La hora de los retratos (particulares) en la Macarena

El Fiscal

La polémica por la restauración de la Esperanza guarda las mismas pautas que la generadas en asuntos de política o fútbol

Tenemos un problema con algunos capataces

Los cobradores que perdimos

La Macarena, en la tarde de ayer.
La Macarena, en la tarde de ayer. / Juan Carlos Muñoz
El Fiscal

22 de junio 2025 - 04:00

La restauración ha sido un error palmario, de libro, escandaloso. La crisis de las pestañas ha sido una evidencia. Muchísimos devotos apreciaron a primera hora un cambio sustancial en el semblante de la Virgen de la Esperanza. Fue innegable. El tema fue tendencia en las redes sociales todo el día. ¡La basílica se tuvo que cerrar una hora antes de lo previsto en el horario matinal! Los mensajes críticos, acerados y hasta agresivos se multiplicaron. Fue un hecho probado el rechazo generalizado al resultado del trabajo del profesor Arquillo. Ahora bien, también se evidenció la sociedad polarizada, del repentino ajuste de cuentas a la mínima ocasión, de la crispación indisimulada, del ruido y de las fobias personales que de pronto salieron del vientre profundo. Ejemplos de todo sufrimos ayer en esas mismas redes sociales a cuenta de una muy discutible restauración practicada a la Macarena. Pareciera que leíamos mensajes tras una sesión del control al Gobierno o tras el fallo de un penalti de Morata. Los términos eran parecidos o los mismos, pese a que se trataba de un asunto de la Virgen de Sevilla, de hermandades y cofradías. Tanto cobardes anónimos como personas con nombres y apellidos (ventajistas, oportunistas al calor de las elecciones de noviembre en la hermandad, advenedizos y aficionados al culebreo) se pronunciaron con una acritud o una calculada e hiriente habilidad que daba que pensar. Como diría aquel arzobispo de Sevilla que se echaba las manos a la cabeza. "¡Por Diooooos, por Diooooos!". Se puede tener razón, pero en las formas se apreciaba la catadura moral de algunos. Hay momentos en que las cofradías se han futbolizado descaradamente. ¿Nada nuevo bajo el sol? Es posible. Pero ahora lo vemos en las redes. No dejamos de sorprendernos de algunas reacciones, nos negamos a darlas por normales, preferimos preservar el blindaje de la inocencia.

Derecho a opinar

Claro que se puede comentar una restauración. Y un pregón. Y un nuevo paso. Y una marcha. Y un cartel. Y todo lo que se considere oportuno. Y sentirse dolidos y apesadumbrados. Es más, estamos hablando nada menos que de la mirada de Sevilla, la cara de la ciudad por antonomasia. Que hable todo el mundo. ¡Viva la libertad, que dijeron en Cádiz en 1812! Eso sí, impacta la vehemencia empleada en muchísimos mensajes que son como la cera derramada que abrasa de pronto la mano del nazareno. Algunos tardaron poco en ajustar sus cuentas personales aprovechando una malísima restauración. Ay, cuánta gente carece de alguien que les inste a contar hasta diez antes de incurrir en inelegancias, la manifestación de miserias y comportamientos poco generosos. No estamos en el mundillo de la política. O eso se supone. Viendo los mensajes de algunos recordábamos los días previos al reciente cónclave, cuando varios cardenales promovidos por Francisco realizaron las críticas "más duras y groseras" contra su pontificado, tal como denunció el mismo Cristóbal López, arzobispo de Rabat. ¿No pudieron algunos cofrades de Sevilla pronunciarse con otro estilo sin por ello perder contundencia o dejar de expresar su pesar? ¿Es pedir demasiado?¿O se dejaron llevar por circunstancias personales? No hay que guardar silencio por decreto, faltaría más. Pero llama la atención que la Sevilla que suele hablar por detrás o escondida tras el visillo, irrumpa de pronto en el debate empleando el teclado del teléfono móvil como un gatillo. Se perciben demasiados felinos en la barriga. ¡Qué barbaridad! ¡Hasta algunos profesionales de la información se pasaron felices a la pandilla de los forofos! Sean cautos, guarden mesura, no se precipiten a la hora de publicar su autorretrato. Ay, ay, ay, que me sabe a Calisay. Qué de retratos hemos contemplado en esta crisis de las pestañas... Para llenar un museo de las malas artes.

El contexto...

No ayuda a calmar los ánimos que el próximo otoño haya cabildo electoral en la Macarena con pluralidad de candidaturas. José Antonio Fernández Cabrero dejará el cargo en noviembre tras ocho años de revolución en la obra social. El tam-tam electoral es tronante desde hace meses. Eduardo Dávila Miura y José Luis Notario, teniente de hermano mayor y consiliario, respectivamente, aspiran a dirigir la hermandad después de que hace meses se haya negado el empresario Gabriel Rojas. Fuera del seno de la actual junta figura la opción de Fernando Fernández Cabezuelo. La restauración ha sido un despropósito, pero nunca se debe olvidar que hay contextos que aumentan la polémica, echan más leña al fuego y azuzan. No podemos olvidar las tensiones pre-electorales en un tema que ya de por sí es tan polémico como delicado.

Del pasado Corpus

Si la cabalgata del Ateneo cambió de fecha en la pasada edición, ¿por qué no se habría de modificar el horario del traslado de regreso del paso de la Cena el Jueves de Corpus? Además, ya retornaba en horario nocturno hasta el año 1978. No es ningún cambio sustancial, ni hay que echarse las manos a la cabeza. Si nos interesa el hecho es porque se demuestra de nuevo que nada de la sociedad actual es ajeno a las cofradías. Y las cofradías no son tampoco ajenas a la sociedad del momento. El calor es un asunto que está en las agendas oficiales y que motiva protestas y cambios en la vida académica. Soportamos menos el calor, sí. No es que haga más, pues hay hemeroteca suficiente de una Sevilla con cuarenta grados en el junio de los años ochenta, es que tenemos menos aguante. Si podemos hacer el mismo traslado unas horas después, se hace. Estamos en 2025. Impera la sociedad que prima la comodidad, el confort, la búsqueda de unas condiciones más bonancibles. ¡Ay, si pudiéramos hacer lo mismo con la lluvia!, pensará alguno. Pues se hace pero con un margen más pequeño, como ocurre en Semana Santa cuando se piden demoras en el horario de salida. El hombre se adapta a la Naturaleza. Ni más, ni menos. Y ahora, también es verdad, tenemos menos paciencia y menos aguante. En el fondo, el traslado de la Cena siempre estaba ligado al calor. Podrían dejarlo ya fijado en horario nocturno...

Una desgracia

No nos engañemos. Las elecciones con varias candidaturas son un horror, una desgracia, un hecho que debería evitarse a toda costa. Es pura democracia, sí. Técnicamente son posibles, sí. Demuestras una pluralidad de visiones de la hermandad, es posible. Pero en muchos casos dejan secuelas y abren heridas de difícil cicatrización. La vida de hermandad se reduce al fin a formatos pequeños y, por lo tanto, cualquier fisura se acusa mucho. En demasiadas ocasiones es misión imposible reducir las listas a una sola. Pero no les quepa duda de que hay casos en los que nadie gana. Todos pierden. Solo se libran aquellas cofradías en que no se arma una oposición que lastre la vida cotidiana con almuerzos y encuentros paralelos en los días señalados.

Usos perdidos

Por no salirnos de la cuestión electoral, se aprecia cada vez más que no se respeta el derecho no escrito a que el hermano mayor en el ejercicio del cargo pueda repetir un mandato más. Algunos somos de esa escuela. Pero se ve que ese criterio, que nos parecía respetable y hasta hermoso, está definitivamente en desuso. ¡Los tiempos cambian! Pero si lo piensan bien, salvo alguna gestión manifiestamente contraria a los intereses de la corporación, ¿por qué un hermano mayor no podría rematar sus proyectos con tres o cuatro años más? Algunos ex hermanos mayores deberían considerarse ya estrellados, jubilados, desfasados y superados. Deberían ser más respetuosos con las medallas de oro recibidas, que se ve que no merecieron. Recuerdo alguno que no tenía ni pajolera idea de cofradías hace 25 años, que sigue sn tenerla y que continúa erre que erre provocando daños en su propia hermandad. Disfruta con la división. A los hechos nos remitimos. El tipo tiene un ego como una catedral gótica y le encanta manejar a los que se dejan.

El pertiguero

Primer golpe. El Jueves de Corpus es como el CIS morado. Se dispara la participación de hermanos de cofradías con elecciones a la vista con más de una candidatura. Segundo golpe. "Hemosísima la portada de Diario de Sevilla del viernes con los costaleros arrodillados al paso del Santísimo. Primero, porque ellos era la noticia del día. Y segundo, porque dieron testimonio, ya que cada vez hacen menos personas la doble genuflexión". Tercer golpe. Oído a ls 11:35. "El audio de la hija predilecta de Sevilla cuando ha salido de la basílica es estremecedor". Y ciriales arriba. Y oído a mediodía en la Resolana. "No les han increpado, a alguno le han intentado pegar. Ha sido muy desagradable".

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