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ASAMBLEA VISTALEGRE II DE PODEMOS

Iglesias se queda con el trono

  • Errejón pierde el pulso y su futuro político inmediato queda en manos de la clemencia del indiscutible líder de la formación morada.

El Podemos idealista y de pancarta, el Podemos de las canciones protesta de los 70, el Podemos de los cielos asaltados, barrió este domingo del mapa al Podemos posibilista y pragmático, el Podemos institucional, el Podemos politólogo. El Podemos de Iglesias, el único superviviente en el photocall del quinteto fundacional de uno de los experimentos políticos más fascinantes de los nacidos nunca en Europa, ganó al Podemos de Errejón y su equipo de profesores de la Complutense, los alquimistas de esta fórmula.

Siguiendo la teoría de uno de esos cinco fundadores, Luis Alegre, el Podemos de los que no estaban cuando nació Podemos acabó con el último reducto del Podemos original. En definitiva, el juego de tronos ha terminado. Y ha ganado Pablo Iglesias, ha avasallado, encumbrado por "la gente", un sustantivo, verbo y adjetivo, todo junto, creado en un laboratorio universitario y que, de tan vaporoso, ha acabado por hacer sólido un liderazgo unívoco e incontestable en la que es la tercera fuerza política de este país. Demoscópicamente, la segunda.

Los resultados no dejan lugar a dudas. Por supuesto, Iglesias fue refrendado como secretario general por el casi 90% de los más de 150.000 votos emitidos (un tercio de los inscritos para votar), derrotando al sevillano Moreno Yagüe, que se presentó más testimonialmente que realmente con el único fin de darle algo de estética a ese proceso. Pero la batalla no estaba ahí, sino en el consejo ciudadano, donde Iglesias se incluyó para medir sus votos con Errejón, en este caso puntos, ya que se otorgaban puntos según se colocara a cada nombre en la lista de 62. Un sistema de puntuación eurovisivo. Se llevó más de ocho millones de puntos frente a los 5.875.000 puntos que se llevó Errejón. Ni siquiera quedó segundo; le adelantó Pablo Echenique, que además era el encargado de cantar las puntuaciones, el maestro de ceremonias. Para encontrar al siguiente 'errejonista' habría que irse al octavo puesto, donde aparecía Rita Maestre, cuyo nombre fue recibido casi en silencio frente a la aclamación de todos los demás. Poca dinamita para hacer contrapeso.

Fue elocuente la reacción del graderío, que no llenaba ni mucho menos el palacio de Vistalegre y que era abrumadoramente pablista. Los nombres de la lista de Iglesias eran coreados al grito de 'Sí se puede' y a los de la lista de Errejón se les dedicaba el 'Unidad', que han sido las dos consignas de la asamblea. La cara de Errejón estaba desencajada, aunque hacía esfuerzos por sonreír y corear consignas. Incluso tímidamente levantó el puño, aunque lo suyo es la V de victoria. No era el día de su 'V'. Mientras, Iglesias, momentos antes de que se dieran los resultados, se dejaba ver y fotografiar con Juan Carlos Monedero, erl otro ganador de congreso, sin presentarse a nada, sin ser supuestamente nada en la organización. El primero de los cinco que se quitó de la foto estaba sin estar en esta foto. El Podemos que había ganado era su Podemos y no el Podemos de su más aventajado discípulo, Errejón. De los 50 abrazos que, al menos, Iglesias repartió entre los nuevos consejeros en el escenario de Vistalegre, el más frío, con una gran diferencia, fue el que le dedicó a Errejón. Sin embargo, ante Echenique, su más fiel escudero en el organigrama del partido, antiguo rival en Vistalegre 1, se arrodilló como si pidera que con una imaginaria espada le invistiera. Esas cosas escuecen y, en los pasillos, se pudo ver a alguna errejonista deshecha en lágrimas. "Nos van a laminar", sollozaba, que es como si dijera "nos van a ejecutar". Un anticapitalista andaluz que observó la escena hizo un análisis sobre la marcha: "El problema que tenemos en Podemos es que aquí hay aún mucho niño chico".

Irene Montero, jefa del equipo de Iglesias, negó la mayor sobre esta profecía de purga. O según se mire. "Por supuesto que Errejón debe seguir teniendo un papel fundamental, como Monedero, Bescansa o Nacho Alvarez". El 'por supuesto' parecía jugar a su favor, el resto de nombres, no tanto.

El cómputo del choque deja una mayoría inmensa a los seguidores del liderazgo absoluto de Pablo Iglesias,que quiere un partido combativo y centralizado. 37 miembros del consejo ciudadano son suyos, por sólo 23 de Errejón. Los anticapitalistas de Urbán y Teresa Rodríguez se quedan con sólo dos, menos de lo que debería corresponder a una corriente que ha sacado tres propuestas adelante entre las cinco más votadas (ecología, mundo rural y educación), contar con el 10% de slos votos de los documentos presentados por cada corriente y ser los más jaleados en sus discursos por los incondicionales del proyecto. De hecho, había que irse hasta el puesto 23 de los más votados para encontrar a Urbán. Diego Cañamero, por ejemplo, lider jornalero, captado por Teresa Rodríguez pero que iba en la lista de Iglesias, le adelantó. Tiene que ver con la idealización que las bases de Podemos pueden tener del campo andaluz y con esa petición de libertad que no se paró de pedir estos dos días con Andrés Bódalo, el dirigente de Jaén de la formación encarcelado por liarse a puñetazos con un concejal socialista. En definitiva, el plebiscito ha acabado por perjudicar a la corriente más poderosa en Andalucía, pese a que en la sesión de la jornada anterior el discurso de Teresa Rodríguez de unión y de acabar con las peleas fue el más jaleado por la hinchada.

El peso de Andalucía, principal bastión anticapitalista, queda muy reducido en el consejo estatal, con sólo seis representantes, pese a que parece tener una gran influencia en el discurso y en la imagen que quiere proyectar el líder morado. Iglesias compró el mensaje del día anterior de la líder andaluza, Teresa Rodríguez, el que hacçía referencia a la unidad y a la humildad. Una decena de veces dijo en su discurso la palabra humildad, aunque el lenguaje no verbal delataba que lo de la humildad se lo iba a tener que empezar a mirar después de este subidón de euforia. Y en cuanto a imagen, Diego Cañamero, que evidentemente se siente muy a gusto con el cariño que le prodigan en su nuevo partido, mucho más que con las reticencias que despertaba en su antiguo partido, Izquierda Unida. Cañamero ha tenido en esta asamblea una posición central como referencia icónica en este proyecto, pese a ser portador de una bandera del campo andaluz que es tan antigua (e irreal) como la conmovedora Estaca que Lluis Llach compuso en 1968 y que el nuevo con sejo ciudadano coreó -algunos fonéticamente, no todos se la sabían- como homenaje a los no tan viejos tiempos, cuando Podemos no tenía ni diputados, ni senadores, ni alcaldes. Ahora parece que han paso "décadas", en opalabras de Pablo Iglesias. Vistalegre 2 ha tenido algo de de esas fiestas de cincuentones, cuando en la segunda copa siempre hay alguien que dice "creíamos que íbamos a cambiar el mundo".

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