España

Pedro Sánchez se toma el verificador a chufla

  • Bromea con Jorge Javier Vázquez con que ahora se haga en El Salvador ‘Supervivientes’

  • El presidente sí se pone serio para calificar las palabras de Abascal de “extraordinariamente graves”

Pedro Sánchez estrecha la mano de Jorge Javier Vázquez en la presentación de ‘Tierra firme’

Pedro Sánchez estrecha la mano de Jorge Javier Vázquez en la presentación de ‘Tierra firme’ / Eduardo Parra / Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se permitió ayer bromear sobre la figura del verificador internacional que supervisa las reuniones entre PSOE y Junts, en virtud del pacto alcanzado por ambas formaciones para su investidura. Lejos de la gravedad que a oposición ha dado a esta cuestión, que han llegado a tildar de humillación, Sánchez se lo tomó a chufla. Y sostuvo, contra lo que señalan todas las encuestas, que la amnistía a los implicados en el procés no está entre las principales preocupaciones de los españoles.

En la presentación de su libro Tierra Firme el presentador de televisión Jorge Javier Vázquez señaló que si Sánchez acudiese a un programa televisivo sería Supervivientes –espacio que presenta él mismo– después del resultado obtenido en las últimas elecciones generales el 23 de julio, que le ha permitido ser reelegido presidente contra todo pronóstico. En ese momento Sánchez respondidó, en tono de broma: “Pero eso dónde lo grabáis, ¿en Honduras?. Lo hacéis en El Salvador, como tenemos un mediador”, sugirió con sarcasmo en referencia a la nacionalidad del verificador internacional que asistió a la primera reunión entre PSOE y Junts en Ginebra (Suiza), el diplomático salvadoreño, Francisco Galindo Vélez.

Sánchez hablaba sobre su decisión de convocar elecciones anticipadas el 23J horas después de las autonómicas y municipales del 28 de mayo, en las que el PSOE había sufrido una importante derrota y perdido buena parte del poder territorial que tenía. Así, indicó que en los primeros días de la precampaña electoral, todavía con la derrota cercana, él decía que iban a ganar las elecciones y muchos le miraban con poca convicción, pero a medida que se acercaba la fecha de la votación iban apreciando subidas y bajadas en las perspectivas electorales. “Pero esa también es mi historia, la del mito de Sísifo. Tenemos que coger otra vez la piedra y volver a subir”, señaló.

Respecto a la Ley de Amnistía que pactó con los independentistas a cambio de su investidura, considera que no está entre las principales preocupaciones de los ciudadanos aunque admitió que es un debate “trascendente”.

“El debate sobre la amnistía es un debate trascendente para toda democracia. Yo no lo niego, pero el monopolio que hay por parte de la oposición y de cierta derecha en la amnistía, yo creo que no se compadece con las verdaderas preocupaciones de la ciudadanía”, señaló.

Frente al tono desenfadado de la presentación del libro, el presidente del Gobierno se puso serio cuando calificó de “extraordinariamente graves” las palabras del líder de Vox, Santiago Abascal, que afirmó que habrá un momento en el que el pueblo querrá “colgar de los pies” al propio Sánchez. Además, señaló que Abascal iba a ser vicepresidente del Gobierno, en un Gobierno presidido por el PP, aludiendo a un pacto que en realidad nunca existió ni los resultados permitían.

Sánchez aprovechó la salida de tono de Abascal para cargar contra el partido de Alberto Núñez Feijóo al señalar que debe “reflexionar” sobre los aliados que tiene, considera que el PP es responsables de hacer “importante” a Vox, al abrirles las puertas de las instituciones.

Reprochó que de la mano del PP han entrado en gobiernos municipales, autonómicos y también les iban a incluir “en el Gobierno de España”, dando por hecho un acuerdo que nunca se produjo. Calificó a Vox como un “partido de odio” y consideró que sus palabras no son un lapsus sino que pretenden que la política esté monopolizada por este “discurso del odio” y “enfrentar” a los ciudadanos.

Por el contrario, Sánchez sostuvo que el ambiente en el país es diferente. “Aquí no se está rompiendo nada, no se está hundiendo nada, no hay esa polarización ni ese odio que trata de inocular en el debate público Abascal”. Se quejó de que existe una “polarización asimétrica” porque hay “insultadores e insultados”, “asediadores y asediados” en referencia a las manifestaciones ante la sedes socialistas. También dice que hay quien “inocula odio” como a su juicio hace Abascal con su discurso mientras desde el Gobierno trabajan “con humildad y respeto” para combatir ese tipo de ideologías.

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