Basilea-Sevilla

Y volver, volver, volver...

  • El Sevilla rinde visita al Basilea con el deseo, no expresado, de tener que retornar para la final. Emery dice hacia el exterior que son 180 minutos, pero desea una victoria fuera ya.

Primer asalto del Sevilla, el actual bicampeón de la competición así que pasen los tiempos hasta que no se dispute una nueva final, con el Basilea y el deseo de todos los expedicionarios de la entidad nervionense de tener que retornar a la ciudad suiza allá por el 18 de mayo para poder optar al tercer título consecutivo de la Liga Europa. Es un objetivo que nadie hace público por dos razones más que justificadas. La primera es porque existen muchas curvas por sortear por el camino con un elenco de equipos que buscan lo mismo de indudable potencial tanto económico como deportivo; la segunda se refiere al tradicional tópico del fútbol de plantear las cuestiones bajo los parámetros del partido a partido y de no pensar jamás en el más allá.

Es normal, por tanto, que en el Sevilla se vendan incluso enfados cuando se habla de esto, de volver a Basilea, y se prefiera centrar la atención en encauzar la eliminatoria de octavos de final contra el actual campeón de la liga suiza, donde acumula seis títulos consecutivos gracias a sucesivas hornadas de grandes futbolistas. Muchos de ellos son estrellas mundiales, como Rakitic, que empezó aquí cuando era aún un pipiolo, Granit Xhaka, Shaqiri, el guardameta Sommer, el egipcio Mohamed Salah y el último, su compatriota Mohamed Elneny, un medio centro de gran calidad vendido al Arsenal en el pasado mercado de invierno por 12,5 millones de euros. Aún queda otro producto de la factoría por salir, se llama Patrick Embolo y los ojeadores de media Europa hablan y no paran de sus virtudes futbolísticas, tanto que su precio puede estar ya muy por encima de los 20 millones de euros. Afortunadamente para el Sevilla, fue expulsado en el último partido contra el Saint-Etienne y hoy cumplirá el encuentro de sanción correspondiente.

Indudablemente, es un dolor de cabeza menos para Unai Emery a la hora de afrontar este primer encuentro con el Basilea, pero son las circunstancias que atraviesan todos los equipos durante la temporada. Por ejemplo, el cuadro sevillista tampoco puede contar con uno de sus elementos más reputados, con ese Krychowiak tan cotizado en el panorama mundial y tan necesario para meterle la guindilla al centro del campo. El polaco ya está entrenando con el resto del grupo y su reaparición es inminente, pero en este desplazamiento no formaba aún parte de la lista de 21 futbolistas elegidos.

No pasa nada, de cualquier forma, el fútbol jamás fue de los ausentes y sí de los presentes, que son los 22 futbolistas que hoy podrán poner en liza en el St. Jakob Park el Basilea y el Sevilla. Con esos mimbres, Emery tiene la esperanza de lograr el primer triunfo fuera de casa en las competiciones europeas durante el presente curso. Es un deseo que el técnico no hace público como prioridad, pues los discursos típicos en las previas de estos partidos establecen que es una eliminatoria de 180 minutos y que hay que ser inteligentes para llegar con el cruce vivo hasta el segundo asalto. Sin embargo, el vasco no para de rumiar por sus adentros las causas para la ineficacia de los suyos lejos del Sánchez-Pizjuán. Incluso, dentro de la recurrencia obsesiva a la palabra trabajo, no esconde alguna autocrítica sobre lo que está ocurriendo por no haber sabido conducir a los suyos hasta ese triunfo que tanta falta les está haciendo para culminar el excelente trabajo como local.

La visita a St. Jakob Park es una buena oportunidad para variar de una vez la tendencia y ése es el espíritu que anida entre los expedicionarios sevillistas. Claro que para lograrlo será necesario un cambio en el estilo futbolístico como premisa fundamental para que la ecuación pueda dar un resultado positivo. El Sevilla no puede salir como en tantos y tantos recintos durante la presente temporada, en los que deja pasar el tiempo sin que nada se altere, y se planta en el minuto 70 con la sensación de que en los partidos no ha ocurrido absolutamente nada y que a partir de ese momento se trata de algo así como una moneda lanzada al aire. Lógicamente, puede salir cara o cruz y hasta ahora casi nunca se ha producido la primera de las circunstancias para los nervionenses. Por tanto, el libreto a seguir debe tener mucho más que ver con la imagen ofrecida en la visita a Vallecas, cuando los hombres de Emery salieron a por el triunfo desde el principio por mucho que al final no impidieran el empate del Rayo en el segundo periodo.

Un factor de riesgo es también que los equipos suelen tirar, entre comillas este término, los primeros partidos cuando ejercen como visitantes en las competiciones por eliminatorias. No han sido pocos los casos en los que la superioridad demostrada como forasteros en la ida no se tradujo en el marcador por la sencilla razón de que tenían presente el colchón de la vuelta al calor de los suyos y que después se les volvió pronto en contra. Se busca en los arcanos de la memoria y aparece cierta eliminatoria con el Tottenham en la que los ingleses pudieron decidir en la primera parte de un Jueves Santo en Sevilla, no lo hicieron y se fueron con un 2-1 para Londres. En teoría, era un buen resultado para los visitantes, pero en no más de 20 minutos Kanoute ya había colocado el 0-2 en White Hart Lane. Más reciente en el tiempo está el cruce de la anterior temporada con el Borussia Mönchengladbach en el que sucedió poco más o menos lo mismo con excelentes intervenciones de Sergio Rico antes del gol de Iborra.

Para gustos los colores, está claro, pero jugar el primer partido en casa le da a quien lo hace precisamente esa pequeña ventaja y del Sevilla dependerá la actitud con la que afronte este encuentro en Basilea, donde debe salir a por todas, sin pensar en el Villarreal y en nada más, sólo con la intención de dejar la eliminatoria resuelta por la vía de urgencia para garantizarse, un año más, su presencia en los cuartos de final de la Liga Europa. Para conseguirlo, habrá que ver si esta vez Emery tira de Sergio Rico o sigue con su apuesta por David Soria. Tal vez sea una de las grandes incógnitas dentro de un equipo en el que se producirá el tradicional cambio de laterales, con Mariano y Tremoulinas, además del ingreso de Vitolo, Cristóforo, Krohn-Dehli y tal vez Fernando Llorente arriba. ¿Banega? Gran duda también teniendo en cuenta que tal vez sea más necesario que esté fresco contra el Villarreal. En fin, son las cosas que sólo la terca cabeza de Emery puede resolver en ese galimatías que siempre es conocer la alineación que mande en la cabeza del vasco.

Pero lo que es seguro es que el Sevilla saldrá al césped con 11 futbolistas, ni uno más ni uno menos, y con ellos debe romper la mala dinámica como forastero de una vez por todas y dar así un paso casi definitivo para meter su bola en el sorteo de los cuartos de final. Es así como se traza el camino para retornar a Basilea en mayo, pero tampoco está mal seguir la línea oficialista y subir la escalera de escalón en escalón. Aunque la canción más tarareada ayer era "Y volver, volver, volver...".

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