Andalucía es la segunda comunidad con mayor potencia en renovables
En plena resaca del apagón, tanto el gobierno andaluz como las eléctricas ponen el foco la importancia de aumentar la potencia disponible en la región
La red eléctrica estaba inestable dos horas antes del apagón sin generación firme suficiente
La resaca del histórico apagón que sufrió la península ibérica el pasado lunes todavía se deja notar, aunque las corrientes ya empiezan a mirar hacia el futuro. En el caso de Andalucía, la situación de la red eléctrica de la región genera gran interés por su histórica falta de inversiones en un momento crítico, con cada vez más plantas de energías renovables y la próxima eclosión de la industria verde.
La comunidad se erige como la segunda con mayor potencia de energías renovables de España, solo por detrás de Castilla y León. Esto confiere a Andalucía un papel protagónico en el pool energético nacional en un momento en el que buena parte de la producción proviene de estas fuentes no contaminantes. Según Red Eléctrica, cuenta con 13.613 megavatios (MW) renovables de un total instalado en la región de 21.426 MW, la primera del país en esta magnitud.
Las propias renovables han sido de las principales señaladas a raíz del apagón. Su dependencia de las condiciones meteorológicas para producir electricidad pudo provocar inestabilidad en la red, según la hipótesis de la empresa sevillana Ges&Cip. La ausencia de masa síncrona (inercia provocada por las turbinas de plantas nucleares, de carbón o hidroeléctricas que sirve para estabilizar el sistema), apunta la compañía, deja al tejido eléctrico "frágil ante cualquier perturbación", lo que puede derivar en un fallo en cadena como el acontecido el pasado lunes.
No obstante, Andalucía continúa con su decidida apuesta por liderar la producción de estas energías limpias, como explicó el consejero de Industria, Jorge Paradela, que las considera "una oportunidad". "Las energías renovables son para nosotros el petróleo del que nunca dispuso España y son la clave para no quedarnos atrás en una revolución que tiene que ver con las tecnologías limpias y con la digitalización", expuso en su comparecencia tras el apagón. Paradela también expresó su desacuerdo por el cierre previsto de las nucleares, al entender que aportan estabilidad al sistema eléctrico.
El almacenamiento, prioridad
Ante una tesitura como la vivida con el histórico apagón, ha ganado protagonismo la apuesta por el almacenamiento de energía, que tiene un papel testimonial en España. Existen dos posibles soluciones, el bombeo o las baterías. En Andalucía existen dos centrales de bombeo ubicadas en Guillena (Sevilla) y la zona de El Chorro, en Ardales (Málaga), con potencia de 570 MW, y una planta de baterías en Sevilla con solo un megavatio de capacidad.
Los extensos plazos de tramitación y construcción de centrales de bombeo, sumados a su elevado coste, hacen que la apuesta principal de muchas administraciones se encamine hacia las baterías. "Una batería se monta en dos o tres meses y han bajado muchísimo de precio, también gracias a los coches eléctricos", explica Antonio Gómez Expósito, catedrático de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Sevilla, quien señala que en España tienen "un papel testimonial".
El consejero andaluz de industria señaló en su intervención la "urgencia" de reforzar el almacenamiento energético, aunque reseñó que la indefinición del marco regulatorio, que no especifica franjas horarias, mercados de capacidad o cómo se retribuirá a las empresas que apuesten por este modelo.
Gómez Expósito apunta a que, en casos de necesidad, las baterías que utilizan las centrales termosolares para producir durante la noche podrían ser usadas en momentos críticos, aunque no sean plantas de gran tamaño. Andalucía cuenta con 22 instalaciones de este tipo, de las que algunas cuentan con sistemas de almacenamiento por sales fundidas , por lo que podrían resultar clave si se produjese una nueva caída del sistema eléctrico.
Aun así, el catedrático considera que, si se invierte en baterías, esto reducirá la limitación horaria de la fotovoltaica, lo cual acabaría durante el día con las horas en que el precio llega a ser negativo por un exceso de producción, pero igualaría a la baja el coste más elevado que se produce durante la noche. Esto aumentaría la retribución de las compañías, que ganarían seguridad al acabar con la "canibalización" de los precios y haciéndolos menos volátiles, y podría incluso reducir la factura eléctrica al compensar. José Antonio Aguado, que ocupa un cargo similar en la Universidad de Málaga, explicó esta semana en una entrevista en Málaga Hoy que España debería fijarse en el modelo de California, donde tienen "un pico de demanda parecido y niveles de penetración de energía solar similares, pero que va por delante del sistema español en que han sido capaces de desplegar almacenamiento a gran escala, sobre todo baterías, que les permite una mayor flexibilidad y una seguridad adecuada".
Alfonso Vargas, presidente de la Asociación de Energías Renovables de Andalucía (CLANER), señala que las empresas del sector podrían interesarse en la implantación de baterías en los espacios de sus plantaciones fotovoltaicas para poder venderla a la red en sus horas de no producción, aplanando la curva de carga. También explica que las instalaciones dedicadas solo a baterías podrían abrir la puerta a otras compañías y dar servicio de capacidad y respuesta a la red para evitar el riesgo de oscilaciones como las que pudieron estar tras el apagón. "Esto viene de lejos, pero creo que ahora se le va a dar un impulso, pero hay que avanzar en su regulación", comenta.
Falta de inversiones
El gobierno andaluz viene reclamando desde hace varios años una mayor inversión del Ejecutivo nacional en el desarrollo y mejora de la red eléctrica de la región. Según el último informe de infraestructuras energéticas elaborado por la Junta a finales de 2024, Andalucía cuenta con casi 10.000 kilómetros de líneas de alta tensión y más de 51.000 de media tensión, que se suman a otros 6.000 kilómetros de líneas de 400 y 220 kilovoltios (kV). Con 742 kilómetros de red por millón de habitantes, Andalucía se sitúa un 40% por debajo de la media peninsular, 1.242 kilómetros, según los datos a cierre de 2022.
La Junta pide inversiones por 544 millones para reforzar la red de transporte eléctrico, según la propuesta elaborada por la Consejería de Industria, que recoge seis nuevas subestaciones, 88 ampliaciones y ocho líneas, a ejecutar en el periodo comprendido entre 2025 y 2030.
La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, aseguró el pasado mes de abril que la planificación del Ejecutivo incluirá varias de las propuestas realizadas por la Junta como son la conexión a la red de transporte eléctrico de la faja pirítica de Huelva, los incipientes proyectos de hidrógeno verde que se están desarrollando en Algeciras y en Huelva (proyectos como el Valle Andaluz del Hidrógeno de Moeve u otras iniciativas de EDP, Exolum y más empresas) y otro más en Carboneras (Almería), además de la finalización del mallado de Córdoba, el de Jaén desde Baza hacia Manzanares (Castilla-La Mancha) y el de Andalucía con Extremadura. La Junta recibió "de forma positiva" este anuncio.
Especialmente sensible es la situación del este andaluz, ya que Jaén, Almería y Córdoba fueron las últimas provincias en recibir la restitución del servicio tras el apagón, muchas horas después de que se hiciera lo propio en el resto de la región. De hecho, el consejero Jorge Paradela detalló que buena parte de las propuestas realizadas se enmarcan en estas provincias por su "déficit histórico" en esta materia. Además, pide al Gobierno la eliminación del límite de inversión en las redes eléctricas de transporte del 0,065% del PIB.
El catedrático de la US Antonio Gómez Expósito resta peso a lo sucedido en estas provincias, ya que explica que la demanda eléctrica en la Andalucía occidental es mayor que en la oriental tanto por población, como por industrias y conexiones con el resto del país. "Almería tiene una potencia agrícola muy grande, pero su necesidad energética y su población no son comparables a Sevilla y Cádiz, no es ningún agravio ni un tema político, es una cuestión técnica", detalla. De hecho, profundiza en que, de no ser por la desmantelada central térmica de Carboneras, el tejido eléctrico sería, probablemente, menos robusto por la necesidad de contar con más infraestructuras para evacuar la producción, al tiempo que su desaparición libera la red de la zona.
Además, Andalucía resultó uno de los pilares sobre los que se cimentó la resurrección del servicio nacional gracias a su conexión con Marruecos a través del Estrecho y que, desde el Campo de Gibraltar, permitió distribuir la electricidad. Sin embargo, Gómez Expósito aclara que su relevancia es relativa tras los primeros minutos ya que, señala, en casos así, el principal papel lo tienen las centrales hidroeléctricas para no depender de terceros países como el norteafricano o Francia.
El presidente de CLANER, Alfonso Vargas, se muestra en la línea de las demandas del gobierno andaluz, al entender que es necesaria la apuesta por renovar y ampliar las redes de la región. El responsable de la asociación confía en que se cumpla lo planteado por la ministra Aagesen, aunque la publicación del plan nacional se haya demorado. "Se atienden los principales ejes que garantizar dar salida a la generación renovable como aumentar la posibilidad de que se establezca industria en la comunidad", apunta el empresario.
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