre Duscher y Luis Fabiano, éste optó por dejarse caer al sentir el contacto del Sergio Asenjo en lugar de intentar hacer el 0-3. El justiciero Pérez Lasa no dudó en sacarle la segunda amarilla, aunque después no mostró la misma vara en la celebración del 3-2, por ejemplo.

Como penitencia, el Sevilla se queda sin su único delantero centro sano para recibir al Recreativo. Y sin un triunfo que hubiera zanjado las dos derrotas consecutivas. Y sin la confianza de sacudirse todas las dudas pese a no tener extremo izquierdo tampoco. Ahora, Luis Fabiano está en la picota, por tentar al diablo en un mal día para ello.

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