Entrevista con Dr. Bellido

"Mis canciones son más conocidas que yo"

  • "He estado viviendo entre Sevilla y Florida"

  • "Ahora te dan un disco de oro por reproducciones en internet"

Dr. Bellido en su estudio.

Dr. Bellido en su estudio. / Juan Carlos Vázquez

Juan Antonio Bellido (Sevilla, 1987) iba para odontólogo hasta que la música se cruzó en su camino. Cambió las dentaduras por hacer éxitos latinos como La conocí bailando con K-Narias o Para que bailes conmigo con Andy & Lucas. Suma más de 100 millones de reproducciones en Spotify o YouTube y los discos de oro no le caben en su estudio del Aljarafe. Con Ushuaia y Malvada, que saldrá próximamente, espera colocarse de nuevo entre las canciones de este verano. Aunque su sueño sería hacer una canción con Juan Luis Guerra.

-¿Por qué es músico?

-Estaba estudiando Odontología. En Bachillerato iba a las discotecas light. Allí empezó a gustarme el tema de la música, lo que hacía el DJ. Un amigo hacía breakbeat y me enseñó los programas con los que lo hacía. Conseguí que me contrataran en una discoteca sin saber y tuve que aprender en un día. Luego, empecé a trabajar en bodas y bautizos. Pero quería tener algo seguro e hice protésico dental e higienista bucodental. Para tener algo. Era la época de Zapatero. En un laboratorio dental me ofrecían 300 euros de lunes a viernes. Y eso lo ganaba en un fin de semana. Decidí centrarme en la música y empecé hacerle la producción a otros artistas como Juan Magán o Henry Méndez. Durante la semana preparaba la música que iba a poner el fin de semana. Así fui aprendiendo y a hacer las mías. Intentando buscar la canción de la dos de la mañana para levantar al público.

-¿Y cómo pasó de poner música de otro a la suya?

-El primer tema que saqué fue por casualidad. Se lo mandé a Juan Magán, pero él iba a sacar uno muy parecido. La discográfica Blanco y Negro me dijo de sacarlo yo. Fue bien: Caribe Mix, actuaciones, etcétera. Hacía de DJ y cantaba mis temas.

-Se hace llamar Dr. Bellido.

-Porque mi padre es oculista. Desde pequeño escuchaba en casa lo de doctor Bellido. Y como también había estudiando odontología, pues ese elegí como nombre comercial.

-Hablando de familia, ¿cómo llevó la suya lo de querer ser artista?

-Fue complicado. Vengo de una familia chapada a la antigua. Querían que me sacara mi carrera. Era el rebelde de la casa. Tuve la suerte de que aprendí rápido y explotó lo de la música poco antes de que me dijeran algo (risas). Si no hubiera sido así, quizá hubiera tirado la toalla. El tema de la música es que muchos no llegan por sus circunstancias, no por falta de talento. Tengo amigos que empezaron como yo, pero la vida les ha llevado por otro camino y han tenido la música como un hobby.

-Las máquinas le ayudaron.

-Nos ayudan. El Auto-Tune no es más que un instrumento y un avance.

-En Eurovisión no lo permiten.

-Es un error. Hay grandes artistas con grandes voces que lo utilizan como efecto, no porque no sepan cantar. Antiguamente había micrófonos chungos y ahora los hay inalámbricos que les puedes poner tu reverberación. La gente es cada vez más exigente y te quiere escuchar como sale en el disco.

"Si hubiera nacido 30 años antes y tenido el mismo éxito que ahora, tendría el triple de dinero"

-¿Qué tiene que tener una canción para que funcione?

-Secreto no hay, pero sí experiencia. Mi música es de baile. Tiene que tener un ritmo que te haga bailar, eso te condiciona a que la canción sea rápida. También que tenga un estribillo sencillo, que puedas tararearlo. Tampoco puedes hablar de un desamor muy grande o mucha tristeza. Eso no crea que los sentimientos de felicidad y de pasarlo bien.

-¿Cree que los jóvenes de ahora bailan menos que los de antes?

-Es fruto del cambio de la sociedad. Hoy en día la gente se ha vuelto más coqueta, se opera estéticamente. Eso hace que vean la discoteca como el sitio donde exhibirse. Por eso queda más ridículo el bailar y mejor el lucirse. Eso hace que se ligue más por redes sociales que en la discoteca.

-Y en cuanto al dinero, ¿se ganaba más antes con los discos o ahora con las plataformas virtuales?

-Antes mucho más. Si hubiera nacido 30 años antes y tenido el mismo éxito que ahora, tendría el triple de dinero.

-Pero ahora la tecnología da más oportunidades.

-Permite aprender solo. Yo soy autodidacta. Gracias a los instrumentos virtuales (VST) no hace falta tener una guitarra física para grabarla en una canción. 

-Incluso triunfar sin sonar en la radio.

-Mi gran éxito, que me falta pared para colgar los discos de oro y de platino, no ha sonado en la radio. Hoy en día la radio es Spotify y ahí es donde tienes que sonar y estar bien posicionado. El problema es que antes podías estar un año con una canción, ahora dura un mes. O para siempre si se convierte en un clásico. Por ejemplo, mis canciones son más conocidas que mi cara. Mi música se ha pegado en la calle: en las discotecas, en las fiestas, en los botellones,... Sólo faltan que me pongan cara.

-Pero no sólo de internet se vive, ¿qué le aportan los conciertos?

-Me encantan. Es la manera de probar en la calle lo que haces encerrado en el estudio. Y volver a él con mucha información para seguir mejorando. Al 99% de los artistas lo que más le llena es el público, no el dinero. Manuel Carrasco hubiera tocado gratis el otro día en el Estadio de la Cartuja, porque eso le ha dado más que ver la cuenta bancaria. Primero es el artista y luego la profesión.

-¿Qué mensaje le mandaría a un artista joven que quiera dedicarse a la música?

-Trabajo, trabajo y trabajo. No hay otro. Constancia. La música necesita que le dediques todo el tiempo del mundo. En el momento que no lo haces, das mil pasos atrás. No hay secreto. Hay que dedicarle más tiempo que el otro. Yo me metía en el estudio a las nueve de la mañana y salía de madrugada. Si no le das a la música el 100%, no te lo devuelve.

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