Por qué la brecha de género es mayor entre los pensionistas, según una economista: "Con el primer hijo se acentúa"

Las mujeres en España cobraron en 2022 el 82,9% del salario medio de los hombres, lo que se traduce en una diferencia de 5.022 euros anuales entre las retribuciones de ambos sexos. La brecha salarial vuelve a hacerse notar en la última Encuesta Anual de Estructural Salarial publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque tiende a reducirse paulatinamente. No obstante, esta brecha de género se agranda aún más entre los pensionistas como herencia de dos momentos claves en la vida laboral de las mujeres.

La penalización del primer hijo

Históricamente, y todavía hoy, las mujere se han encargado de la crianza de hijos menores en exclusiva, lo que la Nobel de Economía en 2023 Claudia Goldin definió como child penalty. "En la primera etapa de la vida laboral, apenas existen diferencias salariales entre hombres y mujeres: es a partir del primer hijo cuando la brecha se acentúa", explica Elena Bárcena, catedrática del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga e investigadora en desigualdad económica de género, en declaraciones para Diario de Sevilla.

En España la edad media de la maternidad es de 34 años, lo que no hace más que postergar el incremento en la brecha salarial. "La mujer, en el momento en que tiene un hijo, renuncia al trabajo o reduce su jornada, lo cual repercute en remuneraciones más bajas", apunta Bárcena y agrega "invierte menos en su formación, ya no se actualiza". Es, precisamente, entre los 35 y 45 años, cuando la brecha salarial de género aumenta hasta el 6,9%, según el INE.

Paro o parcialidad: el precio de los cuidados

La brecha salarial de género alcanza el 14,4% a partir de los 55 años, debido a que son también las mujeres quienes por lo general asumen el cuidado de personas mayores o dependientes. "En esta etapa se asumen trabajos con menos implicaciones, menor presencialidad y disponibilidad de horas", asegura la experta.

La Encuesta de Población Activa correspondiente al cuarto trimestre de 2024 refleja este tipo de interrupciones en la vida laboral de las mujeres, con mayores tasas de paro en todos los grupos de edad. Destaca el repunte entre las fémeninas de más de 55 años: un 12,31% no tiene trabajo frente al 8,57% de los varones. Ello también se debe en parte a que las mujeres de las generaciones de los 50 y 60 se han incorporado más tarde al mercado laboral y sus posibilidades de cursar estudios superiores han estado limitadas.

"Se tendría que ampliar el periodo del cómputo"

La investigadora señala dos factores fundamentales que repercuten en que la brecha de género se dispare hasta el 27% entre los jubilados. "Sus pensiones son de menor cuantía, pero superiores en cuanto a número, ya que las mujeres poseen una esperanza de vida mayor", indica Bárcena. Por otro lado, los últimos años de la vida laboral, justo cuando se dan las mayores diferencias, son determinantes para el cálculo de la pensión, pues en la actualidad se computan los 25 últimos años. "Se tendría que ampliar bastante el periodo de cómputo para erradicar esa diferencia entre hombres y mujeres", opina la experta, teniendo en cuenta los años que pasan desde el nacimiento del primer hijo hasta la jubilación y los periodos en los que no se cotiza.

El componente cultural sigue repercutiendo en esta brecha, pues más allá de los cuidados, las mujeres suelen asumir también el trabajo doméstico. "Las parejas siguen llegando a acuerdos internos en los que son ellas las que sacrifican su vida laboral, ya sea mediante trabajos parciales o interrumpiéndola totalmente, y ahí es muy difícil que el Estado intervenga", opina Bárcena.

Finalmente, aunque la experta valora positivamente medidas como los complementos para la reducción de la brecha de género por cada hijo, vaticina que reducir la brecha de género es un asunto generacional. "Hasta que esas mujeres con las mismas remuneraciones que los hombres no sean mayoritarias entre los pensiones, la problemática continuará", concluye.