España

Pedro Sánchez desconcierta

  • La ronda de conversaciones busca la 'alternativa imposible' o justificar las terceras elecciones. El PSOE andaluz sostiene que no se puede presentar a la investidura con sólo 85 escaños. El enfrentamiento entre Ferraz y los barones es abierto, pero nadie alienta la abstención al PP.

Pedro Sánchez comenzó el lunes  una ronda de conversaciones con los líderes de todos los partidos políticos. ¿Con qué intención? De modo oficial, y según las propias palabras del secretario general del PSOE, se trata de dialogar para desbloquear la situación política. "Quiero dejar claro que no me postulo para nada", matizó desde Ferraz, aunque lo cierto es que tanto en el resto de formaciones como en su propio partido opinan que Pedro Sánchez está sondeando la posibilidad de fraguar una alternativa al PP. De hecho, Alberto Garzón, coordinador general de IU, que ayer estuvo reunido con él, declaró que su formación apoyaría al socialista en una hipotética investidura si éste respaldase "un compromiso con los trabajadores".

¿Qué es lo que, realmente, busca Sánchez? Todos dan por cierto que está en eso, en liderar la alternativa, de ahí que buena parte del PSOE, la que encabezan los barones territoriales con gobiernos autonómicos, ande desconcertado por una única, y poderosa, razón: la alternativa no existe o no creen en ella. Y si no cabe, lo que suponen es que Sánchez está construyendo una justificación para las terceras elecciones con la que mitigar su bloqueo al Gobierno de Rajoy.

Si el lunes pasado, el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, tachó de "inviable" el acuerdo con Ciudadanos y Podemos, y apeló a que "no se engañe" a los electores con pactos imposibles, el portavoz socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, cerró ayer al siguiente opción: "Con 85 escaños, nadie se puede presentar a una investidura". Y es que ésa es la otra opción que también se manejaba en Ferraz, la de formar un Gobierno en solitario con  la abstención de Podemos y Ciudadanos.

 

La Cadena Ser dio por hecho ayer que ésa es la fórmula que busca Pedro Sánchez, una vez que Podemos y Ciudadanos no estarán juntos en ningún Gobierno y que la alternativa de izquierdas pasa por apoyarse en los independentistas, una vía prohibida por el Comité Federal. El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, declaró que eso - la abstención de Podemos y de Ciudadanos- hubiera sido posible en la anterior legislatura, cuando Pablo Iglesias dejó pasar la fórmula de "las fuerzas del cambio".

 

Desde Andalucía, la consejera de Bienestar Social, María José Sánchez Rubio, integrante de la Ejecutiva de Ferraz, se ciñó  a lo que había oído en la reunión del lunes pasado: que su secretario general no se postulaba. En esa declaración se apoyan en el PSOE andaluz. "Por boca" del secretario, explicó Mario Jiménez, sabe que "no se estaba postulando". Para Jiménez, si Podemos y Ciudadanos mantienen sus vetos mutuos, la aritmética impide un Gobierno alternativo, por lo que la postura del PSOE andaluz es la del Comité Federal: estar en la oposición. Sin embargo, nadie entre los socialistas se atreve a señalar el paso siguiente a ello, que es la abstención socialista. O la del PNV, en caso de que necesite apoyarse en PSOE y PP para impedir un Gobierno de Podemos apoyado por Bildu.

 

Los últimos movimientos de Sánchez han terminado por dividir al PSOE por la mitad, no es un hecho reconocido, pero puede que el PSOE no pueda aguantar lo que España sí puede. "Nadie ve la posibilidad de Pedro Sánchez en el Gobierno, ha conseguido unir en su contra a Felipe, a Rubalcaba y a Zapatero", explica un diputado socialista andaluz.

 

El portavoz Antonio Hernando, que viene de la parte templada del PSOE, repitió ayer que Sánchez "no está pensando en un Gobierno de nada", aunque el día anterior, en respuesta a los barones críticos, indicó que su secretario general hace como ellos después de las elecciones autonómicas, hablar con la oposición para sondear los acuerdos de Gobierno.

 

España está bloqueada, pero el PSOE corre el riesgo de estallar en esta demora. El lunes anterior a la sesión de investidura de Mariano Rajoy, Antonio Hernando reunió al grupo de diputados socialistas, y tuvo que oír bastantes quejas por la ausencia de Pedro Sánchez en una reunión tan importante. Tomó la palabra Odón Elorza, José María Barreda, Soraya Rodríguez y Cipriá Ciscar, quien con derroche irónico recordó que la dirección del Grupo Parlamentario Socialista estaba formada por tres personas cuando tenían 202 escaños, mientras que ahora, con 85, son más de ocho, una relación inversamente proporcional al éxito.

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