Marcos Pereda | Escritor y profesor de Derecho

"Revilla sale poco en la tele..."

Marcos Pereda.

Marcos Pereda. / M. G.

Marcos Pereda (Torrelavega, Cantabria, 1981) tiene cuerpo de esprínter, pero alma de perdedor. Es autor de Arriva Italia. Gloria y Miseria de la Nación que soñó ciclismo, Periquismo: crónica de una pasión, Una pulga en la montaña, Bucle, Cuentos del Bar de la Medianoche y Un escarabajo en bicicleta. Escribe habitualmente en Jot Down, Público o El Confidencial. También fue negro literario, porque "era joven y más triste es robar". Es profesor de Derecho en la UNED.

–Pone en su perfil de Twitter que colabora en Jot Down. ¿Sabe que 99 de cada 100 entrevistados de esta sección, y quizás me quede corto, dicen lo mismo?

–Eso me hace pensar en el otro. El otro. Solo, abandonado, un tipo triste y errabundo que encuentra consuelo en el coñac y las pelis de Mariano Ozores. El otro. Pobrecito.

–¿Con qué clásica ciclista y con qué clásico literario se queda?

–La París-Roubaix y Las flores del mal. Prometo ser más peculiar en otras respuestas.

–¿Qué personaje de la historia de la Literatura sería Induráin? ¿Y Pedro Delgado?

–Induráin sería Supermán, porque siempre gana. Y Perico... la obra completa de Stephen King, por aquello de los sobresaltos.

–Rompa el tópico o aliméntelo: el ciclismo ya no es como antes...

–Lo alimento alegremente. Antes había más lucha, y yo era más joven. Usted también. Las cosas son más dulces, de joven. Incluso el ciclismo.

–Le gusta hacer retratos sociales e históricos a través del ciclismo, ¿si España fuera una etapa, cuál sería?

–Una rompepiernas. Puertos no muy altos, bajadas con peligro. Da salida el obispo de la diócesis y al final no hay dinero para premios. Llegada al sprint, recta larguísima, un aeropuerto abandonado. Todos hablan a gritos y se felicitan por el éxito.

–Torrelavega y la bici. Enseguida salta el nombre de Vicente Trueba, el rey de la montaña por antonomasia. ¿Queda por escribir algo sobre él?

–De los personajazos siempre se puede seguir escribiendo. Y éste lo era. Se calzaba un tronco encima para subir con lastre y entrenar mejor. Como para no escribirle.

–Messi le robó el apodo de La Pulga. ¿Es suficiente motivo para declararlo persona non grata en su pueblo?

–Aquí cae peor Rivaldo, porque una vez le metió un gol a la Gimnástica, el equipo de Torrelavega. Ciudad, no pueblo. Desde 1895. Tenemos fábricas, velódromo y bares. Sitio paradisiaco.

–¿Será Alejandro Valverde tan poco casero como yo y de ahí que no se retire nunca?

–Noto cierto retintín en esa pregunta...

–"Si quiere acabar una gran vuelta en el podio sólo tiene que compartir equipo con Mikel Landa. Éxito garantizado, oigan. Salvo si eres Mikel Landa, vaya". ¿Lo ha invitado a su casa en Nochevieja el corredor alavés…?

–Mikel Landa es mi pastor, nada me falta, por verdes praderas me hace descansar. Etcétera.

"En mis clases hablo de brujas, decalvaciones o carlistas; si haces algo aburrido con eso es porque quieres"

–Del pelotón a las angulas. ¿Es una persona sinuosa?

–Filiforme, quizá. Salvo en la forma. Ahí tirando a robustito. Es que en Cantabria refresca bastante de madrugada y hay que ir abrigado.

–Gervasio, su padre, las pescaba cuando usted era niño. ¿Eran la familia más acaudalada de la región después de los Botín?

–Oh, sí. Teníamos pasta, mucha. De hecho quisimos unir las dos fortunas (la de los Botín y la nuestra) mediante matrimonio concertado, pero lo prohibió la CNMV. Pensábamos casar un caniche suyo monísimo con un perruco nuestro que cuida la huerta. Una pena, habrían salido cachorros bien salaos.

–¿Quién le encaja como parroquiano del bar de la medianoche de sus cuentos?

–Cualquiera. Tenemos colgado el cartelito de Reservado el derecho de admisión sólo por si quiere entrar alguien con un libro de Paulo Coelho.

–Da clases de Historia del Derecho y de Filosofía Jurídica. ¿Se le duermen los alumnos en clase o aún quedan entusiastas?

–Quiero aprovechar esta entrevista para desmontar mitos. En mis clases hablo de cosas como brujas, decalvaciones o carlistas. Si haces algo aburrido con eso es porque quieres. Así que no, no se duerme nadie. Creo...

–¿Es verdad que cayó un rayo en Cádiz cuando se aprobaba la Constitución de 1812 y algunos constituyentes se santiguaron por si era un texto poco católico?

–Eso cuentan, sí. Tampoco fue para tanto, oigan. La Constitución, digo, por lo religioso. Pero es que en ciertos momentos a uno le suben gónadas hasta la epiglotis, supongo...

–En marzo explicará en la UNED de Cantabria las migraciones cántabras a Andalucía y a América. Adelante algo de por qué tanto montañés se vino al Sur.

–En busca de fama y fortuna. Sobre todo fortuna, la fama es algo secundario. Y porque era salida natural hacia América. A algunos les fue bien, y nos acordamos de ellos. Otros volvieron igual o peor. De ésos hay pocos libros, porque la memoria es muy puñetera.

–Los últimos cántabros que han triunfado en Andalucía han sido Teófila Martínez y Quique Setién. Oiga, con esos embajadores, fama de simpáticos no van a ganarse...

–A Teófila y Quique los echamos de Cantabria por ser demasiado simpáticos. Allí no nos agrada eso. Usted habrá leído El nombre de la rosa, ¿verdad? Pues en La Tierruca apoyamos al monje ciego. Nos gusta la introspección, el silencio y ver vacas. Cuando alguien sonríe mucho ponemos un vídeo de Bustamante llorando, que es cosa así como de pena, y ya se le corta. Funciona también con un vídeo de Bustamante cantando, ojo.

–¿Cuántos enemigos se ganó por afirmar que la cerveza está sobrevalorada?

–Ninguno, creo. Bueno, hubo quien, cuentan, me ofreció cerveza mezclada con cicuta para tomarse cumplida venganza, pero yo jamás hubiese bebido semejante porquería. La cerveza, digo.

–Incluye en su lista a Nirvana, las series, la playa, el cachopo... ¿Y el sushi, por Dios, por qué no sale?

–Fue selección jodida, no voy a negarlo. Tuve que escuchar, por ejemplo, dos o tres canciones de Nirvana. El horror, el horror. Semana y media lloriqueando y componiendo ripios me tiré. En fin, no descartemos secuela, porque hay cosas sobrevaloradas a montones. Yo, por ejemplo, estaría muy sobrevalorado si alguien me valorase...

–A ver si me resuelve una duda sobre un paisano. ¿Por qué Revilla está todo el día en la televisión opinando sobre todo?

–Para mí sale poco, deberían llamarlo más.

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