España

Francina Armengol sugiere que la Constitución permite votar el modelo territorial

Francina Armengol pronuncia su discurso institucional en el acto del 45º aniversario de la Constitución, en presencia de otras autoridades.

Francina Armengol pronuncia su discurso institucional en el acto del 45º aniversario de la Constitución, en presencia de otras autoridades. / Mariscal · Efe

La celebración del Día de la Constitución, expresión máxima de la concordia entre españoles, ahondó ayer la crispación política generada por haber pactado la investidura del Gobierno a cambio de la aprobación de una ley de amnistía que comenzará su trámite parlamentario el próximo martes.

El discurso que, con motivo de la festividad, pronunció la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, lejos de rebajar la tensión política, la elevó, al sugerir en su discurso que los ciudadanos deben participar más en la toma de decisiones al hablar de la definición del modelo territorial, lo que fue interpretado por el PP como un nuevo gesto de servilismo hacia posiciones favorables al PSOE, que negocia en Ginebra, bajo la supervisión de un verificador internacional, la exigencia de Junts de que se ejerza en Cataluña el derecho de autodeterminación mediante una votación en un referéndum pactado con el Estado.

Aunque Armengol reivindicó la Constitución de 1978 como “la cura más efectiva contra la discordia” y pidió acuerdos para “cumplir y desarrollarla”, de manera que se actualicen “sus mandatos” y se pueda conseguir que toda la ciudadanía española se vea “reflejada en ella”, sus palabras al referirse al Título VIII de la Carta Magna supusieron un nuevo enfrentamiento político.

Afirma que deja abierto el camino para que los ciudadanos decidan sobre el Título VIII

Según su interpretación, reflejada en su discurso institucional, el Título VIII “alumbra la cuestión territorial, integra la diversidad que convive en nuestro país y la riqueza que supone un Estado plural y deja abierto el camino para avanzar en el proceso de acercar a los ciudadanos la toma de decisiones”.

“Comprendámonos así, asumiendo el privilegio de nuestras diferencias, abrazando lo heterogéneo que nos convierte en quienes somos, como hemos hecho también en el Congreso, reconociendo todas las lenguas oficiales del Estado”, añadió.

Ese supuesto camino abierto que los ciudadanos participen en la toma de decisiones respecto al Título VIII sugiere que la Constitución podría permitir una votación en la línea que reclaman los independentistas catalanes.

Este discurso encendió a la oposición (aunque Vox se ausentó de los actos oficiales en el Congreso). Así, el PP acusó a Armengol, de convertir la Cámara Baja en una “sucursal del PSOE” al valorar su discurso en el 45º aniversario de la Constitución, aunque sus palabras sí fueron esta vez aplaudidas por diputados del Grupo Popular, al contrario de lo ocurrido en la apertura solemne de la legislatura ante el Rey.

Dos horas después de ese discurso, fuentes del PP señalaron a Europa Press que Armengol “ha vuelto a dar en el Congreso un discurso hecho en Ferraz”. “Y lo ha hecho en el peor día posible, una jornada en la que la Carta Magna cumple 45 años y en la que todos debemos honrar y defender nuestro texto constitucional, nunca cuestionarlo”, han añadido.

Los populares acusaron a Armengol, de estar “convirtiendo el Congreso en una sucursal del PSOE”, por haber hablado de “proceso de toma de decisiones” en la “cuestión territorial” y por ello consideran que “debe dar explicaciones urgentes al respecto de esta afirmación”, añadieron las citadas fuentes.

Según el PP, Armengol “se está poniendo a la cabeza de las reivindicaciones de quienes han planteado una enmienda a la totalidad” a la Constitución, “en forma de amnistía que va camino de convertirse en la primera ley del Gobierno en la Legislatura”.

Los populares denuncian que no hay precedentes de este uso partidista

“No hay precedentes de que un presidente del Congreso utilice actos institucionales, como la apertura solemne de una Legislatura o la celebración del Día de la Constitución, para trasladar mensajes en línea de lo que defiende Sánchez para continuar en Moncloa, que pasa por dar privilegios a formaciones rupturistas y enemigas de la Carta Magna”, agregaron las mismas fuentes.

Para el PP, la Constitución “supone la mayor aportación a la Historia y representa una garantía de igualdad, libertad y de concordia”. “Lamentablemente, hoy los españoles ya no son iguales porque, debido a Sánchez, hay ciudadanos que no cumplen la ley y tienen además privilegios sobre otros. Defender la Constitución es incompatible con cuestionarla”, finalizaron desde el PP.

La polémica sobre “la toma de decisiones” de los ciudadanos en torno al Título VIII de la Carta Magna empañó la jornada y el mensaje trasladado por Armengol, quien por primera vez desempeñaba las funciones de presidenta del Congreso en un Día de la Constitución.

La tercera autoridad del Estado había subrayado que la ley de leyes ha permitido 45 años de progreso y “debe ser también referente para afrontar el futuro”, porque guarda “la mejor garantía de convivencia” y, en el acuerdo que la hizo posible, “está la prueba de que el diálogo y el consenso son la única vía para llegar a ella”.

Para Armengol, la “generosidad” que hizo posible la Transición dicta el camino para seguir avanzando. “Si fuimos capaces de ponernos de acuerdo en los momentos de mayor dificultad, si el interés general se impuso a todo lo demás y la búsqueda de la concordia pasó por encima del enfrentamiento, entonces es que la senda del entendimiento está marcada: la marca la propia Constitución”, enfatizó.

También señaló a la Carta Manga como el “pasaporte ante las amenazas que sufren las democracias” y como lo que une a la ciudadanía “ante el mínimo intento de alterar la convivencia” porque en ella, ha recalcado, “no están escritos la crispación, el desprecio o el enfrentamiento”.

“La misma Constitución que se erige como garante de la riqueza de un Estado diverso y plural es nuestro salvoconducto ante cualquier planteamiento de uniformidad”, dijo, haciendo hincapié en que “sigue siendo la cura más efectiva contra la discordia”.

En este punto, advirtió de que “ser constitucionalista no consiste en levantar la Carta Magna como si de un tótem se tratara, sino en asumir” que se puede “llegar a acuerdos para cumplirla y desarrollarla”.

“Es alzar el estandarte del diálogo ante los desafíos que afrontamos cada día y la propia Constitución nos plantea. Y hacia los desafíos que nos esperan, debemos mirar juntos”, apuntó la presidenta del Congreso.

Para Armengol, la Constitución es un “proyecto vivo, de futuro, que se va construyendo día a día”, el espejo que muestra “la mejor versión del país”, pero en que la ciudadanía se ve reflejada “del todo”. Por eso, llamó a seguir trabajando para “hacer realidad su palabra” y que todo el mundo se vea en ese espejo.

En este contexto, fijó como “principal misión” de los políticos “desplegar y actualizar” sus mandatos “desde el pluralismo y el respeto a la legitimidad del otro, llegando a acuerdos con el único fin de garantizar una vida más digna a cada uno de nuestros conciudadanos”.

Armengol declaró que considera “legítimo” plantear que la Constitución no debe someterse a ninguna revisión, tanto como “defender su renovación, al menos en cuestiones básicas, como convertir el Senado en una verdadera cámara de representación territorial o responder a las exigencias del siglo XXI”.

“Lo que no está de ninguna manera en discusión es nuestra total obligación de cumplirla. Deberíamos acatar todos y cada uno de sus preceptos”, ha aseverado, llamando la atención sobre las “asignaturas pendientes”.

Entre ellas, ha citado la igualdad consagrada en el artículo 14, avisando de que “no es aún una realidad” y, tras recordar que la Constitución también tuvo “madres” –las 27 mujeres que estuvieron en la legislatura constituyente aunque “no tuvieron la visibilidad merecida– reivindicó su importante papel, por ejemplo, en la redacción de este precepto.

En este punto, denunció que este año 55 hombres han asesinado en España a sus parejas o ex parejas y ha pedido un “compromiso total” par acabar con la violencia machista.

También se refirió a la vivienda. “Para vivir con dignidad hace falta un techo”, ha dicho, recalcando que el acceso a una vivienda digna es “un derecho”; se ha mostrado partidaria de “blindar cada pilar del Estado del Bienestar para imposibilitar su erosión”; ha emplazado a remover obstáculos que impiden “la conciliación de la vida familiar y laboral” y los que hacen que “la salud mental aún no esté en el centro”.

Como en discurso anteriores, la presidenta del Congreso ha defendido la redistribución de la riqueza leyendo el artículo 31 de la Constitución y ha pedido medidas para garantizar un medio ambiente adecuado.

Fue en esta parte final cuando aludió a darle la voz a la ciudadanía respecto al Título VIII.

Por último, exhortó a los presentes a convertirse en “dignos herederos” del legado de quienes consiguieron que la Constitución viera la luz en 1978: “Desde nuestras diferencias, tenemos que llegar a acuerdos en beneficio del bien común y contribuir a diseñar el país de las próximas generaciones. Integremos los disensos, esquinas naturales y necesarias de nuestro pluralismo, superémoslos, y removamos de una vez los obstáculos que nos alejan del cumplimiento real y efectivo de nuestros derechos. Ellos y ellas lo consiguieron hace 45 años. Es nuestro turno ahora. También podemos hacerlo” concluyó Armengol.

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