"Cuanto más tiempo pasamos conectados, más solos nos sentimos"

Sherry Turkle | Psicóloga

"Cuanto más tiempo pasamos conectados, más solos nos sentimos"
"Cuanto más tiempo pasamos conectados, más solos nos sentimos" / M. G.
José Izquierdo

01 de febrero 2019 - 05:00

Sherry Turkle (Nueva York, 1948) es una reconocida psicóloga e investigadora que estudió Sociología y Psicología en la Universidad de Harvard. Actualmente, es profesora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Con su ensayo En defensa de la conversación (Ático de los libros), defiende la importancia del cara a cara en nuestras relaciones, aunque no demoniza el uso racional de internet: "Nos permite comunicarnos con nuestros seres queridos cuando la distancia física lo impide o desahogarnos con alguien en un momento de necesidad. Ambas son cosas muy positivas".

-¿En defensa de la conversación es una ensayo contra la tecnología?

-En absoluto. Se trata de un ensayo a favor de la conversación, no en contra de la tecnología. La tecnología nos ofrece muchas cosas buenas, pero tenemos que aprender cómo y cuándo utilizarla.

"Nuestro cuerpo necesita descansar, estar sin hacer nada, e incluso aburrirnos, fomenta la imaginación"

-¿El abuso de internet nos aleja de nuestro vecino?

-Sí. Aunque pensemos que estamos conectados a través de internet, la relación que se establece entre nosotros no es igual a la que mantendríamos en persona. Preferimos mandar mensajes o e-mails a nuestros amigos, familiares o compañeros de trabajo en lugar de conversar con ellos cara a cara. Esta actitud nos aleja los unos de los otros, desvía nuestra atención y nos vuelve menos empáticos.

-No pedimos un poco de sal en la puerta de enfrente pero sí chateamos con un desconocido...

-Nos hemos acostumbrado tanto a los mensajes digitales que la conversación cara a cara nos resulta cada vez más difícil. Es mucho más cómodo comunicarse con alguien al otro lado del mundo que hablar con tu vecino, porque la conversación con tu vecino ocurre en tiempo real y es mucho más exigente.

-Propone un antídoto: volver al cara a cara.

-Exacto. No se trata de rechazar la tecnología, sino de recuperar la conversación. Y para ello es necesario crear espacios libres de tecnología, como la cocina, el salón o el coche. Los aparatos electrónicos desvían nuestra atención y afectan a la profundidad de la conversación, así que la manera más eficaz de aprender a conversar de nuevo es olvidarnos de la tecnología cuando estamos con otras personas.

-¿Estamos tanto tiempo conectados por temor a estar solos?

-Estar conectado genera una ilusión de pertenencia a una comunidad y de estar siendo escuchados. Cuanto más tiempo pasamos conectados, más fácil es que nos sintamos solos, porque no hemos aprendido a convivir con nuestra soledad. Y esto es esencial.

-¿Es más sano hacer amigos en un bar o en Facebook o Instagram?

-Son actos diferentes y cada uno tiene sus ventajas. Pero no podemos olvidar que hay cosas que sólo la conversación cara a cara puede aportarnos. Lo que decimos no es lo único importante, también influye cómo lo decimos.

-¿Qué hay más triste que una cena en silencio con tu propia familia?

-Es muy triste, sí. Y peligroso para nuestras relaciones y nuestra autoestima. Por eso insisto en crear espacios y momentos libres de tecnología, como las comidas, las reuniones o el coche. Si los móviles van a contribuir de forma sana a la conversación, entonces adelante. Pero si lo que provocan es que la conversación decaiga, tenemos que apartarlos.

-¿Por qué nos sobreexponemos en las redes?

-En las redes podemos mostrar exactamente lo que queremos que los otros vean, podemos idealizarnos a nosotros mismos. Ahí no hay compromisos ni situaciones exigentes.

-¿Una pareja que se lleva el móvil a la cama está condenada al fracaso?

-Están condenando sus conversaciones. Cuando sacamos un móvil en mitad de una interacción con otra persona, estamos poniendo a esa persona en pausa, le estamos diciendo que hay algo más importante, entretenido o interesante que requiere su atención. La otra persona se sentirá infravalorada. En el caso de una pareja, esto puede tener consecuencias nefastas.

-¿Las citas on line son la perversión del amor?

-La tecnología nos permite moldear nuestra personalidad y mostrar lo que queremos que la otra persona vea, lo que dificulta el desarrollo de una relación amorosa plena.

-¿El debate con argumentos es hoy un lujo?

-Se está convirtiendo en algo cada vez más escaso. Las redes sociales se basan en gran medida en compartir con nuestros seguidores las ideas de otros. Lo peligroso es que en las redes seguimos a quien resulta de nuestro agrado y bloqueamos a aquellos cuya opinión no se ajusta a la nuestra. Esto genera una burbuja en la que se retroalimenta una misma opinión y no hay lugar al debate con argumentos.

-¿La calidad de las democracias occidentales se ha visto mermada?

-Estar parapetados tras una pantalla hace que nos contengamos menos. Nos sentimos protegidos y libres de expresar nuestra opinión, incluso de insultar o descalificar. Últimamente, los debates políticos se parecen cada vez más a esto, a un terreno de expresión incívico.

-La era digital nos facilita trabajar desde casa. ¿Eso es bueno?

-Desgraciadamente, trabajar en una oficina hoy en día no implica el mismo grado de interacción y conversación con nuestros compañeros y jefes que antes. Nos ponemos cascos y nos mandamos mensajes por internet aunque estemos a unos metros de distancia. Cada vez estamos más aislados, incluso en el mismo espacio.

-¿Las personas que presumen de trabajar 24-7 (siempre) están enfermas?

-Nuestro cuerpo necesita descansar y desconectar. Necesitamos pasar tiempo a solas para reflexionar sobre nosotros mismos y la vida. Además, estar sin hacer nada, e incluso aburrirse, fomenta la imaginación en gran medida.

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