Tras un ‘tsunami’ toca perfil bajo

Desde mi córner

El ascenso de Luis de la Fuente es menos sorprendente de lo que pueda aparentar

Hasta el gorro de la prepotencia de Luis Enrique, su sucesor en el cargo de seleccionador nacional es de una forma de ser que en nada se parece al asturiano. Cuando todo indicaba que Marcelino era quien más papeletas llevaba en esta rifa, Rubiales ha optado por bajar el perfil del designado y ahí encaja a la perfección la figura de Luis de la Fuente Castillo, riojano de Haro, diez años mayor que su antecesor y residente que fue en Sevilla.

Cuatro años vivió en nuestra ciudad como futbolista que militó en aquel Sevilla que Luis Cuervas trataba de engrandecer tras la recalificación urbanística del lugar que hoy ocupa Nervión Plaza. Recién cesado Jock Wallace tras un Carranza arribó al banquillo sevillista Xabier Azkargorta y una de sus primeras decisiones fue la de pedir el fichaje de De la Fuente a pesar de que el puesto de lateral izquierdo estaba garantizado por los buenos oficios de Manolo Jiménez.

El fichaje del riojano no perjudicó en nada a Jiménez que hasta fue mundialista en Italia 90. De la Fuente estuvo cuatro cursos en Nervión, justo desde 1987 a 1991, y vistió la elástica blanca en más de ochenta ocasiones. Y en el verano de 1991 volvió al Athletic Club, con el que había ganado dos Ligas y una Copa a las órdenes de Javier Clemente. Su estancia en el Sevilla tuvo claroscuros acusados, siendo titular con Azkargorta y suplente con Cantatore.

Volvió al Sevilla como entrenador de cantera y en su regreso a San Mamés ejerció de delegado del primer equipo siendo su entrenador Joaquín Caparrós. Entrenó fugazmente al Alavés y fue reclamado por Ángel Villar para entrar en el staff de la Federación. A partir de ahí su trayectoria está muy fresca y sus éxitos con la sub-21 han sido decisivos para llegar a la absoluta. El perfil bajo del riojano puede ser el antídoto a un tsunami llamado Luis Enrique Martínez.

stats