La Audiencia Nacional condeó ayer a la etarra Dolores López Resina, Lola, a 101 años de prisión como cómplice en un atentado con coche-bomba en Santander, en 1992, que causó la muerte de tres personas y varios heridos.

La Sala rebaja a la mitad la petición del fiscal, que le consideraba cooperadora necesaria.

En una sentencia hecha pública ayer, el tribunal, presidido por Javier Gómez Bermúdez, considera probado que Lola formaba parte del grupo de ETA desplazado a Santander, aunque entiende que no tuvo una intervención "indispensable, necesaria o nuclear" en el atentado.

Lola tendrá que indemnizar a los herederos de las víctimas (si no lo hacen los autores materiales) con 300.000 euros por cada muerte, así como a los lesionados con las cantidades fijadas en la sentencia, que oscilan entre los 18 y los 21.954 euros.