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Adiós al roaming: desde el jueves podrá usar su teléfono en París como en Conil

  • Los operadores de la UE tendrán que cobrar igual que en el país de origen en otro estado miembro.

Una bañista hablando por su móvil.

Una bañista hablando por su móvil. / Josué Corre

En París como en Conil, en Lucena como en Bruselas o en Roma como en Almería. Eso es lo que ocurrirá desde el próximo jueves cuando encienda su teléfono mientras se desplaza a cualquiera de los -todavía- 27 países que, junto a España, conforman la Unión Europea. El 15 de junio, automáticamente, el sobrecoste por itinerancia, el denominado roaming, desaparece. Obligatoriamente su operador telefónico, tenga con la compañía un contrato o una línea de prepago, tiene que ofrecerle en toda la UE servicios de voz, mensajería sms y conexión a internet -datos- en las mismas condiciones que le da en España.

La representación de la Comisión Europea en España explicó ayer en Madrid los pormenores de este cambio normativo, que algunos operadores prácticamente ya aplican, pero que será obligatorio desde las cero horas del próximo 15 de junio.

El reglamento está pensado para viajeros, entendiendo esto por personas que mantienen un vínculo demostrable con su país de origen, en el que tienen contratada la línea. Para eso, el reglamento europeo aprobado tras años de negociación con el lobby de las telecos europeas, prevé un uso razonable que impida la competencia desleal de usar una línea de otro país miembro de manera permanente en otro estado de la UE.

Así, un operador podrá ponerse en contacto con un usuario si transcurridos cuatro meses observa un anómalo consumo fuera de su país de origen. El usuario tendrá la ocasión de explicarse y sólo después de eso, el operador tendría derecho a cobrar un sobre coste que, en todo caso, Europa ha regulado con precios máximos. En el caso de los datos, que es lo que hoy por hoy determina el precio de una tarifa, más que el de la voz o los sms, esa tarifa máxima es de 7,7 euros por cada gigabyte, un precio que está previsto que vaya descendiendo en los próximos años: 6 euros por GB desde el 1 de enero de 2018, 4,5 europa por GB al estrenar el año 2019, 3,5 euros por GB el primer día de 2020, 3 euros desde el primero de enero de 2021 hasta dejarlo con un precio definitivo de 2,5 GB a partir del primer día de 2022.

Por lo que respecta al voz, si en España la tiene contratada de forma ilimitada, tendrá que ofrecérsela igual en cualquier punto de la Unión. Respecto a esto, un cambio principal es que ya no podrán cobrarle por recibir llamadas, así que podrá descolgar el teléfono móvil sin temor alguno, porque, como en España, usterd no pagará nada de esa comunicación.

En cuanto a los sms ocurre otro tanto: si usted tiene derecho en España a enviarlos sin límite, también podrá hacerlo cuando esté dentro de la cobertura de cualquier operador móvil radicado en un país de la UE.En poco tiempo -la fecha no está establecida-, según confirmó el portavoz de la CE en España, Dimitri Barua, el fin del roaming también será aplicable a los países del Espacio Económico Europeo: Noruega, Islandia y Liechtenstein. No está previsto, sin embargo, que en acuerdos comerciales como el que suscribió la UE recientemente con Canadá o el que negociaba con EEUU hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se incluya esta reciprocidad en la itinerancia. Sin embargo hay operadores españoles, como Vodafone, que ya prestan este servicio en EEUU a sus clientes hacen meses, en virtud de sus acuerdos comerciales con las compañías norteamericanas.

Muchas de las cuestiones planteadas por los periodistas al portavoz de la CE en España se centraron sobre el mecanismo que permitiría a un operador cobrar sobre coste si detecta un uso abusivo.

Dimitri Barua explicó que lo que la Comisión Europea ha hecho es fijar, a través de un reglamento, una "política de uso razonable".

La idea es que "si uno se traslada a vivir a otro país de la UE contrate allí los servicios de telefonía" y no que "use los de su país de origen o un tercero que le resulte mucho más barato". Porque la realidad es que el mercado de las telecomunicaciones es muy desigual en función del país de la UE en que se contrate.

"Si todos los contratos fueran iguales no habría esta dificultad", explico Barua, "pero hay mucha variedad", aclaró antes de contar qeu un estudio hecho por la Comisión hace dos años determino que un contrato con 600 minutos de voz y 1 Gb de datos costaba ocho euros en Estonia y 60 en Hungría. "Usar el de Estonia en Hungría sería competencia deseal", dijo el portavoz.

Porque aunque el usuario ya no pague nadal as compañías se seguirán facturando entre ellas como hasta ahora.

Lo que hace el reglamento es fijar unos precios máximos que garanticen que no se perjudica a una compañía.

Pero todo ese uso razonable es sólo una opción, un marco para la compañía. Fuentes del sector aseguran que las operadoras dejarán en la inmensa mayoría de los casos libertad absoluta al usuario. "Contralar el consumo para llegar a cobrar un sobrecoste a bajo precio puede salir más caro que lo que se recaude", dicen las fuentes.

El propio portavoz de la CE en España ya señaló algunos ejemplos: un estudiante de Erasmus que demuestre que pasa largas temporadas en otro estado por razón de estudios no podrá cobrársele el sobrecoste. Igual ocurre con un trabajador que en razón a su empleo viaje constantemente por distintos países de la UE. "En ese caso, cada vez que vuelva a la red de origen se pone el contador a cero", aseguró Barua, quien también dejó claro que trabajadores transfronterizos, como los andaluces que crucen a Portugal a diario, no tendrán tampoco restricción alguna en el uso del teléfono móvil.

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