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Economía

Los Veintisiete cierran un acuerdo sobre el presupuesto

  • Se mantiene el nivel de los fondos de cohesión y agricultura y se crea un fondo en favor de los jóvenes desempleados. España mantiene su estatus de receptor neto de ayudas.

El Consejo Europeo de Bruselas concluyó en la capital belga tras dos días de negociaciones maratonianas con dos resultados históricos de lectura ambivalente: los líderes europeos alumbraron, por primera vez en el corto currículum de la Unión Europea (UE), un presupuesto menor que el de la etapa precedente. España salió beneficiada, al mantener su estatus de receptor neto de ayudas. Tras el fracaso de la última cumbre de noviembre pasado, cuando los jefes de Estado y de gobierno del bloque comunitario no lograron un pacto para el presupuesto 2014-2020, la nueva cita de Bruselas era considerada crucial: "Simplemente, estamos obligados a llegar a acuerdo", comentaba el jueves por la noche el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.

El político belga, conocido por sus dotes de conciliador, fue artífice de un acuerdo logrado con fórceps y sustentado sobre una estructura de mecano amorfo: con piezas de obligado encaje para apaciguar el apetito ahorrador de la canciller germana, Angela Merkel, calmar los ánimos eurofóbicos del primer ministro británico, David Cameron, y contentar a los países del flanco sur de Europa que, como España, Francia o Italia, no aceptaban perder demasiadas ayudas comunitarias, en capítulos como el gasto agrícola. De la dificultad del parto presupuestario dan testimonio los sucesivos retrasos que sufrió el inicio formal del Consejo. Hasta cuatro veces se suspendió el comienzo del encuentro para permitir a Van Rompuy que desplegara su diplomacia silenciosa pero eficaz con reuniones bilaterales con, entre otros líderes, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, el primer ministro italiano Mario Monti, la canciller germana o el presidente galo, François Hollande.

El resumen de casi 48 horas de debates agrios, en el cual -sobre todo cuando se habla de dinero- cada país exhibe su cara menos europeísta y menos solidaria, han sido unas Perspectivas Financieras históricamente raquíticas: 960.000 millones de euros de compromisos de gastos, cerca de 34.300 millones menos respecto al presupuesto precedente (2007-2013): unos presupuestos que decrecen comparados con los anteriores, algo nunca visto en la historia de la UE, desde sus orígenes a fines de los años 50, como CEE.

Es una victoria clara para los paladines de la austeridad, pero sobre todo para el premier británico, David Cameron, presionado por el ala más euroescéptica de su partido. El líder conservador mantuvo el pulso que lanzó en la cumbre de noviembre pasado y además logró que quedara intacto el cheque británico, el descuento de cerca de 5.000 millones de euros anuales que recibe Londres desde 1984 como compensación por sus escasos beneficios en la Política Agrícola Común (PAC), fuertemente subvencionada. "Si no se bajan las cifras (del presupuesto), no habrá acuerdo", comentaba Cameron al comienzo de la cumbre. Ahora, al igual que hizo la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, la artífice del cheque británico, Cameron puede volver a casa sacando pecho tras haber jugado la carta del chantaje ante sus otros 26 colegas europeos: para el acuerdo era necesaria la unanimidad.

En el otro lado de la balanza, quien ha tenido que tragar una de las píldoras más amargas de la cumbre es el presidente galo, François Hollande, quien exigía un presupuesto expansivo para luchar contra la crisis. "Si para lograr un acuerdo es preciso sacrificar las políticas comunitarias, entonces no lo aprobaré", había dicho el jueves. Pero, como es habitual en los consejos europeos, los pactos se gestaron mediante trueques políticos. El quid pro quo europeo, el algo a cambio de algo, acabó con una agradable -e inesperada- sorpresa para España: mantiene su condición de receptor neto de ayuda; recibirá más dinero del que aporta a Bruselas en los próximos siete años. España logrará mantener -por poco- un saldo neto favorable, próximo a los niveles del presupuesto anterior 2007-2013, según fuentes diplomáticas. Madrid logrará recibir ayudas netas de Bruselas por valor cercano al 0,15 por ciento del producto interior bruto (PIB), unos 1.500 millones de euros.

Por su parte, el Parlamento Europeo "no puede aceptar" el compromiso presupuestario alcanzado por los líderes europeos, advirtieron los líderes de los mayores grupos parlamentarios de la Cámara. "Este acuerdo no reforzará la competitividad de la economía europea, sino que la debilitará. Y no sirve en primer lugar al interés de los ciudadanos europeos", escribieron los líderes de cuatro grupos políticos en un comunicado conjunto. "El Parlamento Europeo no puede aceptar el acuerdo alcanzado en el Consejo Europeo en su forma actual. Lamentamos que (el presidente del Consejo, Herman) Van Rompuy no hablara y negociara con nosotros en los últimos meses", añade. El comunicado está firmado por los líderes de los conservadores, socialistas, liberales y los Verdes en el Parlamento Europeo, que debe aprobar los gastos contemplados en el acuerdo.

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