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De vuelta a La Rosaleda

  • Mel regresa a Málaga dos años después de un partido que significó el principio del fin de su etapa anterior. La confianza del consejo en el entrenador es ahora distinta a entonces.

El 3 de noviembre de 2013 el Betis pisó por última vez La Rosaleda, en lo que no acabó siendo un encuentro más de aquella temporada. La derrota ante el Málaga por 3-2, en un encuentro en el que acumuló méritos para un mejor resultado, desembocó en el principio del fin de la etapa de Pepe Mel el en el club verdiblanco, después de que el consejo de administración, encabezado por José Antonio Bosch, el administrador judicial y consejero por aquellas fechas, ya hubiera ofrecido señales de pérdida de confianza en el técnico, al que despidió tres jornadas después.

Aquel partido ante el Málaga, correspondiente a la jornada duodécima, una más que en este momento, llegó precedido por una semana convulsa que ya insinuó las intenciones de los dirigentes béticos. Una dura derrota en el Vicente Calderón y una posterior conferencia de prensa del técnico en solitario y sin el respaldo del consejo ya encendió chispas, a lo que se añadió la presencia de radicales en el entrenamiento al día siguiente.

Todo parecía haber quedado en nada ante la inminencia del siguiente compromiso, ya que esa semana el Betis recibió al Levante el jueves, tres días antes del desplazamiento a Málaga. El duelo ante el conjunto granota acabó en igualada, pese a que los verdiblancos jugaron con diez desde el minuto 29 -Chica fue expulsado al ver dos tarjetas en apenas 17 minutos- y que Jorge Molina errase por dos veces un penalti ante Keylor Navas. La sorpresa llegó 24 horas después y 48 antes de un duelo decisivo en Málaga, que se encontraba un punto por encima de un Betis que estaba en zona de descenso, cuando el club emitió un comunicado arremetiendo contra el comportamiento del entrenador con los radicales.

La entidad no sólo no arropó a Mel ante una cita decisiva para el futuro deportivo del Betis, sino que lo colocaba en el disparadero por una cuestión menor. Aun así, el cuadro verdiblanco realizó un buen partido en La Rosaleda, sobre todo tras lograr reponerse al 1-0 inicial, y con una gran actuación de Vadillo se mostró superior a su rival, aunque acabó perdiendo en el descuento.

Las derrotas posteriores ante Barcelona y Sevilla acabaron sentenciando a Mel, a quien, con el equipo clasificado en competición europea, lo terminaron despidiendo tras una igualada con el Rayo y con el Betis a tres puntos de la permanencia. Eso sí, revelaciones posteriores de actas del consejo de administración de aquellas fechas demostraron que Bosch ya le solicitó a la dirección deportiva, entonces encabezada por Vlada Stosic, tras el partido ante el Atlético que buscase perfiles de entrenadores, a la vez que inició gestiones al margen que desembocaron en la llegada de Juan Carlos Garrido.

El panorama actual es distinto para Mel. No sólo se encuentra con cinco puntos de ventaja sobre la zona descenso sino que desde el consejo de administración se lanzan mensajes de tranquilidad, pese a que la preocupación existe por las dos últimas comparecencias en Heliópolis. Ahora mismo nadie se plantea poner en cuestión al entrenador, ya que se confía en que el equipo obtenga un resultado positivo en Málaga, con esa versión visitante con la que el Betis sólo acumula una derrota, en el Santiago Bernabéu, en cinco partidos fuera de casa. Eso sí, La Rosaleda aparece dos años después como escenario clave para el técnico.

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