La rentabilidad del producto vs. la rentabilidad del inversor

La rentabilidad del producto vs. la rentabilidad del inversor

16 de diciembre 2023 - 06:00

Jaime García y Miguel Fernández Cortés, Family Bankers de Banco Mediolanum.

Es posible que en breve aparezcan noticias sobre cuánto han ganado los inversores este año, con un cálculo básico que haya comparado cómo arrancó el año y cómo terminó. Sobre esta tesis, con una cesta que replicase el Ibex, habrían obtenido una rentabilidad del 20%. Pero eso no es más que un titular. ¿Cuánta gente compró el 2 de enero y ha mantenido la inversión? Si en vez del 2 de enero, se hubiese entrado el 3 de junio, la rentabilidad sería del 6%, y si la inversión se hubiese iniciado el 30 de octubre de 2020, valdría un 58% más. El mundo de las finanzas es mucho más complejo de lo que pueda parecer.

Hace unos meses conocimos el informe Mind the Gap 2023 de Morningstar, el comparador de fondos de inversión, que mide la rentabilidad que ha obtenido un fondo concreto y la que han conseguido los partícipes y la respuesta siempre es la misma: la rentabilidad de los fondos es mayor que logran sus partícipes. En el caso de los fondos de renta variable anualizados, los partícipes han ganado una media de un 50% menos frente a la rentabilidad del fondo.

¿Por qué? Pues porque el comportamiento del inversor afecta más a la rentabilidad futura que factores como las rentabilidades pasadas o la marcha de los mercados. Sin embargo, el inversor se guía mucho más por estas rentabilidades del pasado en la elección del fondo cuando lo que debe primar es su edad, su perfil de riesgo, el momento de entrada o salida y, muy especialmente, los objetivos que persigue con cada solución financiera. Todo ello, sin dejarnos llevar por los vaivenes de los mercados, pues siempre suben y bajan, guiándonos por una estrategia bien definida que evite riesgos innecesarios y la toma de decisiones inadecuadas. Es triste saber que, habitualmente, se dedica más tiempo a elegir un coche que a planificar y establecer una estrategia sobre dónde colocamos nuestros ahorros.

Debemos seguir normas básicas, como diversificar la inversión por tipo de producto, realizar aportaciones periódicas, pero también aplicarlas en cuándo y cómo debemos comprar. Lo mejor es concentrarse en inversiones a largo plazo, a poder ser en renta variable, que garantiza mayores rentabilidades, y nunca comprar de golpe. Es preferible diversificar, entrando cada mes con una cantidad fija, lo que permite obtener un precio medio al margen de los inevitables vaivenes.

Los datos constatan que la cultura financiera de los españoles es más baja que la media de la OCDE. Un reciente estudio de José M. Domínguez Martínez (Funcas 2022) alerta de las dudas de comprensión de las cuestiones financieras elementales; la dificultad para gestionar la situación financiera y evaluar riesgos; la falta de planificación financiera; la no elección de productos financieros adecuados y la sobrevaloración de los conocimientos financieros propios. Esto último tiene un riesgo añadido, por lo que es recomendable acudir a un asesoramiento profesional.

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