El Fiscal

Pregoneros con Inteligencia Artificial

Un pregonero.

Un pregonero.

Mucho antes de que la Inteligencia Artificial (IA) te diera hechos los trabajos de la Facultad o los artículos para cualquier publicación del boletín ya existían los pregones sacados del troquel de Rodríguez Buzón, que sin saberlo dejó programados los algoritmos, los versos, las rimas, los ripios, los vocablos fundamentales, las cadencias, las reiteraciones, las enumeraciones, las redundancias... La inmensa mayoría de los pregoneros posteriores a don Antonio han usado la Inteligencia Artificial Buzoniana. ¡Y a ver quién es capaz de negarlo! Vivencia arriba, pasaje abajo, todo viene del mismo tronco. A la Macarena se le dedica un poema cuanto más largo, mejor. Tiene que ser muy, muy, muy largo. Que parezca que no se acaba nunca. Hay que trufar el discurso de poemas cortos y, por supuesto, apostar por un final apoteósico, si es posible con alguna licencia personal.

Ahora ya podremos aplicar la nueva Inteligencia Artificial, que tampoco es que sea especialmente inteligente porque hay casos en los que el robot no distingue entre un artículo de opinión y un reportaje. Cáspita, qué robot más básico. Al final ocurre como con las personas, que las hay de tres tipos: las que se enteran, las que no se enteran y las que no se van a enterar en la vida. Cuidado porque hay un modelo de robot tontorrón que necesita algún golpe de Spray 3 en 1.

Ustedes le dicen a la máquina que necesitan un pregón muy mariano, muy sevillano, con referencias a encíclicas de marcado carácter social, le meten diez o doce advocaciones de cristos y vírgenes, datos sobre sus abuelos y de algún pariente enfermo, el nombre de un par de tabernas de las que tienen las paredes empapeladas de carteles y muchos textos de Buzón. Ya verán como la Inteligencia Artificial, con todo lo que ya sabía de usted de antes, le hace un pregón con la rapidez que te sacan una rueda de calentitos en el puesto de la Puerta de la Carne. Revise bien todo siempre porque el robot se la puede liar parda con el esparto que rima con el lagarto, el esguince (que usted sufrió hace un año) con cualquier efemérides acabada en año terminado en quince, o confundir el prioste con el preboste. Cuidado con el robot que ejerce de cuñao. Piense si no es mejor seguir confiando en el robot como ha hecho la gran mayoría, emplear el texto base que le permite dar pregones en cualquier ciudad aunque no se conozca su Semana Santa ni se tenga la menor intención de visitarla.

La prueba para la Inteligencia Artificial en clave morada será lograr un poema con el término sinodalidad para quedar bien con la autoridad eclesiástica. ¿Con qué rima sinodalidad? Con pánico en la Madrugá. Porque dicasterio rima con sahumerio... al Papa para que nos tengan en cuenta en la lista de purpurados de 2024. La Inteligencia Artificial debe incorporar el Turismo de Magnas y el perfil de los prelados viajeros. De todo eso no podía saber el algoritmo de Buzón, el más inteligente.