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Elecciones generales

Cataluña marca la agenda, Andalucía pone los votos

  • Cuatro líderes nacionales abren campaña en la comunidad, donde hay 61 escaños, aunque la próxima semana está llena de sobresaltos catalanes

  • Pedro Sánchez llama a una participación masiva para luchar contra las llamadas oscuras a no votar

  • Las imágenes del inicio de la campaña electoral del 10-N

Pedro Sánchez, este jueves en Sevilla, junto a Susana Díaz y María Jesús Montero.

Pedro Sánchez, este jueves en Sevilla, junto a Susana Díaz y María Jesús Montero. / Julio Muñoz/EFE

Hay un Rocío chico y un Carnaval chiquito. Comienza una campaña electoral chica, ade ocho días, para los más jartibles, aunque no por voluntad de los votantes, sino por impericia de los grandes partidos. El PP intenta jugar con este factor, con la desmovilización de las izquierdas, con evitar la reacción que provocó Pablo Casado y Albert Rivera con la foto de Colón, junto a Santiago Abascal. Cinco meses después, ése es el talón de Aquiles de los socialistas y de Pedro Sánchez, que sus votantes se hayan cansados, que estén hartos y que no vayan el domingo 10 de noviembre a votar. Y un factor más en su contra: Vox no da miedo, los de Santiago Abascal son muy de derechas pero no es la ultraderecha de Amanecer Dorado.

El comando del tal Aleix Santamaría lo ha olido, de su factoría y aledaños se lanzan anónimos llamando a no participar, a quedarse en casa. El tal Santamaría, cordobés, militante inicial de Juventudes Socialistas, trabajó para Juanma Moreno en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, se arrogó como un fanfarrón la victoria del PP, aunque el partido obtuvo uno de los peores resultados de su historia. Aleix se vende bien, sólo gana él, pero sus campañas hacen daño, en Andalucía se inventó a Socialistas por el Cambio, un grupo de supuestos militantes del PSOE enfadados con la ex presidenta: quédate en casa, y muchos se quedaron.

Pablo Casado. este jueves en Sevilla, oyendo a Juanma Moreno. Pablo Casado. este jueves en Sevilla, oyendo a Juanma Moreno.

Pablo Casado. este jueves en Sevilla, oyendo a Juanma Moreno. / Juan Carlos Muñoz

"Estos del PP se financiaban con una caja B y ahora hacen campaña en B", se ha referido Pedro Sánchez a estas oscuras proclamas desde las redes al cansancio. "Hay que empatizar con quienes están cansados de votar, pero si queremos desbloquear, cada voto cuenta y el voto sólo puede ir al PSOE", añadió.

Andalucía es el objeto de deseo de los grandes partidos. Si dejamos de lado la poesía, mandan las matemáticas, la comunidad aporta 61 escaños, la que más y, además, es la más plural, mucho más que la siguiente: Cataluña. Aquí se mueve el voto, se pierden y gana  escaños, las banderías son más permeables que en el Principado. En las pasadas elecciones, el PSOE obtuvo 24 escaños andaluces, y dos partidos empataron en diputados: PP y Ciudadanos, cada uno de ellos con 11 escaños. Unidas Podemos, nueve. Vox, que tiene en Andalucía el solar fundacional, obtuvo seis. El triple empate se puede romper, pero Vox va a escalar algunas posiciones.

Pedro Sánchez ha abierto en Sevilla, como Pablo Casado e Íñigo Errejón. La dirección del PSOE andaluz llevó a Sánchez a la barriada de Pino Montano, uno de sus lares tradicionales, para animar el voto, nada de lo que ocurrió en abril, cuando los de Susana Díaz metieron a su candidato en el Pabellón de la Navegación. Para que no se notase. Casado es de los presidentes del PP que son andaluces. No de nacimiento, pero conocen bien la comunidad, le tienen aprecio, como Rajoy y no como Aznar. 

Susana Díaz: "Lo que yo sufrí en mis carnes en diciembre con las mentiras no vamos a dejar que se lo hagan a Pedro Sánchez"

El mitin de Sánchez en Pino Montano fue de los antiguos, lleno pleno y bastante ímpetu. Susana Díaz, que intervino antes que Sánchez, se refirió a la llamada a la abstención: "Lo que yo sufrí en mis carnes, en diciembre, no vamos a permitir que se lo gana a Pedro Sánchez ni a ningún socialista más, las mentiras se han acabado".  

Albert Rivera ha abierto en Cádiz, la tierra de su vicepresidente Juan Marín y donde en el Ayuntamiento de su capital se equivocó al sacar a los naranjas originales y fichar a un anónimo de cabeza de lista que se ha ido del partido; ahora es independiente, con su acta y su rostro.

Esta campaña electoral es cosa de dos, de Pedro Sánchez y de Pablo Casado, o el PSOE o el PP liderarán el bloque de Gobierno, pero ninguna encuesta da ahora opciones de cuajar una mayoría suficiente. Ninguna, a excepción del CIS de José Félix Tezanos. Puerta grande o enfermería, o es un mamarracho o un fenómeno de las encuestas; si acierta con sus 133 escaños socialistas, habrá que ponerle una estatua en las facultades de Sociología. Sánchez lleva detrás, como posibles aliados, a Unidas Podemos y a Más País, y Casado, a Vox y a Ciudadanos, aunque Albert Rivera ya no se niega a pactar con los socialistas. Esto sí ha cambiado.

En Andalucía hay votos, pero Cataluña marca la agenda. La semana próxima, la única de campaña, es como un sendero sembrados de minas. Se supone que a mayor bronca, más beneficios para la derecha, pero un Gobierno en funciones, duro, también puede ser recompensado por los votantes.

El lunes es eléctrico. Los Reyes y la Princesa de Asturias entregan en Barcelona los Premios Princesa de Girona, que no se celebra en Gerona porque la provincia es territorio comanche y no hay quien le preste un teatro a los monarcas. El Govern y sus tentáculos movilizadores -la ANC, Omniun y los CDR- intentarán crear bastante tensión, una humillación a los Reyes sería letal para Pedro Sánchez

El clandestino Tsunami han convocado una jornada de protestas el sábado de reflexión, otra bomba de relojería, además de un hecho ilegal por naturaleza por la propia naturaleza neutra de la jornada. "Hagámosle reflexionar", es el lema de lo que anuncian como un acto político y festivo. Si esa noche, las televisiones vuelven a inundarse de chicos encapuchados y de ataques a la policía, Sánchez volverá a estar en la cuerda floja, por eso no hay que descartar que el Gobierno en funciones actúe con contudencia la próxima semana, con un golpe de autoridad que en Cataluña no gustará, pero que será aplaudido en el resto de España.     

  

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