Junto a crisis, futuro es la palabra más pronunciada entre los ponentes del II Congreso Nacional de Directivos de la Asociación del Progreso de la Dirección (APD), que este martes arrancó en el Palacio de Congresos de Valencia. Futuro como exorcismo frente a un presente desalentador en un país al borde de los seis millones de parados y que encara su segunda huelga general. Pero también futuro como esperanza para enmendar los errores del pasado y el deseo más que la certeza de que las cosas no pueden ir sino a mejor. A esta segunda interpretación se aferró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que presidió la apertura del evento, al que acudieron más de 1.500 directivos de grandes empresas, como Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Juan Lladó (Técnicas Reunidas), Carlos Mas (PwC), Francisco Román (Vodafone), José Ignacio Gorigolzarri (Bankia), John Scott (KPMG), Javier Rodríguez Zapatero (Google) o María Garaña (Microsoft),

El presidente de APD, Rafael Miranda, destacó que el objetivo del evento es "salir del abatimiento para recomponer nuestra ilusión". "Es responsabilidad de las empresas liderar un renacimiento moral", manifestó Rafael Miranda. Rajoy, que adelantó un día su intervención para evitar la coincidencia con la huelga general, hizo suyo el lema del cónclave, Conquistando el futuro, para defender que el duro programa de adelgazamiento al que está sometiendo a las administraciones públicas ya está dando frutos. "Si el hoy no es bueno, el futuro es nuestro y hay que salir a conquistarlo cada día", manifestó el presidente del Gobierno, que admitió que "las medidas son dolorosas, a nadie le gusta adoptarlas y sé que muchas no figuraban en nuestro programa". "Pero si no reducimos el déficit y no equilibramos las cuentas públicas, todo se viene abajo", afirmó el presidente del Gobierno, que incidió en que el coste de los intereses de la deuda "supera ya el gasto de todos los ministerios".

El jefe del Ejecutivo defendió que ya hay algunos datos macroeconómicos positivos, aunque eludió la expresión maldita de los brotes verdes. El más destacado de ellos es el superávit comercial con la Unión Europea alcanzado en los primeros ocho meses del año, especialmente con algunos de los mercados más importantes como Francia, Bélgica o Italia. También recordó que las necesidades de financiación de la economía española se han reducido un 42% en los últimos cinco años y en 2013 la balanza de pagos arrojará por primera vez un saldo positivo. Sin embargo, aún tardarán en trasladarse a la economía real, pues Rajoy señaló que España no volverá a la senda del crecimiento hasta 2014.

Pese a la ruidosa acogida con la que los sindicatos le recibieron en la puerta del Palacio de Congresos, el jefe del Ejecutivo evitó referencias no sólo a la huelga general, sino a otros aspectos de la más inmediata actualidad, como los desahucios o Cataluña. Sí defendió la reforma laboral, de la que destacó que ha contribuido a moderar los costes laborales. En cuanto a la amenaza secesionista, hizo una defensa de la futura ley de unidad de mercado a la par que incidió en que "quien levanta una barrera condena a quien se queda detrás de ella".

Abucheos y protestas a su llegada a Valencia

A su llegada al al Palacio de Congresos de la localidad ha sido recibido con una protesta contra los recortes, protagonizada por varios cientos de ciudadanos congregados en las inmediaciones del recinto.Los congregados, en su mayoría trabajadores de sectores públicos como el transporte, la educación o la sanidad, que esperaban desde primera hora de la mañana en el citado lugar, han abucheado e increpado al presidente en su rápida entrada al edificio. Rajoy ha accedido al Palacio de Congreso en compañía del presidente de la generalitat valenciana, Alberto Fabra.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, en el que ha participado también la Guardia Civil, los trabajadores han exigido a gritos la dimisión de Rajoy y han exhibido pancartas en contra de los recortes presupuestarios aprobados por su Gobierno. La protesta, en la que no se ha registrado incidentes, se ha disuelto tras la entrada del presidente al Palacio de Congresos, donde ha sido recibido por el resto de autoridades que participa en la reunión de directivos.