El PP arrasa en Granada y consolida su hegemonía

Los populares aventajan en 52.000 votos al PSOE y lo superan por primera vez en su historia en número de diputados · El socialismo pierde todos sus bastiones.

Guillermo Ortega

21 de noviembre 2011 - 07:35

Por primera vez en su historia, el Partido Popular ha sido la formación más votada en la provincia de Granada en unas elecciones generales. Su triunfo, incontestable, se traduce en cuatro diputados, mientras que los socialistas se quedan con tres.

El análisis más fácil se reduce a esto: lo ocurrido en Granada es una traslación de lo que ayer se vivió en el resto de España. El electorado ha castigado con dureza al PSOE, al que está claro que ha considerado el culpable de la situación por la que atraviesa el país y le otorga al PP la ardua tarea de solucionarla.

Tiempo habrá para reclamarle medidas. Pero la de ayer tenía que ser necesariamente una noche de celebración. Por mucho que las encuestas lo vinieran vaticinando, los populares se habían esforzado en contener su euforia durante la campaña y esperar a que las urnas dictaran sentencia. Una vez que eso ha sucedido, ya puede saborear su triunfo.

Desde que la página web del Ministerio del Interior empezó a arrojar datos oficiales del escrutinio se vio que las cosas estaban muy claras: que el PP ganaba claramente en votos y que el PSOE no tendría ninguna opción de remontar, si bien es cierto que tampoco había una diferencia abismal entre unos y otros. Al 18% del escrutinio se situaba en cinco puntos.

No obstante, conforme avanzó el recuento, la brecha se fue abriendo. La diferencia porcentual al término del mismo, de diez puntos, lleva a pensar que no quedó tan lejos la previsión más optimista de los populares: sacar cinco diputados.

La tendencia general también se notaba en Granada en cuanto al comportamiento de Izquierda Unida, la tercera fuerza que tenía opciones más o menos razonables de llevar representación a Madrid. Para ellos, la sensación que les deja estas elecciones en Granada debe ser agridulce, porque aunque es innegable que han crecido en número de votos, ese incremento no les ha llegado como para lograr un acta de diputado.

El cambio de rumbo político en la provincia es algo que se veía venir desde hace meses. En concreto desde que se celebraron las elecciones municipales, el pasado 22 de mayo. Entonces, los populares ya se convirtieron en la fuerza hegemónica en la provincia, avanzaron significativamente en feudos hasta entonces intocables como las comarcas del Poniente o la Alpujarra y se consolidaron en sus plazas fuertes, fundamentalmente la capital y la Costa Tropical.

Ese dominio se consolida ahora. Al PSOE le queda como triste consuelo ser la fuerza más respaldada en pueblos pequeños (Agrón, Alamedilla, Campotéjar, Colomera, Diezma, Huélago...), pero en las poblaciones de más entidad cada vez tiene menos protagonismo. Motril, Guadix y por supuesto Granada han votado mayoritariamente al PP, pero más significativo que eso es que los populares también ganaran en sitios como Loja, Baza, Armilla, Maracena o Santa Fe, hasta hace bien poco bastiones inexpugnables del socialismo. Por resumir la cosa de la manera más gráfica posible: ya no le queda ninguno. Si acaso Atarfe, Salobreña y Órgiva. Poca cosa.

Al PP, dicho queda, le corresponde ahora administrar su victoria. Su líder en la provincia, Sebastián Pérez, reafirma su posición y puede decir muy alto no sólo que el partido, con él, ha conseguido los mejores resultados de su historia, cosa que ya se produjo en mayo. Ahora puede añadir que aquello no fue fruto de la casualidad. Conseguido ya el triunfo en la provincia en aquellos comicios (lo que se tradujo en una mayoría en la Diputación) y afianzado su poderío con una mayor representación en la Carrera de San Jerónimo, lo único que le queda para un dominio absoluto es imponerse en las elecciones autonómicas del próximo mes de marzo. Y todo apunta, por el momento, a que eso sucederá.

Concha de Santa Ana, Pablo García, Eugenio Nasarre y José Miguel Castillo Calvín serán los representantes populares en el Congreso. Sebastián Pérez, María José Martín y Antonio Ayllón estarán en el Senado. A partir de ahora, será a ellos a los que habrá que pedir responsabilidades. El voto es un respaldo pero ni mucho menos un cheque en blanco. En la provincia hay muchísimo por hacer (empezando por reducir las alarmantes cifras de paro) y no sería buena estrategia quejarse de los errores que cometieron sus antecesores. Si la ciudadanía los ha respaldado es para que los corrijan.

Hablando de errores, es obvio que el PSOE (que lleva al Congreso a Martínez Olmos, Elvira Ramón y Manuel Pezzi y al Senado a Juan Manuel Fernández) habrá tenido que cometer alguno para que el ciudadano le haya retirado la confianza de manera tan drástica. Y además no en una ocasión, sino en dos. Tampoco sería una buena táctica que le echaran la culpa a la crisis económica internacional o a la tn traída y llevada prima de riesgo. Si una victoria debe invitar a la reflexión, una derrota más aún. Y si han sido dos en el mismo año, doble razón hay para ello.

En el PSOE granadino se echó de menos un poco de autocrítica cuando se produjo el mencionado cambio de rumbo en las municipales. Adujeron entonces que se debía a la crisis y sería tan fácil como erróneo repetir la jugada. La reflexión debe partir de los máximos dirigentes, empezando por su secretaria general, Teresa Jiménez, porque los datos están ahí y demuestran que desde que ella se puso al frente del partido sustituyendo a Francisco Álvarez de la Chica, éste ha ido a menos. Como en toda España, es cierto, pero si eso les sirve a los socialistas de consuelo, deberían echar mano del refranero.

En cuanto al resto de los contendientes, aparte del significado incremento de Izquierda Unida, que en 2008 logró poco más del 5% de los sufragios y ahora se ha acercado al 8%, es reseñable la tendencia al alza de Unión Progreso y Democracia, que en los anteriores comicios apenas se llevó uno de cada cien votos y en esta ocasión ha superado el 5%. Es, con claridad, la cuarta fuerza en la provincia. El Partido Andalucista sigue en su enésima travesía del desierto y le queda bastante para volver a ser una fuerza parlamentaria.

stats