Florentino Fernández | Humorista, presentador y actor

“La verdad es que me encantaría tener un desafío dramático”

“La verdad es que me encantaría tener un desafío dramático”

“La verdad es que me encantaría tener un desafío dramático”

Florentino Fernández (Madrid, 1972) es también Lucas Grijander y Crispín Klander. Empezó como guardia jurado pero desde que se estrenó en televisión en los 90 ha hecho de todo. Comenzó como colaborador de Esta noche cruzamos el Mississippi y luego en La sonrisa del Pelícano. Se consagró con El informal y saltó al cine como doblador en Austin Powers, la espía que me achuchó. Ha sido actor en series como 7 vidas y en el cine en cintas tan taquilleras como Torrente. Allí coincidió con Santiago Segura con el que ahora recorre los escenarios acompañado de José Mota en El sentido del humor, dos tontos y yo, que este fin de semana llega al Palacio de Congresos de Granada. 

–En El sentido del humor, dos tontos y yo comparte escenario con tres primeros espadas. ¿Qué diferencia hay entre el sentido del humor de Santiago Segura, José Mota y usted?

–Aunque tenemos sentidos del humor distintos, nos une la risa, las ganas de llegar a la gente. Santiago es de humor más ácido, más sarcástico. José y yo somos más de humor absurdo, pero como te decía, nos une la risa.

–Aparecen juntos, por separado, por parejas e individualmente. Hay reflexiones y disparates y lo han escrito entre los tres. ¿Existe un hilo conductor del espectáculo?

–El sentido del humor: hablamos de la risa, de lo importante que es reír. De qué nos reímos, para qué nos reímos, por qué nos reímos… Hay mucha gente que no tiene sentido del humor pero si vienen a vernos les despertará algo en su interior.

–¿Hay tan buen rollo en el mundo del humor como parece por especiales como el de Nochevieja o existen bandas como latin king y ñetas?

–No somos muy de bandas, jajaja. Hay muy buen rollo en el mundo del humor, por lo menos esa es mi experiencia. Coincido con compañeros de diferentes edades, sentidos del humor… y siempre nos une lo mismo:la risa.

–Le dieron el TP de Oro como presentador revelación cuando ya llevaba varios años trabajando en televisión, por lo menos 4. ¿Cómo tardaron tanto?

–A mí no me pareció que tardaran tanto, fue tal regalo, que el “cuando” ni lo tuve en cuenta. Vas trabajando con ganas, ilusión, sin esperar premios, no sé, el reconocimiento y la buena acogida del público lo sentí desde el principio.

–En televisión ha hecho de todo: colaborador, presentador, monólogos, programas de sketchs, comentario de actualidad... ¿Qué le gusta más o en qué se siente más cómodo?

–Me ha gustado hacer de todo, y la comodidad o el que me guste más suele depender de los equipos que hay detrás, de trabajar a gusto en conjunto y de tener guiones que me agraden, el formato no es tan importante.

–Además de teatro y cine, quizás su faceta más desconocida a pesar de todo lo que ha hecho es la de doblador de películas, sobre todo de animación. ¿Cómo empezó?

–Todo empezó en El Informal, poniendo voz a pequeños montajes de video, que cada vez los trabajábamos más y más. Ahora, mirando hacia atrás, veo que he participado en más de quince películas como actor de doblaje.

"Santiago es un humor más ácido, más sarcástico. José y yo somos más de humor absurdo”

–Después de haber conducido un autobús, ¿le deja su profesión llevar a su hijo al cole?

–Jajaja, pues no llegué a serlo profesionalmente, y no por falta de ganas. Cuando llevo a mi hijo al cole y me cruzo con ellos, si puedo, siempre les dejo paso, sé lo importante que es conducir un vehículo tan grande lleno de personas bajo tu responsabilidad, así que les facilito todo lo que puedo, y por supuesto nos saludamos como colegas.

–¿Qué le dijeron sus padres cuando pasó de guardia jurado a trabajar en la televisión?

–Pues estuvieron un poco en shock, ya que la tele era para ellos algo lejano, que lo tienes en casa y la miras pero sin más. Y, por supuesto, las preocupaciones de que tu hijo entre en un mundo desconocido… Pero, como siempre, los padres acaban apoyando los sueños de sus hijos, y así fue.

–También puede sorprender la vida tan ordenada que lleva, cuando no es la que se suele atribuir no a los humoristas en particular o al mundo de la farándula en general: misma esposa, acostarse muy pronto... ¿Es una rara avis en la profesión?

–No sé si soy raro, es verdad que tenemos fama de más desordenados. Para mí, es lo que me funciona y con lo que me siento bien.

–En casa también es dado a hacer muchos chistes, tipo Joaquín el del Betis en los vídeos.

–No tanto, ahí descanso y soy más serio.

–¿Sueña con hacer un Adam Sadler con su último papel serio para Netflix o lo suyo es el humor?

–La verdad es que sí, me ha encantado Uncut gems y me encantaría poder tener un desafío dramático.

–Con las redes sociales, ¿es más fácil ahora que estalle la polémica?

–La polémica siempre está y con la redes sociales es verdad que es más fácil que se vea. Y también que protegidos bajo perfiles varios, la gente se atreva más a polemizar.

–¿Somos un país con más gente dispuesta a reírse o a indignarse?

–Quiero creer qué más a reírse. Nuestra gira la han visto ya más de cien mil espectadores –lo que demuestra que seguiremos presentes– y hemos logrado más de ciento cincuenta funciones. Un éxito que nos pilla por sorpresa pero que agradecemos profundamente.

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