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María Teresa Fernández de la Vega, ex vicepresidenta del Gobierno

"En África hay presidentas del Gobierno. En España todavía no"

"En África hay presidentas del Gobierno. En España todavía no"

"En África hay presidentas del Gobierno. En España todavía no"

-Por cuestiones geográficas estamos más cerca de África que de Alemania. ¿Hemos olvidado esa vocación africanista?

-España y África tienen muchas cosas en común y estamos llamados a entendernos. Acercarse a la realidad de las mujeres es entender África y saber realmente sus dimensiones, sus problemas y también sus éxitos. Las mujeres representan una fuerza muy importante y un liderazgo de cara al avance del continente para ocupar el papel que le corresponde. Hay más ministras en África que en Europa, todos los gobiernos tienen ministras y tienen lo que no hemos tenido nunca en España, una presidenta del Gobierno.

-En general, ¿las mujeres asumen los roles el patriarcado cuando llegan el poder?

-Cada vez más, las mujeres que alcanzan el poder y tienen conciencia de su condición de mujer, abordan sus responsabilidades desde una perspectiva singular, es decir, colocando en la agenda política la agenda de las mujeres.

-El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo en una reciente entrevista que no toca abordar el tema de la igualdad salarial. ¿Se puede negar esta brecha como se niega el cambio climático?

-No hay democracia sin igualdad y éste es un déficit de las sociedades occidentales. Quien gobierna tiene la obligación de actuar y no puede permitirse que, al ritmo actual, nuestras hijas tardarán un siglo en lograr la paridad.

-Hace ocho años gobernaban Obama en Estados Unidos y Zapatero en España. Ahora están Donald Trump y Mariano Rajoy. ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

-Desde la perspectiva de la globalización todavía domina el modelo neoliberal, en el cual los ciudadanos votan a sus líderes, aunque nos lleven a desarrollar modelos políticos que no sean de inclusión, sino de confrontación. Hay que apostar por líderes y por movimientos que nos definan a todos. Pervive un modelo neoliberal y patriarcal donde el 1% de la población mundial acumula bienestar a costa de las mujeres y la gente que no tiene recursos.

-¿Un cuento como el de Cenicienta con la princesa esperando el beso del príncipe es machista?

-La educación es la puerta de la libertad. Trabajamos para apreciar la diferencia y la diversidad como un elemento que nos une y no nos separa. Hay que apostar por los jóvenes porque son el presente y el futuro.

-Las mujeres ya son mayoría en las universidades. ¿Cree que se romperá el techo de cristal y que veremos pronto a más mujeres en puestos de responsabilidad?

-A mí me gustaría que fuera en un plazo pequeñito porque me gustaría verlo. Hay que trabajar mucho para eliminar las discriminaciones que perviven y para generar en estos momentos un modelo de cambio social que no discrimine, que integre desde la diversidad porque eso va a traer paz, va a traer crecimiento y va a traer desarrollo.

-En África es conocida como mama María, ¿por qué?

-Es un reconocimiento cariñoso. En África la mama es una institución muy respetada, que integra y protege. Desde esa perspectiva es un apelativo muy cariñoso que yo agradezco mucho porque me siento mamá y me siento hija. Yo quedé fascinada por África en el 85 en la primera conferencia internacional de mujeres organizadas por Naciones Unidas. Luego, cuando estuve en el Gobierno, tuve que atender temas de África y la verdad es que llegué a la conclusión de que todos los problemas los arreglaban las mujeres.

-¿Y en España también los arreglan las mujeres?

-Yo formé parte de un Gobierno paritario y arreglamos muchas cosas. Tuvimos presencia en ámbitos muy importantes en donde se produjeron avances extraordinarios en temas de igualdad, investigación, ciencia, universidad, medio ambiente... Y en todos esos temas tuvimos a mujeres, además de en ministerios como el de Defensa que tuvieron un antes y un después a raíz del liderazgo de las mujeres.

-¿Fue a su juicio una buena medida trasladar a los inmigrantes a la cárcel de Archidona durante la última crisis humanitaria?

-Yo creo en una política de inmigración que trabaje los problemas en origen. Nosotros somos una sociedad europea que se ha caracterizado no por levantar muros y alambradas, sino por establecer cauces de reconocimiento de derechos. Hay que atender con respeto a esos inmigrantes, seres humanos que huyen de la pobreza o de la violencia y hay que respetar los códigos y los tratados que nos han llevado a ser mejores. Esos tratados reconocen los derechos a los inmigrantes y yo no quiero que Europa pierda esa seña de identidad. Hay que exigir a los gobernantes que sean coherentes con lo que piensa la mayoría de los ciudadanos.

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